* Un residente de Texas de 38 años enfrenta cargos de homicidio capital por matar a su hijo no nacido alimentándolo con drogas abortivas sin conocimiento.
Un residente de Texas de 38 años y empleado federal fue arrestado y acusado de matar a su hijo nonato al alimentar a su novia con drogas abortivas sin su conocimiento.
El Austin-American Statesman informó que Justin Anthony Banta fue arrestado o y acusado de homicidio capital y manipulación de pruebas. En septiembre de 2024, presuntamente introdujo pastillas abortivas en la bebida de su novia en una cafetería, aproximadamente a las seis semanas de embarazo, después de que ella rechazara su oferta de comprarle el «Plan C», alegando que quería el bebé.
La novia, que permanece anónima, dijo a la policía que comenzó a experimentar fatiga severa y sangrado al día siguiente, lo que requirió una visita a la sala de emergencias y finalmente perdió a su bebé el 19 de octubre.
La policía confiscó el teléfono de Banta durante el curso de la investigación, acusándolo de manipularlo de forma remota para eliminar evidencia, supuestamente usando sus habilidades como personal de TI del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ).
“El Sheriff Authier expresó su gratitud a los propietarios y al personal de la cafetería… por su plena cooperación, junto con los esfuerzos de los investigadores de la Oficina del Sheriff del Condado de Parker, los Rangers de Texas, la Policía de Benbrook, los Servicios Técnicos y Forenses Digitales del Fiscal de Distrito Criminal del Condado de Tarrant, el Servicio Secreto de EE. UU., el Centro Regional de Información sobre el Crimen Organizado (ROCIC) y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) por su apoyo y recursos a lo largo de esta extensa investigación”, dijo la Oficina del Sheriff del Condado de Parker.
En Texas, el homicidio capital se castiga con un mínimo de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, aunque es posible que los fiscales soliciten la pena de muerte.
A pesar de que el lobby abortista presenta el aborto como una cuestión de “elección”, desde hace mucho tiempo hace la vista gorda ante la coerción contra el aborto.
La serie «Ayudando a los Abusadores» de Live Action se basa en noticias, testimonios de testigos y videos encubiertos para exponer la disposición de los empleados de Planned Parenthood a ofrecer abortos a niñas de tan solo 12 años sin reportar indicios de violación legal o forzada a las autoridades. Esto permite que los hombres que llevaron a las niñas a sus citas las traigan a casa y continúen abusando de ellas.
En 2023, el Instituto pro vida Charlotte Lozier publicó un estudio que entrevistó a 1.000 mujeres estadounidenses y descubrió que el 61 por ciento de las mujeres que se someten a abortos lo hacen debido a la presión de “sus parejas masculinas, familiares, otras personas, preocupaciones financieras y otras circunstancias”.
Obligar a una mujer a abortar, incluso si es menor de edad, es ilegal en los 50 estados de los Estados Unidos de América”, según el Centro Contra los Abortos Forzados de la Fundación de Justicia, que ofrece una variedad de recursos de información para ayudar a quienes se ven presionados a matar a sus bebés.
Permitir que las píldoras abortivas se distribuyan y se tomen sin supervisión médica hace que sea mucho más fácil obtenerlas para fines como el de Bunta, aunque aún está por verse si se hará algo al respecto a nivel nacional.
El presidente Donald Trump durante la campaña electoral declaró que no aplicaría la ley federal que prohíbe el envío de píldoras abortivas por correo.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., ha prometido desde entonces una «revisión completa» de los riesgos médicos de las píldoras abortivas.
Por CALVIN BREIBURGER.
LIFESITENEWS.
