La manifestación de Dios a todos los pueblos

Bienvenidos a esta reflexión desde la Palabra de Dios en el Domingo de la Epifanía

Mons. Cristobal Ascencio García
Mons. Cristobal Ascencio García

Hoy domingo, celebramos la Epifanía del Señor, que significa: “Manifestación”. Así como el 24 de diciembre se manifestó a unos pastores, ahora se manifiesta a unos paganos que vienen del oriente; en ellos se manifiesta a toda la humanidad. Se manifiesta a los excluidos del pueblo, como son los pastores, y a los excluidos de la salvación, como son los paganos. Y la manifestación del Señor suscita un movimiento impredecible, no controlable, se muestra la universalidad de la salvación. Llegan los gentiles, o sea, los paganos, llegan los inesperados, llegan adoradores imprevistos, Dios se deja conocer por los desconocidos.

Es importante que resaltemos a los personajes, sobre todo, las actitudes que tienen ante el Rey que ha nacido.

Digamos una palabra sobre el camino: Los magos al contemplar la estrella, siguen su llamada; emprenden un camino no sencillo, un camino lleno de dificultades e incomodidades; la estrella no les soluciona los problemas. Una de las tentaciones del cristianismo es que, se buscan caminos seguros, derechos, perfectos; caminos iluminados, como si fueran autopistas y con GPS para no perdernos. Pareciera que no queremos correr riesgos, no queremos sorpresas. Pero recordemos que el buscar a Jesús es un camino de dramas, de tropiezos, de caídas, de desviaciones por veredas. A los magos no les importó lo que sufrirían, salieron de su confort y siguieron la estrella como una aventura que les traería felicidad.

Los magos de oriente: Magos, lo entendemos como sabios; no se nos dice cuántos eran, ni cómo se llamaban, ni en qué venían montados, sólo se nos habla al final de tres regalos que son: Oro, Incienso y Mirra. Aquellos sabios de oriente supieron mirar el cielo, descubren en una estrella la indicación de que ha nacido el Rey de los judíos y van a rendirle pleitesía, homenaje. La estrella por momentos se les pierde y caminan en la oscuridad de la noche; no sabemos de los desánimos que tuvieron que tener en aquella travesía, los obstáculos que tuvieron que vencer. Lo que sabemos es que llegaron a Jerusalén y nadie sabía del nacimiento de su rey; situación que los tuvo que llenar de desconcierto, pero no los desanimó. La estrella los guía hasta Belén y allí son capaces de reconocer al Rey en un Niño. Ante un pesebre que sostiene a un Niño, doblaron sus rodillas y ofrecieron sus regalos; aun siendo paganos supieron adorar al Rey que había nacido.

Herodes el grande: Se dice que sólo tenía una pasión y ésta era el poder, por tal motivo, había desarrollado una red de espionaje y no se tentaba el corazón para deshacerse de Aquel que representaba un peligro. La noticia del “Rey de los judíos” lo perturbó y utiliza su sistema de información: reúne a los que saben, pregunta, indaga, con la finalidad de seguir manteniendo el poder y no permite que nadie cuestione su autoridad. Herodes teme la competencia, como la temen quienes ostentan y quieren el poder para poder servirse a sí mismos y a sus intereses, sin pensar en el bien real de los demás. Utiliza a escribas y a sacerdotes para conocer, reúne a los magos de oriente y los adula para que le den información. Herodes representa el rechazo que tendrá

Jesús desde sus inicios; ese rechazo lo lleva a una muerte en cruz. Ante Jesús no existen medias tintas, o se junta con Él, o se desparrama.

Sacerdotes y escribas: Este grupo se había acoplado al poder romano y ejercía su religión desde lo ritual, habían aumentado los preceptos quedándose en ritos vacíos. Ellos saben dónde nacerá el Mesías, de qué estirpe saldrá, pero al darse cuenta que ha nacido, sólo indican el lugar, pero no son capaces de moverse a verificar, se quedan en la comodidad de su templo y en sus prácticas religiosas. Representan a los que viven acomodados en sus vidas, indiferentes ante lo que sucede, acostumbrados a su vida rutinaria.

Reflexionemos hermanos:

1°- En el camino: Todos tenemos un camino que recorrer en la vida y todo camino representa riesgos. Sobre el camino se dan desánimos, tropiezos, se puede extraviar, pero debemos aprender a caminar nuestro camino, nadie lo caminará por nosotros. Papás, ustedes tienen el deber de acompañar a sus hijos por el camino, pero son ellos los que tienen que recorrerlo.

2°- Los magos: Ellos representan a todo aquel que busca, pero que sabe con certeza qué buscar, ya que sólo así se encuentra lo buscado. No tienen miedo a las incomodidades del camino. Como cristianos ¿qué buscamos a nivel humano o espiritual? Como Obispo, me pregunto: ¿Acaso no nos cuesta entender cómo en nuestro País, quienes nos gobiernan dicen que están buscando el bien común real, cuando cada día vemos mayor pobreza, más violencia y más leyes que permiten y facilitan el aborto? Me pregunto: ¿qué buscarán los jóvenes al entrar engañados al crimen organizado? Yo no veo ningún bien para ellos, ningún progreso, sino que, veo más llanto y sufrimiento en sus familias. Preguntémonos: ¿lo que estamos buscando está correcto?

3°- Sacerdotes y escribas: Estos personajes nos hacen una crítica fuerte a nosotros que decimos saber del Mesías, que debemos ser signos que indiquen a Jesús. Los escribas y sacerdotes dieron a los magos una respuesta puramente doctrinal, teórica, muy exacta quizá, pero una respuesta fría. Qué hermoso hubiera sido la respuesta: ‘Es verdad, nosotros hemos estado allí, los acompañaremos con gusto hasta ese lugar’. El mundo espera de nosotros una respuesta encarnada, viva, porque las palabras por muy sabias que parezcan, muchas veces no se entienden.

4°- Los regalos: Serán suficientes los regalos, ¿qué es lo que damos? Es importante la pregunta: ¿damos de lo que nos sobra o de lo que tenemos para vivir? San Ambrosio decía: Dios no mira tanto lo que damos, cuanto lo que nos reservamos para nosotros.

La fiesta de hoy, nos invita a reconocer la manifestación de Dios a todos los pueblos. Un Dios que se manifiesta a aquellos que lo buscan; un Dios que sale al encuentro del excluido de la sociedad; un Dios que no necesita de regalos, pero que desea que, como cristianos seamos un don para los demás, para que aparezca Él en nosotros. Les bendigo a todos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Feliz domingo para todos!

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Obispo de la Diócesis de Apatzingan