La Lomloe supera casi todos los trámites del Senado y el miércoles será ley orgánica.

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El dictamen de la «ley Celaá» ha sido aprobado este viernes en la Comisión de Educación del Senado con 16 votos a favor, 12 en contra y 1 abstención (Junts per Catalunya). Votaron a favor PSOE, ERC, PNV, Izquierda Confederal y en contra PP, Cs y Grupo Mixto (UPN).

El texto no ha sufrido modificaciones durante la votación de este viernes en la Comisión de Educación, es decir, ha sido aprobado tal cual llegó del Congreso: con su ataque a la concertada, la educación especial y la eliminación del castellano como lengua vehicular.

A la norma, que ha sido tramitada con toda celeridad tanto en el Congreso como en el Senado, solo le queda un trámite: someterse otra vez a votación, esta vez en el Pleno de la Cámara Alta el día 23 de diciembre, coincidiendo con la de la ley de Presupuestos. Ese día se votarán las enmiendas (modificaciones) de cada grupo parlamentario (hoy solo se debatieron) y se intentará nuevamente, aunque las posibilidades son prácticamente nulas, de que se aprueben tanto estas como las enmiendas transaccionales (es decir, las que son fruto del acuerdo de varios partidos) que fueron rechazadas este viernes. Si el texto sale adelante en el Pleno sin cambios se convertirá en ley ese mismo día y se publicará en el Boletín Oficial del Estado antes del 30.

Para intentar retrasar la tramitación de la norma y hacerla volver al Congreso, el PP y Cs elaboraron ayer una estrategia «in extremis» con partidos tan distantes ideológicamente como Junts per Catalunya o Más Madrid introduciendo un cambio «inocuo» ideológicamente en la norma ( se propuso introducir Ética, además de Filosofía, Latín y Griego en 4º de la ESO o Cultura Clásica en algún curso de 1º a 3º) con el que intentaban seducir al PNV o ERC, únicos capaces de darle la vuelta a la votación. Pero todo fue rechazado. ¿Qué se conseguía así también? Pedir respeto a la Cámara Alta ya que los senadores, a la vista de la celeridad, se han visto incapaces de debatir la ley entró al Senado el pasado 25 de noviembre y es probable que el próximo miércoles ya sea ley orgánica.

«ley Otegui»

«Es un día triste y hemos intentado hasta el último momento poner sentido común a todo esto. Esta ley nace muerta y nosotros no legislamos para eso, sino para aprobar normas perdurables», lamentó Pablo Ruz, portavoz de Educación del PP en el Senado que acabó exhausto y casi sin aliento, como si de la final de un partido se tratara.

María Ponce, de Cs, dijo que la «ley Celaá» se podría llamar «ley Otegui» ya que «vamos a pagar estos acuerdos con los Presupuestos». Ademas, acusó al PSOE de no estar de acuerdo «ni con la derecha, ni con la izquierda, ni con los docentes, ni con los padres, ni con la inspeccion porque no se sientan a escuchar absolutamente a nadie y tienen ustedes muy malos compañeros de viaje».

Talante «bolivariano»

En la misma línea, Alberto Catalán Higueras, de UPN, dijo que «la estrategia de no aceptar ninguna enmienda evidencia que del talante de Zapatero se ha pasado a una talante bolivariano: aquí nadie opina, nadie abre la boca, se hace lo que quiere única y exclusivamente el Gobierno».

Pero no lo lamentó solo el PP, Cs, Vox o UPN. También lo hicieron grupos minoritarios como el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) cuyo senador, dijo que José Miguel Fernández Viadero, acusó al PSOE y sus socios, de «burlarse del Senado». «Hoy he vivido el mayor paripé de mi vida parlamentaria. Con decir que se debatió hace un año y pico reconocen que los que hemos llegado nuevos no tenemos nada que decir».

Fernández Videro se preguntó cómo era posible que al PSOE y sus socios no le parecieran buenas ninguna de las 646 enmiendas que se presentaron al Senado, y que ya en ponencia el pasado jueves dejaron claro que no incluirían en el texto. «¿Ninguna de las 640 es buena?, ¿todas son malas?», espetó.

El PSOE se defendió señalando que todavía queda el miércoles para votar enmiendas. «La comisión dio por hecho que no se va a aprobar ninguna enmienda y nosotros no hemos dicho eso», explicó a ABC, Inés Plaza, senadora del PSOE que no precisó qué cambios estarían dispuestos a introducir el miércoles. Por otro lado, ya en su primera intervención de este viernes, Plaza dejó claro que no tenía que negociar con la derecha y que el objetivo era derogar la actual ley vigente, la Lomce.

Especialmente efusivo fue Jesús Vázquez, senador del PP, que acusó al partido de Sánchez de no trabajar por mejorar la educación. «Es más, ustedes no trabajan en educación. Lo hacen en un sistema de control sobre el sistema, al que buscan uniformar y homogeneizar, pero no en calidad, competencia, capacidad o recursos, sino en pensamiento único de profesorado, familias y por supuesto, alumnado».

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