Jesús está muy cerca.

ACN
ACN

Con una cifra de muertos que ronda los 117 mil, a causa de la pandemia del Covid que azota al mundo, México cifra sus esperanzas -como toda la aldea global- en la pronta aplicación de la vacuna que permita aminorar la amenaza. Aunque no hay que ser tan confiados y prever que la inmunización se hará primero al personal de salud que se mantiene en la línea frontal de batalla; después vendrá la aplicación general, comenzando por la población de mayor edad y con enfermedades crónicas.

Mantengamos la esperanza, pero no caigamos en la confianza excesiva. Por tanto, hay que continuar con las medidas de prevención, como el uso del cubrebocas, la sana distancia y el lavado constante de manos. Evitemos las aglomeraciones, olvidemos las salidas de compras a lugares tumultuarios. Ya habrá tiempo de entregar regalos, por lo pronto es más importante regalar salud y eso lo podremos hacer cuidándonos todos.

Cierto que en Campeche continuamos con el semáforo sanitario en verde, pero si nos descuidamos tantito podremos alcanzar un rebrote de contagios y sabrá Dios quién vivirá para contarlo. Será difícil vivir una celebración navideña atípica, cuando estamos acostumbrados a la convivencia familiar en grande, incluyendo invitados. Hoy todo deberá ser distinto. Por todos lados se viene diciendo y es necesario replicar el llamado a que la Cena de Nochebuena la hagamos estrictamente en familia, esto es, con la única presencia de quienes conviven a diario en el hogar.

Que los demás familiares, por muy cercanos que sean, celebren también en sus casas; evitemos las visitas, que nuestros invitados de costumbre celebren en sus casas. Y a la hora de los besos y abrazos, que todo se haga de manera virtual, por las redes sociales, aunque se espera que se saturen. No importa, desde muy temprano del día 24 podemos comenzar a enviar nuestros saludos y asunto resuelto. Recuerden que será mejor perdernos una Navidad en la vida, que perder la vida en una Navidad. Hagamos viral este mensaje.

Ya hemos tenido casi cuatro semanas en el tiempo de Adviento en las que nos debimos haber preparado para nuestra conversión; si así lo hicimos, seguramente habremos ganado esa empatía para ponernos en el lugar del otro y pensar en la llamada Regla de Oro que nos recomienda el Evangelio: No hagas a otros lo que no quieras para ti. Si lo aprendimos, veremos entonces a nuestro prójimo como un hermano al que debemos cuidar, al que debemos desear lo mejor y en este caso lo óptimo será mantenernos alejados los unos de los otros.

Terminó el tiempo de espera, llega a su fin el Adviento y ello nos permite la alegría de saber que la llegada de nuestro Salvador está cada vez más cerca. Vamos a regocijarnos por ello y a recibir a Jesús con la esperanza de que Él nos trae el misterio de la Salvación, que su llegada a este mundo hecho hombre es el mejor regalo que recibimos de Dios Padre, con lo que nos da muestras de su inmenso amor por nosotros.

Así, pues, que esta celebración atípica nos permita la unidad familiar que tanto se había perdido. Recibamos a Jesús en nuestro hogar, en nuestros corazones, y démosle la mejor de las fiestas, no lo dejemos olvidado en un rincón de su pesebre, vamos a cantarle, vamos a arrullarlo, a hacer oración de gratitud por su presencia entre nosotros por todo lo que representa su llegada a este mundo.

Por nuestra parte, todos quienes participamos en la elaboración de Nuestra Voz les deseamos, desde el corazón,

FELIZ NAVIDAD.

Con información de Nuestra Voz Campeche/Editorial

Comparte:
By ACN
Follow:
La nueva forma de informar lo que acontece en la Iglesia Católica en México y el mundo.