La Confesión ha desaparecido en la mayor y de las iglesias: «se dejó de predicar sobre el infierno, el pecado…»

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Daniel Arasa, periodista y doctor en Ciencias Sociales. Padre de siete hijos. Ha publicado mas de treinta libros, en su mayoría de historia contemporánea y de temas familiares y educativos. Es presidente de la Plataforma per la Familia y de la Asociacion Cinemanet. Hablamos con él sobre el mal que ha traído el hedonismo a las sociedades occidentales y el gran drama de la pérdida del sacramento de la confesión en muchas parroquias.

Alfonso Guerra dijo que a España no la iba a reconocer ni la madre que la parió, después de la revolución cultural que tenía prevista el PSOE y así fue.

Efectivamente los gobiernos socialistas influyeron en algunos cambios importantes que ha habido. De todas las maneras el gran problema es el hedonismo que no deriva directamente de los gobiernos de ningún tipo sino que viene de mucho antes. Recordemos los años 60 teníamos a filósofos como Marcuse, anteriormente Freud, Simon de Beauvoir, con el feminismo radical que planteaba, después de la revolución del 68 que trae un ataque directo a todos los valores básicos de la familia, de la sexualidad…

Todo esto ha ido influyendo de una forma continuada. Luego los gobiernos llegan a plasmar todo esto en leyes, pero en realidad lo peor es el hedonismo. Yo he escrito en un libro recientemente: ¿Sobrevivirá Polonia al hedonismo? Un país que resistió a la persecución de nazis y comunistas, a la división del país…y sin embargo continuó siendo muy un país muy católico. Pero hoy que he estado yo en Polonia veo algunos brotes de algo más negativo, el hedonismo, que se está desarrollando mucho. El gran problema que tiene el hedonismo es que va erosionando a la persona, la va quemando por dentro, es una voz que te dice: vive bien, no te prives de nada, adelante….

Y se empieza por no tener hijos, porque los hijos en las familias son una perturbación para poder viajar, para poder salir, pero sin embargo no deja de haber relaciones sexuales. Por tanto, se pervierten las relaciones sexuales, que deben estar abiertas a la vida. Y esto se aplica a todo tipo de placeres. Llega un momento en el que como la gente deja de actuar según los principios cristianos, empieza a vivir de otra manera y acaba pensado como actúa. Y por eso llegamos a una situación extrema de vivir una vida, no precisamente cristiana.

 

Pero ya en el tardo franquismo, con la llegada del turismo y el llamado destape comenzó la relajación de costumbres del pueblo español.

Así es, esto comenzó ya mucho antes, pero no nos podemos centrar solo en España porque nuestro país forma parte del mundo en el que ocurre prácticamente lo mismo. Efectivamente en los años 60 empezó a haber mucho turismo, afortunadamente el nivel de vida creció muchísimo, pero precisamente de vivir bien empezó esta especie de mentalidad hedonista. La gente empezó a construir su casita en el campo, lo cuál es bueno, pero empezó a pensar que igual no hacía falta ir a Misa el domingo, por poner un ejemplo. Así poco a poco las costumbres se fueron relajando y cambiando hasta el punto de que fue creciendo este relajamiento y las costumbres deteriorándose más y más.

Igualmente desde los púlpitos se dejó de predicar sobre el infierno, del pecado…y se habló más de acogida, misericordia, comprensión…

No está mal hablar de acogida y de comprensión porque esto forma parte de lo que es la caridad y la justicia. El problema está en que han dejado de hablar de pecado, han dejado de hablar de confesión. La confesión ha desaparecido en la mayor parte de iglesias de Cataluña al menos. Han dejado de hablar del infierno, de la gloria de Dios, del otro mundo. Entonces evidentemente esto lo conviertes en algo filantrópico (que no es malo en sí), el problema es que dejas de hablar de lo importante y de lo trascendente. La gente va distanciándose de Dios. Además es muy curioso que muchas sectas protestantes que hablan del cielo, del infierno…tienen muchos adeptos, sobretodo en Hispanoamérica está pasando mucho. Por contra el catolicismo en estos países que se ha dedicado a hablar solo de la teología de la liberación, de justicia social y ecologismo está perdiendo a la gente.

La legalización del aborto, ahora de la eutanasia, de uniones gays etc sin apenas oposición …todo eso ha sido posible porque a través de un complejo proceso de ingeniería social la gente ya estaba preparada para aceptarlo.

Evidentemente, es una ingeniería social que pretende poco a poco ir cambiando la mentalidad de la gente en base a los casos límites. Por ejemplo en el caso del aborto te hablan de una mujer violada indefensa, enferma…y te hacen ver que si no le dejas abortar no tienes corazón. Y una vez la gente traga con la excepción de un caso extremo, van aumentando los supuestos. Ahora pasa lo mismo con la eutanasia, te presentan situaciones muy extremas no para defender la vida sino para justificar la muerte del que sufre.

