La renovación que Dios nos ofrece en Cristo mediante la gracia del bautismo acontece con signos sencillos. No desconfiemos de la sencillez de la acción de Dios. San Ambrosio aconsejaba confiar en la fuerza de Dios con la mirada de la fe: “Que nadie diga: ¡eso es todo! Porque todo está solamente allí donde se encuentra una perfecta inocencia, una piedad total, una gracia plena y completa santificación. Has visto solamente lo que puede verse con los ojos del cuerpo, con la mirada de los hombres; pero no has visto lo que se hace realmente, porque esto no se ve. Éstas son las cosas temporales, mientras que las que no se ven pertenecen a la eternidad”. Una mirada de fe en el poder de Dios permite ver con nuevos ojos la realidad de nuestro México en su totalidad, para transformarla y orientarla hacia la justicia y paz social con el compromiso de todos.
Lo tremendamente sencillo es tremendamente importante. Este domingo 2 de junio es la gran fiesta democrática para todo México, por eso, necesitamos hacer lo más sencillo pero tremendamente importante: Confiar en el poder de Dios, elegir y votar por los mejores candidatos para el bien de México, Veracruz y Xalapa. Elegir y votar es un acto sencillo de caridad de toda persona pero con importantes consecuencias para todos.
La caridad de acuerdo con la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la ley. Esto supone reconocer que el amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor. Por eso, el amor no sólo se expresa en relaciones íntimas y cercanas, sino también en las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas.
Hoy la sociedad en la cual vivimos es necesaria la confianza en Dios y en nosotros mismos para ser capaces de establecer relaciones humanas que permitan construir una sociedad más solidaria, justa y humana. La confianza en la acción de Dios orienta a toda persona al servicio efectivo del bien de la sociedad y del mundo que le rodea. Confiar en Dios y ejercer nuestras responsabilidades ciudadanas son el camino, la fuerza y la esperanza de todo ciudadano para amar, servir y construir una sociedad donde todas las riquezas espirituales y materiales sean para el crecimiento y desarrollo integral de todos los mexicanos y veracruzanos sin exclusión de nadie. Hoy es tiempo de confiar en Dios y de responsabilizarnos de los proyectos de nuestra patria.
Pbro. Juan Beristain de los Santos