* Desde que se anunció el alto el fuego, se ha lanzado una campaña de desprestigio contra el enviado de Trump a Oriente Medio, Steve Witkoff, y otros miembros realistas del equipo de política exterior del presidente. La única pregunta es: ¿por qué y con qué fin?
Mientras firmaba docenas de órdenes ejecutivas en la Oficina Oval el martes por la noche, el presidente Donald Trump dijo algo alarmante sobre el conflicto en curso en el Medio Oriente.
Cuando se le preguntó si era optimista sobre el alto el fuego entre Israel y Hamás, Trump expresó fuertes reservas.
No tengo confianza. Esa no es nuestra guerra, es la de ellos», afirmó.
Los comentarios de Trump son extraños por tres razones.
- En primer lugar, Estados Unidos ha sido el principal beneficiario, tanto diplomática como militarmente, de la campaña genocida del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu , desde que comenzó en octubre de 2023. Si la guerra no es de Estados Unidos, entonces ¿de quién es?
- En segundo lugar, Trump prometió a millones de votantes demócratas palestinos en estados clave el año pasado que “ pondría fin a la guerra”, y no simplemente se encogería de hombros y actuaría como si fuera algo que no le molestara.
- En tercer lugar, se dice que Trump está a punto de levantar las sanciones impuestas durante la era Biden, que prohibían el envío de bombas de 2.000 libras a Israel. ¿Cómo puede insinuar que es un simple espectador inocente del conflicto cuando en realidad está íntimamente involucrado en él?
Trump no se lleva bien con Netanyahu
Donald Trump tiene una relación fría con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
En resumen, Trump todavía se siente muy traicionado por haber sido apuñalado por la espalda por Netanyahu después de la campaña presidencial de 2020. El año pasado, en Mar-a-Lago, Trump supuestamente le dio el día de la toma de posesión (20 de enero) como fecha límite para poner fin a la guerra.
Para alguien que está acostumbrado a alardear de cómo controla a los políticos estadounidenses , eso seguramente habría sido una dura llamada de atención.
También es notable que Netanyahu no fue invitado a la toma de posesión de Trump y aparentemente el emisario de Trump le habló con bastante brusquedad durante las negociaciones.
El enviado de Trump a Medio Oriente, Steve Witkoff, ha trabajado incansablemente con un equipo de embajadores de Qatar y otros actores regionales como Arabia Saudita para garantizar que se estableciera un alto el fuego cuando Trump asumiera el cargo.
Por supuesto, un acuerdo de paz había estado sobre la mesa durante más de un año, pero el ministro de seguridad nacional de extrema derecha de Israel, Itamar Ben-Gvir, lo echó por tierra deliberadamente a cada paso.
Ben-Gvir estaba tan indignado porque el equipo de Trump logró que se aprobara el proyecto, que renunció a su cargo en el gobierno de línea dura de Netanyahu el fin de semana pasado.
Por su parte, el ex secretario de Estado norteamericano Antony Blinken, que se jactó de su ascendencia judía durante sus reuniones con Netanyahu, también ha sido acusado de no hacer lo suficiente para poner fin a la guerra. Los periodistas Max Blumenthal y Sam Husseini lo criticaron por ello durante su última conferencia de prensa y todo salió no tan bien como era de esperar. Los perdiodistas fueron violentamente sacados de la conferencia de prensa:
¿Están los sionistas llevando a cabo una campaña de desprestigio para socavar el alto el fuego?
El acuerdo de alto el fuego coloca a Netanyahu en una situación política casi imposible.
Un artículo del Khaleej Times señala con precisión que “incluso antes de que se firmara, el alto el fuego en Gaza puso al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una situación difícil, entre un nuevo presidente estadounidense que promete paz y aliados de extrema derecha que quieren que se reanude la guerra. Es probable que esa tensión solo aumente”.
Un ensayo publicado en el sitio web de Chatham House esta mañana llegó a la misma conclusión. Su título dice:
El dilema de la segunda fase de Netanyahu: supervivencia política versus desafiar al presidente Trump ” .
A pesar de sus sombrías perspectivas, Netanyahu mostró una cara feliz durante una reciente aparición ante los medios.
“El presidente Trump (…) elogió el acuerdo y enfatizó con razón que el primer paso del acuerdo es un alto el fuego temporal”, dijo. “La campaña de guerra aún no ha terminado”, enfatizó también, tranquilizando a su base.
No se sabe con certeza si Trump le dijo eso a Netanyahu. Lo que sí se sabe es que se ha lanzado una campaña mediática de base, aparentemente coordinada por el propio Netanyahu, dados los actores involucrados, contra Witkoff y otros miembros realistas del equipo de política exterior de Trump.
El podcaster Mark Levin ha asumido un papel protagónico en los ataques, que están diseñados para hacer estallar el acuerdo retratando a Witkoff como un agente de Qatar mientras que también aumentan la retórica sobre Irán.
“¿Qué dices? ¿Witkoff dijo que sería bueno que Estados Unidos hablara directamente con Hamás? ¿Dónde está el equipo A de política exterior?”, se quejó, mientras elogiaba al más agresivo Marco Rubio por su apoyo a Netanyahu.
