Koch y Ayuso junto al Papa para una oración por la paz

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Con la mirada puesta en el 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, Jornada de ayuno y oración por la paz, los cardenales Koch y Ayuso se detienen en el significado de este momento de reflexión. Ambos recuerdan la importancia de la plegaria como signo de solidaridad para quien vive una situación trágica.

Mientras crecen en todo el mundo las preocupaciones por la guerra en Ucrania, al llamado por la paz iniciado por el Papa la semana pasada, se unen los cardenales Kurt Koch y Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, respectivamente.

“Jesús nos enseñó que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno”, había dicho Francisco al término de la audiencia general del 23 de febrero pasado, convocando para el 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma, un día dedicado a Ucrania, animando de manera especial a los creyentes a rezar intensamente. Los dos jefes de dicasterio subrayan la importancia de la invitación del Papa y exhortan a todos los católicos y a las personas de otras religiones a permanecer juntos en la oración por la paz.

“Para nosotros, católicos, el Miércoles de Ceniza es un día de oración y ayuno”, afirma el cardenal Kurt Koch evidenciando que el Papa invita a todos –los cristianos de otras Iglesias y todos los hombres- a unirse en esta oración por la paz. Una manera para ser solidarios y estar unidos, sobre todo porque, observa el purpurado, cuando hay una guerra los hombres tienen la impresión de ser impotentes y se preguntan qué pueden hacer.

En este tiempo, es muy importante confiarse a Dios, explica el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, porque Dios quiere la paz, nunca la guerra. Una oración pública es un “llamado a la conciencia de todos aquellos que tienen el poder sobre la guerra y sobre la paz”, una invitación a purificar sus conciencias, para que no tengan pensamientos de guerra, sino de paz.

“En tercer lugar, la oración por la paz es un signo de solidaridad con todos los que sufren, que se encuentran en una situación muy trágica –concluye el purpurado-, que deben dejar sus familias, sus hogares”. La oración es un signo para estas personas, porque les permite entender que no están solas, que hay gente que piensa en ellas y ora por ellas.

El cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, por su parte, expresa su agradecimiento por haber pedido a todos rezar como miembros de la familia humana. El purpurado exhorta a los fieles de las distintas tradiciones religiosas a adherir a la iniciativa del Pontífice, remarca la importancia que las tradiciones religiosas conceden al ayuno y a la oración y se dirige, en particular como presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, a los responsables de las diversas comunidades y tradiciones religiosas, para que puedan sumarse a la jornada por Ucrania. El cardenal Ayuso Guixot espera que las oraciones y el ayuno puedan contribuir a la paz en el mundo.

 

Tiziana Campisi y Felipe Herrera.

Ciudad del Vaticano.

1 marzo 2022.

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