Hay una evidente consonancia en el modo de actuar de los investigadores vaticanos y de la fiscalía de Sassari, cuyas indagatorias se confían a la Guardia di Finanza, es decir, a los mismos hombres que llevaron a cabo comisiones rogatorias y registros (según muchos juristas, ilegítimos) en el ámbito de las investigaciones vaticanas contra el cardenal Angelo Becciu.
En efecto, la hipótesis acusatoria de la fiscalía se refiere a la supuesta utilización de fondos de la Iglesia para uso privado. Conforme a tal hipótesis acusatoria, tanto el hermano del cardenal Giovanni Angelo como el obispo de Ozieri Corrado Melis, corren el riesgo de ser enviados a juicio junto con el director de Caritas Don Mario Curzu, y otras dos personas.
El abogado de los sospechosos habla de «acusaciones infundadas» y, de hecho, durante la fase del juicio vaticano contra el cardenal Becciu, quedó ampliamente documentada la correcta gestión de los fondos por parte de la diócesis de Ozieri.
ROMA, ITALIA.
GC.
Faro Di Roma.