Joven paraguaya pide justicia en caso de presunto acoso sexual de sacerdote

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Un tribunal reinició este miércoles el juicio oral contra el sacerdote Silvestre Olmedo por un presunto acoso sexual a una integrante de la pastoral juvenil de la parroquia del religioso, un caso que para algunos grupos intentó ser encubierto por la jerarquía católica paraguaya.

El proceso se retomó hoy en la sede del Poder Judicial de la ciudad de Luque, Gran Asunción, después de casi un año, cuando la defensa presentó una recusación que, tras diez días sin respuesta, obligó a suspender el juicio y a cambiar el tribunal.

Mirta Moragas, abogada de la joven Alexa Torres, dijo a Efe que su defendida pide «justicia y no venganza», al tiempo que calificó como «buena» la sesión de hoy, que continuará el viernes.

Ello pese a que el tribunal rechazó los incidentes de exclusión probatoria presentados por ambas partes y se ratificó en su decisión.

La acusación solicitaba la exclusión de un cruce de llamadas, mientras que la defensa pedía lo mismo con un informe interno de la Diócesis, un estudio psicológico del acusado y una pericia de un ordenador en el que, supuestamente, existe un audio en el que Olmedo reconoce los hechos.

En caso de que el tribunal considerara culpable a Olmedo, se expondría a un máximo de dos años de cárcel o a una multa, aunque si existiera un cambio de calificación durante el proceso y la acusación pasara de acoso sexual a coacción sexual, las penas serían mayores.

«Lo importantes es el reconocimiento del hecho», subrayó Moragas, quien añadió que una institución que se presenta como «reserva moral» debe responder por sus hechos.

DENUNCIA PENAL

Alexa Torres denunció dentro de la jerarquía católica local que había sido manoseada por Olmedo, párroco de la iglesia de Limpio, en el cinturón urbano de Asunción, en la que colaboraba como parte de la pastoral juvenil.

En ese sentido, Moragas explicó que antes de que presentara una denuncia penal, existió una investigación interna dentro de la Iglesia, en la que se concluyó que existió un «gesto indecoroso de materialidad no identificada».

Torres llegó a hablar con el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, quien le instó a orar por su sacerdote y pidió, en unas declaraciones públicas, que no se hiciera «de una piedrita una montaña».

La defensa insiste en que Olmedo reconoció los hechos en un encuentro con compañeros del grupo pastoral que fue grabado en un audio, que podría estar en el ordenador presentado como prueba.

Hace un año, y coincidiendo con el arranque del primer juicio oral, jóvenes de la Plataforma de Universitarias Feministas de Paraguay realizaron una «performance» frente al Palacio de Justicia para denunciar el silencio y el supuesto encubrimiento de las denuncias de acoso sexual en el seno de la Iglesia católica paraguaya.

Con información de: Pulso Diario de San Luis/EFE

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