La Iglesia reclama acciones concretas contra los matrimonios forzados de niñas en Pakistán.

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La arquidiócesis organizó un seminario sobre el fenómeno de las niñas menores, cristianas e hindúes, secuestradas y obligadas a casarse con musulmanes. Se hizo un llamado a los tribunales y autoridades políticas para que castiguen un delito que está contemplado en el código penal paquistaní pero queda solo en los papeles.

Las conversiones y matrimonios forzados en Pakistán constituyen una grave amenaza para las niñas menores de edad y el miedo a los secuestros con este fin ha llevado a muchas familias hindúes y cristianas a dejar de enviar sus hijas a la escuela cuando terminan la educación primaria. En muchos casos, el fenómeno ha afectado incluso a niñas de 12 años, ya que los grupos religiosos se oponen a que se indique una edad mínima para la conversión y el matrimonio, argumentando que ese límite no está previsto por el Islam.

La situación se agrava por el hecho de que la mayoría de los acusados ​​presentan en el juicio un certificado de conversión y un Nikahnama (certificado de matrimonio) que, en la mayoría de los casos, lleva a los jueces a decretar la absolución. La ley pakistaní teóricamente castiga como violación las relaciones sexuales con menores de 16 años y establece la pena de muerte o una condena de más de 10 años.

Consciente de esta grave situación, la Comisión Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Karachi organizó un seminario de sensibilización para las familias en el distrito de Korangi, que se dictó el 4 de junio. El objetivo de la iniciativa era dejar en claro que la Iglesia Católica está junto a los más indefensos y que los apoya en su demanda de justicia.

Mariyam Kashif, docente y activista de Justicia y Paz en Karachi, recordó en su exposición que la justicia pakistaní, en todos los niveles, ha mostrado hasta ahora prejuicios y falta de convicción en los casos de conversiones y matrimonios forzados de niñas menores de edad. “En este país – dijo – tenemos leyes, comisiones y una Constitución que afirman los derechos de las minorías, pero, debido a algunos movimientos religiosos y partidos políticos, hacerlos cumplir se convierte en una carrera de obstáculos”. Esa es una de las razones por las cuales -observó- las minorías están disminuyendo: en el último censo de 2017 habían caído al 3,37% de la población frente al 23% de 1951.

Noman Peter, de la misma repartición de Karachi, recordó que las conversiones forzadas de niñas hindúes y cristianas y los consiguientes matrimonios con secuestradores musulmanes son una plaga que dura desde hace años, alimentada precisamente por la impunidad, a pesar de que desde 2017 el artículo 498-b del Código Penal paquistaní contempla expresamente el delito de matrimonio forzado, punible con penas de entre 3 y 7 años y multa de hasta 500 mil rupias (unos 2.700 euros).

En nombre de la comunidad hindú, Ravi Vishal se refirió a las dificultades que hoy conlleva en Pakistán practicar esta confesión religiosa y se unió a la demanda de justicia para las niñas hindúes y cristianas, manifestando la esperanza de que el gobierno garantice los mismos derechos a todos los ciudadanos del país. Kashif Anthony, responsable de la Comisión Justicia y Paz de la arquidiócesis de Karachi, expresó por último la esperanza de que el delito de «conversión forzada» también se agregue al artículo 498-b del Código Penal para facilitar su aplicación. Además -agregó- se debería establecer a nivel nacional una edad mínima de 18 años para contraer matrimonio, tanto para los varones como para las mujeres. Por último, Anthony recomendó que en este tipo de procesos judiciales los jueces se aseguren de que efectivamente hubo consentimiento real y cuál es la verdadera edad y el estado civil de las partes.

 

Shafique Khokhar.

Karachi, Pakistán.

AsiaNews.

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