Jesús siempre se muestra sereno y accesible

Pbro. Hugo Valdemar Romero
Pbro. Hugo Valdemar Romero

El evangelio de este domingo nos narra el regreso de los apóstoles después de que Jesús los ha enviado de dos en dos a anunciar la alegre noticia de salvación. Llegan contentos y entusiasmados, le cuentan lo que hicieron, hay tanta gente que no les permiten un rato de tranquilidad, por eso los lleva a un lugar aparte donde poder estar a solas con él y poder convivir tranquilamente.

Si te has dado cuenta, nunca, en el evangelio, vemos que Jesús tenga prisa, que diga no tengo tiempo, no me alcanza el tiempo, siempre se muestra sereno y accesible, nunca lo vemos estresado, siempre es una persona equilibrada que sabe discernir lo que es verdaderamente importante y no se deja envolver por el ambiente.

El Señor le dice a los discípulos: “Vamos a un lugar aparte”, él tiene necesidad de escuchar a los suyos, de que le cuenten cómo están, cómo se sienten, cómo les ha ido en la misión; no todo en la vida es actividad, no todo es trabajo, hace falta momentos de soledad, de intimidad con Jesús, por eso los invita a retirarse, a estar a solas con él.

Si no buscas momentos para estar a solas con Jesús, pierdes la paz porque dejas de tener la proporción de las cosas y entonces, hasta lo más banal y sin importancia, te inquieta, destreza y te hace perder la calma; por el contrario, cuando buscas momentos para estar a solas con Jesús recuperas la paz, ves la vida con más serenidad y esperanza. Es lamentable ver a muchos cristianos que, en vez de buscar la paz en Jesús, en la oración, encontrar tiempo para entrar a una iglesia y orar, buscan técnicas de meditación como el yoga, que no sólo son ajenas a la fe cristiana, sino que son contrarias a ella con graves daños espirituales y emocionales; muchas de esas novedades no son sino engaños del demonio, es una pena que los creyentes, teniendo un tesoro en su vida cristiana, se vayan en búsqueda de falsas espiritualidades que, al final, las dejan más vacías y huecas.

“Señor Jesús, tú me invitas a ir contigo a solas a un lugar aparte para sosegarme, para entrar en tu paz, para entender que no hay nada más importante en este mundo que estar contigo. Lléname de tu paz y de tu luz, que no me pierda en las prisas y preocupaciones de la vida, que entienda que no hay nada más importante que tu persona y tu amistad porque amándote a ti, sobre todas las cosas, podré amar servir y ayudar a mis seres queridos y a las demás personas”.

Feliz domingo. ¡Dios te bendiga!

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