En octubre del año 2013, el teólogo suizo fallecido ayer, Hans Küng, se planteó recurrir al suicidio asistido para poner fin a su vida, ante la progresión que sufría de la enfermedad de Parkinson. Defendió la eutanasia sin que luego se haya retractado públicamente. Sin embargo, la Pontificia Academia para la Vida le ha alabado tras su muerte.
Küng, en la que seguramente fue la última de sus múltiples disensiones del magisterio de la Iglesia Católica, dijo lo siguiente en el 2013:
«El ser humano tiene el derecho a morir cuando ya no tiene ninguna esperanza de seguir llevando lo que según su entender es una existencia humana»
El teólogo suizo fallecido ayer, apartado de la docencia por negar dogmas católicos, está recibiendo multitud de elogios del sector modernista de la Iglesia Católica en pleno siglo XXI. Y dentro de ese sector quiere figurar, por derecho propio, la Pontificia Academia para la Vida, que debería caracterizarse por defender la vida en todas sus fases y no como pretendía Küng. Ayer, el organismo curial presidido por Mons. Vincenzo Paglia, lanzó este mensaje desde su cuenta oficial en Twitter:
Desaparece una gran figura de la teología del siglo pasado, cuyas ideas y análisis siempre deben hacernos reflexionar sobre la Iglesia Católica, las Iglesias, la sociedad, la cultura. #hanskung.
En 1979, Roma le revocó la licencia de enseñanza, en parte por negar el dogma de la infalibilidad papal.
En el año 2013 se planteo acabar con su vida por medio del suicidio asistido debido que padecía Parkinson, aunque finalmente desechó la idea.
En marzo del 2016 volvió a proponer un debate sobre el dogma de la infalibilidad papal en una carta digirida al papa Francisco.
La última gran aparición pública de Küng fue en la primavera de 2018, cuando la Fundación Ética Global y la universidad organizaron un simposio científico con motivo de su 90 cumpleaños, al que asistieron, entre otros, muchos de los estudiantes de teología de Küng, y en el que se hizo un balance de su obra.
«Ya no puede ser considerado un teólogo católico»
En 1979 la Congregación para la Doctrina de la Fe le sancionaba con la retirada de la autorización eclesiástica para ejercer la enseñanza y precisaba: «ya no puede ser considerado un teólogo católico». Cuatro años antes también la CDF había emitido una nota sobre dos obras del autor.
En 1980, el Papa San Juan Pablo II en carta al episcopado alemán volvía a explicar los motivos:
La decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tomada de común acuerdo con la Conferencia Episcopal Alemana, es el resultado de la respuesta honesta y responsable a las preguntas anteriores. En la base de estas preguntas y de la respuesta concreta, se halla un derecho fundamental de la persona humana, esto es, el derecho a la verdad que debía ser protegido y defendido. Ciertamente, el profesor Küng ha declarado con insistencia que quiere ser y permanecer siendo un teólogo católico. Pero en sus obras manifiesta claramente que no considera algunas doctrinas auténticas de la Iglesia como definitivamente decisivas y vinculantes para él y para su teología; y con esto, debido a sus convicciones personales, no está ya en disposición de trabajar en el sentido de la misión que había recibido del obispo en nombre de la Iglesia.
Benedicto XVI recibió al teólogo Küng en Castelgandolfo, la que fue residencia de verano de los papas, en septiembre de 2005, en una entrevista que el teólogo calificó de «esperanzadora». Pero no se retractó de sus tesis no católicas.
El acomplejado desprecio a San Juan Pablo II le llevó a criticar su proceso de beatificación..
INFOCATÓLICA.