En últimas fechas, la Iglesia Inmaculado Corazón de María ha sido víctima de la delincuencia en repetidas ocasiones, donde los maleantes han robado el cableado eléctrico y pedacería de cobre sin respetar la fe cristiana.
Francisco Salas, sacerdote de la parroquia ubicada en la colonia Mariachi, mencionó que desde el pasado 18 de septiembre, mientras alistaba las instalaciones para el inicio de la segunda etapa comunitaria del Plan de Reactivación de la Pastoral Presencial Diocesana, se percató que la iglesia no contaba con energía eléctrica.
Dicho lo anterior, se comunicó con la Comisión Federal de Electricidad para conocer el motivo de la falta de luz, al acudir personal de la CFE al lugar, se percataron que los amantes de lo ajeno sustrajeron el cableado.
Al lugar acudieron elementos de la Policía Municipal, para levantar acta de los hechos y se acordó reforzar la vigilancia con rondines en diferentes horarios. Posteriormente, el encargado de mantenimiento de la iglesia reparó el daño pero para el domingo 20, los “rateros” realizaron su segundo delito, por lo que no se efectuaron las funciones litúrgicas.
“Durante toda la pandemia no tuvimos robos, afortunadamente, y el viernes que nos dimos cuenta reparamos las instalaciones eléctricas y el domingo que acudimos a dar la ceremonia de las 8:00 horas ya no había luz, volvimos a checar y de nuevo los cables estaban ‘pelones’, pero no conformes se robaron un aire acondicionado”,
dijo.
Afortunadamente, los ladrones no han ingresado al interior del templo, ni han realizado destrozos, enfatizó, la gente ha perdido el respeto a las instituciones religiosas y que son actos que lastiman a toda la comunidad católica.
Finalmente, hizo un llamado a la ciudadanía a respetar los templos religiosos, ya que es sitio de encuentro y reunión con el Señor. Agregó, los vecinos que cuenten con algún centro cristiano a su alrededor reporten a las autoridades policiacas cualquier anomalía que llegaran a detectar.