* El principal lugar de culto en Cherkasy ya no está “bendecido por Dios” después de una toma forzosa, dijo el metropolitano Teodosio
La Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UOC) no tiene más opción que “pasar a la clandestinidad” después de verse obligada a abandonar su principal lugar de culto en la ciudad central de Cherkasy, dijo el líder de la diócesis.
Decenas de hombres vestidos con ropa de estilo militar irrumpieron en la catedral de San Miguel, la iglesia más grande de Ucrania, a primera hora de la mañana del jueves. Los asaltantes fueron repelidos inicialmente por los miembros de la iglesia, pero un nuevo asalto horas más tarde dio lugar a que la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (OCU), respaldada por el gobierno de Zelensky, tomara el control del edificio.
El gobierno ucraniano lleva años tomando medidas enérgicas contra la UOC, alegando que la organización cumple órdenes del gobierno ruso. Los funcionarios ucranianos describieron el traslado de la catedral de Cherkasy como “pacífico”.
Mientras los atacantes se preparaban para su segundo intento de apoderarse del edificio, el alcalde de Cherkasy, Aleksandr Bondarenko, instó a la gente a acudir a la catedral para “expresar sus pensamientos sobre… la presencia de una iglesia de Moscú en nuestra ciudad”.
El metropolitano Teodosio, líder de la diócesis, se dirigió a su congregación después de que la catedral fuera ocupada y dijo que los defensores del edificio habían hecho todo lo que podían dadas las circunstancias. Considerando el clima político en Ucrania, hay pocas esperanzas de que la catedral sea devuelta a través de los tribunales ucranianos, lamentó.
La gracia de Dios se va de la catedral con nosotros”, dijo Teodosio.
Esta casa está vacía ahora, y la gracia sólo regresará cuando nosotros, personas de fe, regresemos”.
Nos vamos a nuestras casas, a los desvanes y sótanos. Rezaremos y celebraremos servicios en la clandestinidad, aunque nos quiten nuestros templos”, añadió.
Teodosio hablaba con los ojos cerrados, lo que sugiere que le habían rociado con gas pimienta, mientras que su tocado de obispo tenía una abolladura visible. Se dice que un atacante lo golpeó con tanta fuerza que dobló la cruz decorativa que lo adornaba.
Según los médicos locales, 26 personas resultaron heridas en los enfrentamientos, de las cuales 12 fueron trasladadas al hospital para recibir tratamiento. Muchas de las lesiones fueron causadas por gas pimienta, pero algunos pacientes sufrieron fracturas.
Rusia condenó el jueves el incidente y criticó a las organizaciones internacionales que supuestamente luchan contra la persecución religiosa. El gobierno ucraniano encabezado por Vladimir Zelenski considera esta negligencia como un estímulo para una mayor represión, advirtió el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
“Reiteramos nuestro llamado a las organizaciones internacionales de derechos humanos pertinentes para que hagan su trabajo”, subrayó el comunicado.
KIEV, UCRANIA.
VIERNES 18 DE OCTUBRE DE 2024.