El grupo activista pro-LGBT de James Martin, “Outreach”, divulgó una entrevista con un pastor protestante que afirmó erróneamente que la Biblia no condena los actos homosexuales.
En la entrevista , Martin, editor de Outreach , preguntó al pastor protestante pro-LGBT Brandan Robertson, cuál es su respuesta “cuando una persona LGBT [sic] o un miembro de su familia o cualquier persona dice: ‘¿la Biblia condena la homosexualidad?’”
Irónicamente, Robertson dijo que la desventaja del cisma protestante fue que «le dio la Biblia a muchas personas que no tienen la formación compleja para comprender la cultura, el contexto y el idioma del que surgió la Biblia».
“La Biblia no es simplemente un libro que cualquiera puede coger y comprender fácilmente; es un libro que viene de un mundo diferente, con diferentes perspectivas y diferentes normas culturales”, afirmó.
El jesuita James Martin fue designado dese 2017 como asesor de Francisco y ha sido por el mismo Papa para concufrir al Sínodo (sin ser obispo, claro), as´j coimo para hablar en diversos foros, donde ha difundido sus tésis, a pesar de que obispos de su país lo han condenado por heterodoxo.
Ante la posibilidad de que las personas malinterpreten la Biblia según sus propios deseos y prejuicios, la Iglesia Católica enseña que el Magisterio es la autoridad competente e infalible para interpretar la Sagrada Escritura y resolver controversias sobre cuestiones de fe y moral porque fue instituido por el mismo Jesucristo.
Sin embargo, el pastor protestante afirmó que “el concepto de orientación sexual no existía en el mundo antiguo, por lo que es imposible que la palabra homosexualidad sea en realidad una traducción de cualquier palabra griega o hebrea”.
Además, afirmó falsamente que “cuando simplemente nos fijamos en las prácticas sexuales del mundo grecorromano del siglo I, por ejemplo, son muy diferentes”.
“A cualquier hombre romano se le permitía tener relaciones sexuales con cualquier persona de un estatus inferior al suyo y, a menudo, se trataba de relaciones de explotación entre un hombre y su esclavo o un hombre y alguien de una nación conquistada, y mi mejor investigación en el pasado Esta década me ha llevado a creer que de lo que habla Pablo en Romanos 1 y 1 Corintios e incluso de lo que habla Levítico se refieren a prácticas paganas comunes que giran en torno a la explotación y el abuso sexual, generalmente entre hombres, y eso no se parece en nada a lo moderno. , amar [sic] las relaciones entre personas del mismo sexo”.
“Yo diría que la Biblia no dice nada sobre las relaciones LGBT tal como las conocemos hoy, pero condena con razón el abuso y la explotación sexual, que es algo que todos deberíamos estar dispuestos a condenar”, concluyó Robertson.
Sin embargo, a pesar de esas falsedades, elsacerdote jesuita James Martin calificó la respuesta de Robertson como «una magnífica explicación de dos minutos de una de las preguntas más frecuentes de los líderes cristianos» y dijo: «Creo que deberíamos usar eso como un clip de dos minutos desde ahora hasta el fin de los tiempos».
Robertson, quien es un conocido pastor “progresista” que se identifica como LGBT en la esfera de las redes sociales, afirma que “sus pronombres” son “él/él” y tiene “cristianismo queering” acompañado de una bandera arcoíris LGBT escrita en su biografía en X , anteriormente Twitter.
Poco después de la publicación de la controvertida declaración del Vaticano Fiducia Supplicans sobre las “bendiciones” de las “parejas” del mismo sexo y otras “parejas irregulares”, el p. Martin realizó una muy publicitada “bendición” de hombres homosexuales “casados” civilmente en su continuo esfuerzo por normalizar los actos homosexuales.
Refutación de las interpretaciones heréticas pro-LGBT de la Sagrada Escritura
Contrariamente a la opinión de Robertson, que el P. Martín calificó de “magnífica”, la Iglesia católica enseña que los actos homosexuales son intrínsecamente malos y siempre pecaminosos y que la Sagrada Escritura los condena.
