La «drag queen» y otros blasfemos de la ceremonia de apertura olímpica, presentaron demanda por… difamación.

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Participando en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, los llamados, una «drag queen» que se hace llamar «Nicky Doll» presentó una demanda pública por difamación.

Se trataba de una entrada en la cuenta «X» del actor británico Laurence Fox, quien comparaba a los «artistas drag queen» que participaban en la parodia de «La última cena» con «pedófilos pervertidos». No es la primera vez que se intenta amordazar las emociones humanas provocadas por provocaciones de la comunidad LGBT.

Fue este «Nicky Doll» quien actuó con otras «drag queens» en la puesta en escena de una escena titulada «La fiesta», que era una parodia de uno de los eventos religiosos más importantes para los cristianos: la Última Cena.

La comunidad LGBT utilizó el mismo método: primero provocaron un escándalo, insultaron a los cristianos y ahora se hacen pasar por «inocentes» y se presentan como «víctimas del odio». Curiosamente, los principales medios de comunicación en Francia llaman a las personas que protestan contra la escena iconoclasta «círculos conservadores y de extrema derecha».

La abogada de Nicky Doll, Anne-Sophie Laguens, habló en los medios de comunicación sobre la «ola de odio sin precedentes» que se ha extendido por el mundo desde la ceremonia, así como sobre la «banalización de los insultos basados ​​en la orientación sexual o la identidad de género».

Este también es un comportamiento típico de la comunidad LGBT y sus defensores: desviar las acusaciones, es decir, un truco como el de un ladrón que grita a la multitud después del robo: «¡atrapen al ladrón!…¡al ladrón, al ladrón!».


Pero ese no es el final. Dos «pilares» de la ceremonia también presentaron denuncias por «acoso» y «amenazas de muerte»: su director artístico homosexual, Thomas Jolly, y la DJ Barbara Butch, que apareció en la mesa durante la parodia de «La última cena». Curiosamente, la policía de París inició dos investigaciones sobre este caso.

Tras presentar la demanda, el autor de este pseudoespectáculo, Thomas Jolly, recibió «el apoyo del propio presidente Emmanuel Macron». Por tanto, no sorprende la intervención de la fiscalía. Ésta investigará «publicaciones que contienen amenazas e insultos criticando la orientación sexual y el supuesto origen israelí» del director artístico.

La investigación está a cargo del Centro Nacional de Lucha contra el Odio en Línea (PNLH) y la Oficina Central de Lucha contra los Crímenes de Lesa Humanidad y los Crímenes de Odio (OCLCH). Por supuesto, ninguna de estas fiscalías se ocupará del significado real de la ceremonia…


Emmanuel Macron apoyó a Jolly, escribiendo que «nada justifica amenazar al artista». En opinión, de Macron, «los franceses estaban muy orgullosos de esta ceremonia» porque «reflejaba lo que es Francia».

Y en este último punto…podemos estar de acuerdo con el presidente de este país.

BD

PARÍS, FRANCIA.

LUNES 5 DE AGOSTO DE 2024.

PCH24.

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