Es lo que han confirmado los vecinos que fueron a rescatar la Cruz del vertedero de la localidad de Moriles y lo que ha confirmado el propio delegado del gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba, Antonio Repullo. A la disconformidad con el derribo de la cruz de las Descalzas por parte del Ayuntamiento gobernado por IU, se une ahora el agravio por las mentiras, medias verdades y formas indecorosas con que se ha llevado a cabo la operación.
Se da por confirmado pues que tras ser arrancada por una grúa de su lugar de emplazamiento en el centro de Aguilar de la Frontera, en el Llanito de las Descalzas, la cruz acabó siendo trasladada al vertedero del municipio de Moriles, a 10 kilómetros, y luego se procedió a su reciclaje. Si esto último fue o no consecuencia de que algunos vecinos se dirigían al vertedero al rescatarla de tal destino, aún no se ha demostrado.
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El delegado de la Junta en Córdoba ha confirmado que el Ayuntamiento de Aguilar era competente para decidir sobre el destino de la cruz y que la Junta no podía oponerse a su derribo. Eso sí, ha subrayado que al Consistorio le «ha faltado delicadeza y un poquito de sensibilidad …hacia una inmensa mayoría de sus vecinos».
La alcaldesa #comunista y filomusulmana de #AguilardelaFrontera que arrancó la #Cruz la mandó destruir en un vertedero.https://t.co/AbRs8Qi0jX@iuandalucia #LaCruzPrevalece #LaCruzPrevalecerá
— Sevillainfo.es (@Sevillainf) January 21, 2021
Al margen de si la excusa para el derribo de la cruz, unas filtraciones de agua que desde el arriate existente en su enclave que afectaban a la iglesia de las Descalzas, era cierta o no, lo que ha indignado más ha sido el trato dado a la cruz tras su retirada de la plaza en la que estaba y una vez que las monjas de las Descalzas habían solicitado albergarla, cuando menos a parte de la cruz, en sus estancias.
Según el PP de la localidad, que recoge Europa Press, si arrojar la Cruz derribada a un basurero es una muy discutible decisión que ya nada tiene que ver con la «memoria histórica», destruirla o hacerla desaparecer (descuartizarla ha sido el verbo empleado) antes de que un grupo de vecinos se empeñara en salvarla y colocarla en otra parte, no tiene explicación y añade otro ingrediente a la bronca local: ¿Dónde está la cruz y qué se ha hecho con ella?
«Arrojar la cruz a un vertedero delata la verdadera intención de la alcaldesa, que no es otra que la revancha ideológica y el ataque a un símbolo cristiano». Y añade: «Estamos impresionados por el sectarismo de la alcaldesa de Aguilar, por el fondo y por las formas, y porque ha llevado a cabo esta aberración sin contar con el consenso de nadie, sin información a la Corporación Local ni al pueblo de Aguilar, sin ningún tipo de transparencia, y encima quiere culpar a otra administración».
El PP sigue en su nota diciendo que «la Cruz de las Descalzas no contenía simbología franquista, ni se consideraba afectada por la Ley de Memoria Histórica», puesto que «tan sólo era un elemento no protegido por Cultura anexo a un templo religioso». «Si molestaba para la remodelación de la plaza, o si había filtraciones de agua del arriate a la iglesia, la alcaldesa podría haber solucionado el problema trasladando la cruz a otro espacio de la ciudad», ha apuntado la portavoz del PP, Ascensión Pérez.
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Que en su lugar el propio Ayuntamiento regido por la alcaldesa comunista Carmen Flores hubiera querido colocar una escultura del fundador del convento de las Descalzas, Rodrigo de Varo y Antequera, de 90 centímetros de altura, que incluía otra cruz, no tiene recorrido por cuanto la Junta de Andalucía negó el permiso para tal opción. Por cierto, que Rodrigo de Varo formó parte de la Inquisición en calidad de alguacil mayor.
Según Sevillainfo.es, horas después de publicarse la foto de la Cruz abandonada en la escombrera, la ciudadana Beatriz Teresa @AveCorMariae, cuyo novio, junto a un grupo de amigos, habían colocado en sustitución una cruz de madera junto a la propia iglesia de las Descalzas, informaba que la cruz había sido destruida. ABC no da por seguro que haya sido destruida lo que plantea la pregunta de dónde está la cruz y qué se ha hecho con ella.
La cruz, ya destruida o trasladada a otra parte, iba a ser rescatada asimismo por el modista Juan Pérez Garramiola, perteneciente a una saga bodeguera de Montilla, Córdoba, que pidió voluntarios para fletar un camión de suficiente tamaño y desplazarse hasta vertedero para recogerla.
La polémica creció en intensidad cuando se conocía que la alcaldesa del pueblo, Carmen Flores, adorna su despacho con su nombre y apellidos en lengua árabe, motivo por el que el articulista Alfonso Ussía la retaba a proceder del mismo modo con el Corán y que, si tenía narices, lo arrojara luego a un estercolero.
La versión oficial extendida desde el Ayuntamiento es que la retirada de la cruz se debe a las exigencias de la Ley de Memoria Histórica, algo que es negado por la documentación del propio municipio que se refiere a unas filtraciones para proceder a la remodelación de la plaza donde se encontraba.
El papel de la Junta de Andalucía
El tema de la Cruz derribada de las Descalzas sigue provocando desazón e incertidumbre. A la actitud del Ayuntamiento, se ha sumado el conocimiento de que ha sido la Junta de Andalucía donde gobiernan PP y Cs la que autorizó la actuación municipal de derribo tras el informe de la Comisión Provincial de Patrimonio.
Se ha conocido que fue la Junta la que autorizó el derribo de la Cruz solicitada por el consistorio aguilarense, no por razones de memoria histórica, sino por haber aprobado un proyecto de remodelación del espacio en el que se encontraba, entre la calle Moralejo y el llamado Llanito de las Descalzas.
La Junta, en un comunicado publicado ayer, dijo que el derribo de la Cruz era competencia exclusiva del Ayuntamiento que había explicado que su deseo de eliminar la cruz de su emplazamiento se debía a unas filtraciones de agua que afectaban a la Iglesia de las Descalzas.
«La decisión de retirar la cruz ha correspondido exclusivamente al Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera. La retirada de la cruz de mampostería existente en el lugar no forma parte del Bien de Interés Cultural, sino que se ubica en su entorno, por lo que es competencia exclusiva del Ayuntamiento» recogía ABC del comunicado.
La Junta de Andalucía explica su papel diciendo que la Iglesia de las Descalzas sí es un Bien de Interés Cultural mientras que la cruz no lo era. Por ello, el Ayuntamiento ha contado de hecho con la autorización de la Consejería de Cultura para el derribo por causar daños a muros y pinturas del templo carmelita y carecer de valor artístico. Según el delegado de la Junta, Repullo, «eso es lo que ha hecho la Junta; simplemente se ha limitado a decir que esa cruz, si lo estima el Ayuntamiento, la puede quitar».
Pero ABC insiste en que el informe de la Consejería de Cultura es muy claro al respecto. Primero, la cruz forma parte del BIC al estar en su entorno, y por ello, cualquier cambio en el bien y su proximidad ha de autorizarse por parte de los técnicos de la Junta (artículo 33 de la Ley de Patrimonio de Andalucía).
Con información de Libertad Digital/Pedro de Tena