INE, un acto neutro y ambivalente

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El hombre recto no es más que el eco de la justicia soberana. Tener una mejor
perspectiva de la justicia abre el horizonte y atraviesa por lo trivial que es “darle a
cada quien lo que le corresponde”. La justicia no es otra cosa que ajustarse a las
leyes y preceptos establecidos, bien sea en el orden natural, moral o en la
fidelidad a la ley, hasta alcanzar lo divino. Hay que reconocer el trabajo que ha
realizado el INE, pero también debemos estar abiertos a los errores, a las
injusticias, a los excesos y los privilegios en los que ha incurrido, así mismo, es
necesario ajustarlo con estricto apego a la ley.


Logro descubrir algunos matices nuevos en la justicia estricta que debe regir las
relaciones entre el gobierno y el órgano regulador, en donde urge practicar la
templanza, la prudencia y la fortaleza, virtudes clásicas. La justicia no es tan solo
la imparcialidad a favor del que tiene el derecho, más bien, lo entiendo como un
acto neutro y ambivalente que tiene dos valores distintos, por una parte, la postura
del gobierno, y por otra, “el INE no se toca”.


Ante esta situación, opino que para buscar la mejor solución se debe dar un
sentido más amplio a la justicia, así como un valor eminente e integral. Es
necesario obrar con honestidad, hablar con sinceridad y dejar de desprestigiarse
unos y otros; me refiero a ambas partes, a la de “el INE no se toca” y a AMLO y
los suyos.


La honestidad permea en todos los aspectos de la vida de una persona; en un
ambiente social y político se da cuando no se anteponen intereses de grupos, aun
en los actos más insignificantes. Hay que estar atentos y vigilar nuestras palabras
para que no hieran ni afecten a nadie, debemos ser prudentes en el manejo de los
recursos, principalmente, cuando estos no son nuestros, así como asumir los
errores y enmendarlos. La lealtad y la transparencia son cuestión de justicia y
honestidad, valores que están llamados a cumplir ambas partes.


Qué lejos se está de hablar con sinceridad y de dejar de desprestigiarse; ¡México,
si en este día comprendieras tú lo que puede producirte la paz!, pero a veces
ignoras la naturaleza del bien que tan ansiosamente anhelas y los caminos que
sigues para alcanzar la paz, la concordia, el diálogo, y llegar así a los acuerdos no
son siempre los caminos adecuados. Aquí no se trata de quién reúne más
seguidores en las marchas, ya que AMLO ha mencionado que el próximo 27 de
noviembre encabezará una movilización; es necesario aprovechar las
oportunidades que México nos ha dado.

Para apreciar el pleno valor de la realidad que se vive en nuestro país hay que
percibir el sabor de la tierra latente en cada mexicano, aun por encima de los
intereses del poder. Creo que es conveniente restablecer las cosas en su prístino
estado y que se mantenga inalterado, tal como era el INE en su forma primera y
original. ¡Desafortunadas las instituciones que, al meterle mano los hombres,
cambian y se acomodan a sus intereses!


Estoy convencido de que la paz en México es un estado que se debe conquistar,
asimismo, la paz es signo de justicia. Todos somos protagonistas para cooperar
en su establecimiento; osa en practicarla, atrévete a emprenderla con astucia y
decisión.


Finalmente, esta reflexión aborda el asunto de la realidad de nuestro país;
sostengo que hacer un esfuerzo pacífico, oyendo a ambas partes, se podrá
alcanzar la concordia y la paz. Esto lo entiendo como un acto neutro y
ambivalente.

Por RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.

ruan-62qhotmail.com

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