En el reino animal, es claro lo que pasa con los cachorros que por alguna razón quedan huérfanos. Los elefantes, por ejemplo, se vuelven agresivos y con su gran tamaño atacan a los turistas que visitan la sabana africana. Las aves, que no tienen a su madre, mueren por falta de alimento o si caen del nido, mueren rápidamente a manos de algún depredador. Entonces, ¿por qué hay quienes creen que están mejor solos que en familia?
A diferencia de los animales, nosotros los seres humanos hemos aprendido a vivir individualmente de manera óptima, viajando de un lugar a otro y tomando nuestras propias decisiones. Sin embargo, cuando una persona es privada del apoyo y contención que provee un hogar bien constituido, genera una herida de abandono que luego afecta negativamente el resto de su vida.
Es así como en el mundo moderno en que vivimos, la familia ha pasado de ser una institución de control y educación de la humanidad, a convertirse en un yugo del que muchos quieren escapar. Pero, ¿por qué este cambio tan radical?
Ídolos como James Bond, o los grandes personajes de Hollywood, son el estereotipo del deber ser del hombre de hoy. Independiente, frío, calculador, mujeriego, adinerado y elegante. Este hombre que pareciera estar feliz en su soledad, no es más que otro invento del enemigo para dejar sin amparo a los hijos de nuestra generación, con padres mujeriegos, que solo viven para hacer dinero y que poco o nada saben de la vida de sus hijos.
En estos términos, una persona que dedica su vida a una familia, resigna su bienestar para proveer para otros. Una conducta lejana al egoísmo, pero que para muchos es sinónimo de resignar la felicidad propia.
Es por eso que hoy quiero preguntarte si en términos de evolución de una sociedad, crees que el ser humano está mejor solo o con la contención de una familia. Si tu respuesta es la segunda opción, es porque seguramente conoces los beneficios de la unidad de un grupo. Así como una manada de lobos caza en grupo y prospera, la familia unida es capaz de sobrepasar cualquier obstáculo que se le presente. No en vano la frase “divide y vencerás” ha sido la piedra angular de las grandes guerras de la historia en las que el objetivo es debilitar al enemigo separándolo de sus camaradas.
¿Cómo restaurar una familia fragmentada?
Como siempre la respuesta es Jesús. Pero para no hacer algo simplista de un tema tan importante, te invito a que entiendas que María y José se completaron como familia con la llegada de Jesús. Es ahí donde el valor de los hijos en la familia, completa el amor de los esposos convirtiéndolos en padre y madre, lo que les da un propósito extraordinario a sus vidas más que el de ver por sí mismos.
En este camino de creación de la familia, el padre y la madre se complementan en su misión al dar su mejor versión para que otro crezca y sea mejor. En otras palabras, la familia es la base de la evolución de cualquier sociedad y dónde sea que se fragmente la familia, se fragmenta la sociedad.
Si quieres restaurar tu familia, te invito a que hagas 2 procesos. Uno personal y otro con tu cónyuge. El primero es el Diplomado en sanación Interior, el cual es un programa que he desarrollado como psicólogo para que desarrolles tus talentos y puedas alcanzar tu proyecto de vida como esposo, padre y profesional. Este proceso lo trabajo a través de terapia psicológica y espiritual y es el primer paso para encontrarte a ti primero, antes que a los ídolos que el mundo quiere que sigas.
El segundo paso es, si eres padre o madre, que realices el Programa anual de Sanación de tus Hijos, en el que te formarás para aprender a orar y sanar con el poder de Dios, las heridas emocionales y espirituales que hemos causado en nuestra descendencia. Pareciera poco lo que somos conscientes del mal que hemos hecho en nuestros hijos, así que, si quieres preservar tu familia y a tus hijos en el buen camino, te invito a que me envíes un mensaje y conozcas más sobre lo que puedes hacer con el poder que Dios te ha dado.
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