Otros también se han sumado a los ataques.
“Steve Witkoff está comprometido con Qatar. Impuso a Israel el atroz ‘trato de rehenes’”, dijo el usuario X Han Shawnity.
La activista anti-paz Nikki Haley también declaró su oposición a la diplomacia, al igual que otras voces pro-Israel en X.
Afortunadamente, hay suficiente conciencia y poder político detrás de los partidarios del movimiento Estados Unidos Primero de Trump para contrarrestar la falsa narrativa impulsada por Levin & Company.
“Estoy escuchando sobre una campaña masiva de rumores en DC contra Steve Witkoff por negociar el alto el fuego y otros designados por Trump que quieren evitar la guerra con Irán”, dijo Saagar Enjeti.
“Los neoconservadores ahora están difamando a los designados por Trump… por oponerse ‘polémicamente’ al cambio de régimen estadounidense en Irán”, también comentó.
El American Conservative (TAC) también se ha sumado a la refriega. El director ejecutivo Curt Mills defendió recientemente a Michael DiMino, elegido por Trump para subsecretario de Defensa adjunto, en el programa X. Levin había llamado previamente a DiMino un “ réprobo ”, pero Mills lo elogió, así como a Witkoff, por tener una perspectiva sobria sobre la situación.
El editor de TAC, Jude Russo, también tomó la pluma para defender a DiMino. En un ensayo, explicó que los comentarios anteriores de DiMino sobre por qué Estados Unidos “debería reducir su exposición en la región” no son en absoluto radicales. Son una crítica mordaz al lobby sionista.
¿La influencia de Miriam Adelson?
El elefante en la habitación en todo esto no es otro que la mega donante sionista Miriam Adelson.
Sentada justo detrás de Bill Clinton, George Bush y Barack Obama en la ceremonia de juramentación de Trump el lunes, Adelson donó 100 millones de dólares a la campaña de reelección del presidente. Desde hace tiempo desea la anexión de Cisjordania por parte de Israel.
Durante su primer mandato, Trump impidió que Netanyahu tomara el control de Cisjordania.
Me enojé y lo detuve, porque eso realmente estaba yendo demasiado lejos. Eso estaba yendo demasiado lejos”, dijo Trump en una entrevista con el periodista judío Barak Ravid en 2021.
Trump hoy canta una melodía muy diferente.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anuló el lunes las sanciones impuestas por la anterior administración Biden a grupos de colonos israelíes de extrema derecha e individuos acusados de estar involucrados en la violencia contra los palestinos en la Cisjordania ocupada”, informó Reuters el día después de que Trump asumiera el cargo.
¿De quién es la guerra?
¿Qué está pasando?
¿Trump ha capitulado ante Adelson?
¿Le ha ofrecido a Netanyahu una rama de olivo al entregarle Cisjordania a cambio de un alto el fuego en Gaza?
¿Funcionará la campaña de desprestigio contra Witkoff y DiMino por parte de los sionistas?
¿Se producirá un ataque de falsa bandera en los próximos días o semanas y se culpará a Hamás de torpedear los esfuerzos de paz y mantener a Netanyahu en el poder?
Si bien las respuestas a esas preguntas varían según con quién hables, un colega mío de LifeSite me convenció a principios de esta semana de que Trump tiene un objetivo a largo plazo en mente cuando dice que la guerra “no es nuestra guerra”.
Lo que mi colega me convenció es que lo que Trump está diciendo en realidad es que no es la guerra de Estados Unidos sino la guerra de Netanyahu , y es Netanyahu quien está al borde de perder su vida política al seguir buscando la guerra en lugar de la paz.
De hecho, es Trump quien hizo campaña con una plataforma contra la guerra y, a pesar de que Adelson y otros partidarios sionistas quieren que dé carta blanca a todo lo que quiera el gobierno israelí, parece estar planeando mantener la presión sobre Netanyahu hasta que acceda a sus demandas o se vea obligado a dar un paso al costado para dar paso a un sucesor menos agresivo.
La guerra entre Israel y Hamás no sólo es impopular dentro de Israel , sino en todo el mundo, como lo demuestran las reiteradas condenas de las Naciones Unidas y otros países como Irlanda.
Trump no ha dejado de notar el cambio de opinión. El pasado mes de marzo, dijo a Israel Hayom , un diario israelí fundado por Adelson, que “Israel tiene que tener mucho cuidado, porque está perdiendo gran parte del mundo, está perdiendo mucho apoyo, tiene que terminar, tiene que hacer el trabajo. Y tiene que seguir adelante hacia la paz, hacia una vida normal para Israel y para todos los demás”.
Es importante agregar a nuestras oraciones que Trump tenga éxito en sus esfuerzos por la paz este año y que Netanyahu se dé cuenta de que la guerra, la muerte y la calumnia no son la respuesta y que el Evangelio de Jesucristo es, en última instancia, lo que necesita aceptar, no solo por el bien de Israel, sino especialmente por su propia alma. Temas
Por STEPHEN KOKX.
SÁBADO 25 DE ENERO DE 2025.
LSN.
