Esta semana se ha celebrado en Praga la asamblea continental del Sínodo, donde se han manifestado públicamente posiciones irreconciliables: la que mantiene íntegra la fidelidad al depósito de la Fe, y la que propone asumir los principios mundanos con la ilusión de ganar peso en él, contentándolo.
¿Cómo vamos a ser la sal de la tierra y la luz del mundo si no sabemos lo que somos?, lamenta el padre Santiago Martín ante esta ruptura que se agranda cada día que pasa.