* La Iglesia católica se dejó reducir al papel de una más de las denominaciones. Esto es un error, porque la Iglesia en realidad tiene exigencias completamente diferentes hacia la sociedad. Se trata de la verdad.
Sobre esto habló Mons. Giampaolo Crepaldi, Ordinario jubilado de Trieste, durante mucho tiempo jefe de la comisión Cáritas in veritate de la organización CCEE.
La política de transformación climática y energética es centralista, costosa, ineficaz e ilusoria. La reciente votación del Parlamento Europeo para reconocer el aborto como un derecho humano ha demostrado que el Parlamento está dominado por una ideología destructiva y desesperada. La crisis es evidente, como lo demuestran la injerencia de las instituciones de la UE en la política de Polonia y la presión sobre Hungría , afirmó el obispo italiano.
El jerarca afirmó que de las próximas elecciones al Parlamento Europeo puede depender mucho: si se frenará o limitará la privación de soberanía a los países, o si, por el contrario, se acelerarán los procesos de unificación.
Según el obispo italiano, desde la perspectiva de las enseñanzas de la Iglesia católica, los objetivos fijados por los centralistas de la UE deben evaluarse de forma muy crítica.
Su proyecto destruiría las comunidades naturales, desde la familia, pasando por las comunidades locales, hasta las naciones.
«Crearía un superestado distante de los ciudadanos y de las comunidades orgánicas, incluso más distante que las actuales instituciones de la UE» , afirmó.
Según añadió, el resultado sería un verdadero Leviatán con un sistema centralizado de control de la población, lo que podría representar un gran peligro para la libertad, a pesar de que las democracias modernas promueven la libertad (en exceso, señaló) como su principal valor. Además, el Leviatán de la UE con su transformación ecológica y digital necesitaría enormes recursos financieros e intervencionismo, y esto violaría el derecho a la propiedad privada.
También llamó la atención sobre la educación, que en el proyecto del centralismo de la UE se convertiría en una pedagogía específica de las masas.
Es una especie de aplanamiento y unificación de las mentes de las personas, forzándolas a aceptar la europeidad entendida como una ideología – dijo.
La cultura de la Unión Europea es fundamentalmente atea y anticristiana. Esto se esconde detrás de la fachada de la libertad religiosa , añadió.
Según el obispo, el futuro debe basarse en la verdad de la religión cristiana. No se puede hacer referencia al cristianismo únicamente como una cosa del pasado;
La vida política europea necesita algo más. Por tanto, la Iglesia católica debe mostrar la verdad, que es también la razón última de sus pretensiones en el ámbito social.
El obispo señaló que esto es un problema hoy porque resulta la Iglesia «hace poco afirmaba que el secularismo es un lugar ideal para el encuentro, el diálogo y la paz». Sin embargo, en esta imagen del mundo ahora desgraciadamente adoptada por algunos dentro de la Iglesia, el cristianismo se convierte en sólo uno de muchos caminos éticos, y la Iglesia, en una de muchas instituciones. Se trata de una interpretación errónea del principio de libertad religiosa, que en la práctica niega la unicidad de la Iglesia.
Según el obispo, hay que remitirse a las reflexiones del Papa Benedicto XVI, quien señaló que el principio de libertad religiosa no es suficiente para justificar la misión de la Iglesia.
Finalmente, el jerarca llamó la atención sobre el énfasis excesivo en que la Unión Europea tuvo su origen en la llamada Padres fundadores que eran católicos.
Esto puede eclipsar el hecho de que al inicio de la Unión Europea también existía el Manifiesto Ventotene, con un tono ideológico completamente diferente – dijo.
MIÉRCOLES 15 DE MAYO DE 2024.
pch24/lanuovabq.