El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) explica que “la homosexualidad se refiere a las relaciones entre hombres o entre mujeres que experimentan una atracción sexual exclusiva o predominante hacia personas del mismo sexo”.
La CCC afirma además:
Basándose en la Sagrada Escritura, que presenta los actos homosexuales como actos de grave depravación, la tradición siempre ha declarado que «los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados». Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No parten de una genuina complementariedad afectiva y sexual. Bajo ninguna circunstancia pueden ser aprobados.
Dado que los actos homosexuales son contrarios a la ley natural, se deduce que siempre son pecaminosos, y el juicio sobre su moralidad no está ligado al sentimiento de ninguna época en particular, como a menudo infieren los “apologistas” pro-LGBT de la Biblia.
En un vídeo reciente, el conocido teólogo y apologista católico Trent Horn abordó la afirmación hecha por Robertson y otros activistas heterodoxos de que el concepto de relaciones consensuales entre personas del mismo sexo era completamente desconocido en la antigüedad y que, por lo tanto, la Biblia sólo condena a los hombres que violan. otros hombres.
«Eso no es cierto porque los textos antiguos mesopotámicos como el Almanaque de Encantamientos describen relaciones sexuales consensuales entre personas del mismo sexo en la antigua Edad del Bronce, cuando se escribió Levítico», dijo Horn.
Además, explicó que el antiguo filósofo griego Platón escribió en su Simposio sobre las mujeres que “no se preocupan por los hombres, sino que tienen apegos femeninos y sobre los hombres que se juntan exclusivamente con los hombres y los abrazan”.
Platón también llamó a los actos homosexuales “contrarios a la naturaleza” y dijo que quienes los practican están “impulsados por su esclavitud al placer”, desacreditando el mito de que los actos homosexuales eran universalmente aceptados en la sociedad griega antigua.
El satírico romano Juvenal (nacido en el año 55 d. C.) registró “su desprecio por los hombres que ‘se casaban’ con otros hombres en las ceremonias nupciales romanas”, según Horn, lo que demuestra además que las relaciones homosexuales consensuales eran conocidas en la antigüedad.
En otro vídeo que aborda la interpretación herética pro-LGBT de la Biblia, Horn refuta algunas de las malas interpretaciones comunes de los versículos citados por Robertson.
En Romanos 1:26-27, San Pablo escribe:
Por eso Dios los abandonó a sus vergonzosas pasiones. Sus mujeres intercambiaron relaciones sexuales naturales por prácticas antinaturales. De la misma manera, los hombres abandonaron las relaciones naturales con las mujeres y se consumieron de pasión unos por otros. Los hombres cometieron actos vergonzosos con los hombres y recibieron en sus propias personas el castigo adecuado por su perversión.
A los “apologistas” pro-LGBT les gusta afirmar que San Pablo condena principalmente el pecado del adulterio en este pasaje, es decir, que los maridos y las esposas dejen a sus cónyuges para tener relaciones sexuales con otra persona. Horn refutó esta interpretación, diciendo:
“Si San Pablo condenara el adulterio, entonces hablaría del tipo más común de adulterio entre personas casadas heterosexuales, es decir, participar en actos sexuales con personas del sexo opuesto, ya sea que estén casadas o casadas. ellos mismos solteros”.
“El punto del capítulo 1 de Romanos es que Pablo está diciendo que los gentiles saben que han pecado y necesitan redención en Cristo”.
“Aunque nunca tuvieron el Antiguo Testamento para enseñarles, los gentiles tenían sus conciencias y la ley natural para guiarlos, por lo que Pablo elige dos ejemplos obvios de inmoralidad que una persona debe conocer basándose en lo que la naturaleza intenta y la conciencia ordena. Está mal dar adoración destinada a Dios a un simple ídolo [cf. Romanos 1:22-23] y está mal realizar actos sexuales destinados a personas del mismo sexo”, concluyó Horn.
Por ANDREAS WAILZER.
LUNES 5 DE FEBRERO DE 2024.
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