El aborto y la eutanasia eran impensables en su momento, pero hoy en día a base de bombardear a través de los medios y a base de mucho dinero de algunas de las grandes fortunas mundiales para promover todo esto…tenemos hoy que el aborto es aceptado por la mayoría de personas. Además cuando se legisla, una gran parte de la gente piensa erróneamente que si es legal, es moral.

Es muy significativo que con luego con partidos conservadores esa revolución cultural socialista no fue suficientemente combatida.

A las derechas en España y en otros sitios les ha faltado dignidad. Estamos en una batalla cultural y la derecha no la ha jugado. Rajoy hizo cosas muy buenas en el campo económico, pero nada más que eso. Las derechas lo que han hecho es consolidar los cambios que habían hecho los socialistas. No han entendido que la batalla que estamos viviendo es una batalla cultural, no es únicamente una batalla económica. Las derechas y la mayoría de los cristianos no han hecho nada, mientras determinadas ideologías de izquierda, siguiendo a Gramsci, han logrado dominar la cultura y han cambiado la mentalidad de la gente.

Gramsci se dio cuenta de la importancia de la manipulación del lenguaje para ganar la batalla cultural.

Totalmente, han conseguido manipular el lenguaje de tal manera que engañan a mucha gente. Cuando mis hijos están esperando tener un niño o una niña, van con ilusión a ver como late el corazón del bebé que lleva la madre en su seno. Es tan evidente y tan claro que hay una nueva vida, pero sin embargo los abortistas dicen que es simplemente un trozo de carne. La ideología de género, si uno se pone a pensar es lo más estúpido que puede haber, que uno no es como ha nacido sino como quiere ser. Es una estupidez inmensa el no aceptar lo que eres, si no lo que quieres ser y sin embargo es aceptada por una gran parte de la sociedad que tiene lavado el cerebro. Ser hombre o mujer no es algo intercambiable, aunque han conseguido que penetre en la sociedad esta idea. Algún día se aclarará que esto es una locura.

Muchos sacerdotes, en general, no han sabido combatir el indiferentismo religioso y la mentalidad irenista de nuestros días.

Evidentemente como conjunto hemos bajado mucho el nivel, no solo los sacerdotes, sino también los laicos que debemos dar verdadero testimonio de nuestra fe. Cada uno en su nivel, en su situación, en sus familias, en su trabajo…debe actuar de una forma coherente, actuando y hablando de Dios y sin miedo a hablar de Dios. Ahora que estamos ante la Navidad se habla solo de las comidas, de si nos reunimos pocos o muchos… pero casi nadie habla del hecho central de la Navidad, que es el nacimiento de Cristo. Isabel Díaz Ayuso fue de las pocas valientes en este sentido, que merece un aplauso por haber hablado de Dios sin ninguna vergüenza. Tenemos que explicar que celebramos la Navidad porque hubo un señor llamado Cristo que (además de ser Dios) como hombre ha sido la persona más importante de la Historia y a raíz de esto existe la era cristiana y contamos los años desde su nacimiento. Hay que formar a los hijos en la piedad cristiana, también es responsabilidad evidentemente de los sacerdotes y religiosos que, aunque no tengan necesariamente que salir a la calle, si que pueden dar testimonio. En el caso de los sacerdotes es muy importante que se pongan en el confesionario. ¿En cuántas iglesias no hay ni confesionario? Hay una cosa fundamental, donde no hay confesión no hay vida cristiana.

A Chesterton le atrajo de la Iglesia católica, el perdón de los pecados.

Así es y el mismo Chesterton dijo que si no se cree en Dios se puede creer en cualquier cosa. En las parroquias hay muchas actividades, muchas reuniones, pero muy poca oración, muy poca adoración a Cristo y muy pocas confesiones. No se habla de santidad ni de vivir a fondo el cristianismo.

El cambio personal no es suficiente para cambiar la sociedad.

Lo primero tenemos que pensar que quién más y más eficazmente actúa es Dios, por lo tanto lo que necesitamos primero es mucha más oración y mucha más vida interior. Pero sobre esta base necesitamos también mucha más presencia en la vida pública. La vida pública puede ser política directamente o metapolítica. Se puede influir mucho en las asociaciones de vecinos o de familias numerosas o en una asociación en defensa de una procesión, por ejemplo…todo aquello que sirva para mejorar y trasformar la sociedad según el criterio del Evangelio, amor por los demás, respeto y ese celo por llevar a las personas a Dios.

Los Papas nos han enseñado que la política es una de las formas mejores de vivir la caridad porque así luchamos por el bien común, no tanto por nuestros propios intereses, sino por los de toda la sociedad. Ante temas como el aborto o el derecho de los padres a elegir la educación de nuestros hijos tiene que haber una militancia y una oposición muy clara. Oración, formación y acción, pero empezando siempre por la oración porque si no, todas nuestras obras buenas podemos hacerlas por orgullo y edificamos sobre arena. Hay que hacerlo todo por Dios y con Dios y así las cosas siempre van mucho mejor.

Con información de InfoCatólica/Javier Navascués

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