Me piden, cómo no, unas palabras sobre la Instrucción “La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”, que acaba de hacer pública la Congregación para el clero. Son cuarenta años de vida parroquial y algo podrá opinar uno.
Lo primero quiero decir que me parece muy revelador un documento sobre la parroquia. Esto quiere decir que seguimos considerando a la parroquia un elemento esencial en la vida del católico hoy: “la parroquia posee una larga historia y ha tenido desde los inicios un rol fundamental en la vida de los cristianos”, “la parroquia se plantea como respuesta a una precisa exigencia pastoral: acercar el Evangelio al pueblo a través del anuncio de la fe y de la celebración de los sacramentos”. Me parece fundamental esta insistencia porque allá donde hay un católico siempre hay una parroquia.
Dicho esto, me ha parecido un documento triste que no tiene más remedio que reconocer un fracaso pastoral de años y años. Todo lo que explica de unidades pastorales y zonas pastorales, así como la posibilidad de encomendar alguna parte de la cura pastoral a consagrados y laicos no es más que constatar que tenemos un problema muy serio de pastoral vocacional y que, desgraciadamente, no tenemos sacerdotes y menos que habrá.
Una primera parte recordando lo que ya sabemos. Apenas la novedad de introducir un lenguaje algo distinto: conversión pastoral, parroquia inclusiva, evangelizadora y atenta a los pobres, comunidad de comunidades. Nada nuevo. Pienso que siempre ha sido eso, aunque es bueno que nos lo recuerden. No acierta a explicitar que es eso de parroquia inclusiva. Si es una parroquia llamada al anuncio del evangelio a todos eso tampoco es nuevo.
Lo que algunos medios presentan como grandes novedades la verdad es que no lo son. Lo del bautismo por laicos es viejo, así como otras supuestas novedades como presidir un matrimonio, predicar en algunos casos o acompañar las exequias. Esto está previsto desde hace siglos.
Creo que el documento no aporta nada nuevo, salvo el animarnos en la vida parroquial, que siempre hace falta, y hacernos conscientes de que vamos, por necesidad, a unas nuevas estructuras no fruto de la reflexión teológica sino de salir adelante con lo tenemos o, mejor, no tenemos.
Me ha resultado sorprendente la acogida en España, entre la serenidad de la mayor parte y el entusiasmo previsible de el de siempre. Peor se lo ha tomado la progresía alemana. El portal https://www.katholisch.de/ , uno de los medios más influyentes del catolicismo alemán, lo analiza así: “Solo el pastor debe liderar: el clericalismo cementado en Roma. Felix Neumann comenta que la nueva instrucción del Vaticano sobre las reformas comunitarias debería molestar a quienes han tratado de responder a la creciente falta de sacerdotes en la Iglesia. Además, el documento consolidó el clericalismo total, que al menos los optimistas creían que se había superado”. “Es probable que la instrucción ofenda a todos los que han intentado en los últimos años responder a la escasez de sacerdotes y aún asegurar la vida organizacional en las parroquias, y es un documento de un clericalismo total que al menos los optimistas creían que estaba superado”.
No creo que esta instrucción signifique nada especial para el futuro. Bien está que se nos recuerde la necesidad de evangelizar y se nos anime a trabajar sin descanso por el Reino sabiendo que tendremos que adaptarnos a las nuevas realidades. Pero nada más. Lo de siempre con alguna palabra de hoy. Y los amigos alemanes con un rebote de no te menees.
Con información de InfoCatólica/Jorge González Guadalix