Volvemos hoy sobre el año electoral, este 2021 en México. La semana anterior decíamos que la caballada está flaca.
Ahora podemos decir que no sólo entre los aspirantes está flaca la caballada, sino también con las autoridades constituidas que, insistentes en su necedad, tratan de llevar agua a su molino con los logros de aquello que es su obligación, pero que hoy lo utilizan como una promoción subliminal en favor de sus partidos. Gobernar con el pasado está de moda porque han visto que eso les reditúa. Así recibimos, día a día, mensajes que van por el denuesto de los partidos contrarios al del poder.
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Y ahora, la catequesis se ha centrado en “la inutilidad y lo caro” de los organismos autónomos a los que se busca desaparecer, pese a la argumentación muy bien presentada por la permanencia de éstos. Hoy la mirada se centra -entre otros- en la desaparición del INAI, el órgano encargado de transparentar todas las actividades oficiales para evitar la corrupción que tanto se dice combatir.
Y un nuevo organismo se ha puesto en la lista de espera para su desaparición, luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE), a través de su consejero presidente, Lorenzo Córdova, advirtiera que “durante las campañas electorales de este año toda la propaganda gubernamental deberá dejar de difundirse, y ese supuesto incluye la transmisión íntegra de las conferencias mañaneras”. Córdova Vianello sustenta su afirmación en los artículos 41 (en su fracción III, apartado C) y 134 constitucionales.
El argumento del INE, por tanto, es muy válido, pero ello no agradó y el presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió en contra del organismo: «Son dos cosas, primero acudir a instancias judiciales en caso de que haya una prohibición porque sería un acto de censura, sería un agravio, un atentado a la libertad, eso no puede prosperar, desde el punto de vista constitucional y legal. Y lo segundo, yo aprovecho para convocar a los mexicanos (otra encuesta a mano alzada) a que opinen si está bien que el INE nos silencie, si está bien que, en México nuestro país, no pueda hablar el presidente».
Una situación parecida se vivió en 2019, durante la primera jornada electoral que se llevó a cabo ya con AMLO como presidente, sólo que en ese entonces el mandatario se dijo respetuoso de estas restricciones e incluso consideró “no hace falta que nos manden una notificación”, pues dijo estar “de acuerdo que no se transmitan las conferencias en donde hay elecciones”. Así lo afirmó el 28 de mayo de 2019, en su conferencia diaria cuando se le preguntó si incluso estaría de acuerdo en que en el proceso electoral de 2021 no se transmitieran íntegras sus mañaneras, a lo que respondió: “Sí, bueno, mientras está, vamos a decirlo, el periodo (la veda), sí, no hay ningún problema, que se suspenda. ¿Por qué? Porque se puede informar de otra manera, no yo. Saben que le tengo mucha confianza al pueblo, a la gente”.
Pero hoy, ya cambió de opinión: “Como ya está de moda a nivel mundial la censura, ya nos quieren silenciar y realmente es una actitud de mucha intolerancia, cómo nos van a quitar el derecho de expresión, de manifestación, cómo le quitan al pueblo el derecho a la información». Y se va contra Lorenzo Córdova: «Que no se preocupe el director del INE, no somos iguales, nosotros venimos de una lucha en la que hemos enfrentado las prácticas antidemocráticas que él ha avalado, porque se ha hecho de la vista gorda ante fraudes electorales, violaciones a la ley, él por consigna entregaba candidaturas, registros para partidos, se quedó callado y nunca protestó», sentenció.
Año difícil el que viviremos, con la autoridad promoviendo la desobediencia constitucional. ¿Qué no está flaca la caballada?
Por Nuestra Voz/Editorial