Este sábado 16 de marzo, la solemne consagración del metropolita Iakovos inaugura una nueva etapa en la Iglesia griega de México quien sucede al metropolitano Athenágoras quien había regido a esa comunidad desde 1996.
Iakovos Andriopoulos, de 30 años, fue elegido metropolitano de México por el santo sínodo de Constantinopla en enero. Ordenado inmediatamente al episcopado, llegó a México para inaugurar su ministerio este sábado en la solemne entronización realizada en la catedral de en la Catedral Metropolitana de la Sabiduría de Dios -Santa Sofía- en Naucalpan, al norte del área metropolitana de la Ciudad de México. El padre Iakovos, era comisionado arquierático de la arquidiócesis de Atenas. De origen estadunidense, desempeñó diferentes cargos para la Iglesia ortodoxa.
A la entronización acudió el director general de asuntos religiosos de la Secretaría de Gobernación, Jorge Lee, ademàs de representantes de los gobiernos de Panamá, Cuba, Estados Unidos de América, Rumania, Georgia, Bulgaria, Ucrania y Chipre, líderes religiosos, entre ellos, el arzobispo Ignacio del Patriarcado de Antioquía y el nuncio apostólico Joseph Spiteri. Previo a su entronización, Iakovos había sostenido varias reuniones con diversos grupos dedicados a la atención de jóvenes y mujeres.
Durante el discurso de su entronización, Iakovos destacó sobre su persona la importancia de ser un aprendiz, “padre y amigo de todos y cada uno de ustedes, tanto como colectivo como individualmente. En el espíritu de la llamada de Cristo a la amistad y de la exhortación a la santidad del apóstol Pablo, dirigiéndose a los fieles como «santos» en sus epístolas, reconozco que la santidad no está reservada a los perfectos, sino a aquellos que, a pesar de sus imperfecciones, se esfuerzan intensamente por alcanzar justicia”.
Iakovos agradeció también a sus antecesores en el trono episcopal y mostró especial preocupación por los necesitados: “Ciertamente, en México, América Central y las islas del Caribe nos encontramos con personas con diversas necesidades que van más allá de las meras necesidades materiales como ropa o comida. Sobre todo, lo que debemos ofrecer es algo que ni siquiera Dios mismo puede obligarnos a dar, nuestro tiempo”.
El nuevo metropolitano dejó entrever las líneas de su ministerio en el que los fieles de Cristo no son perfectos, pero deben alcanzar por lo méritos la justicia a todos: “En el espíritu de la llamada de Cristo a la amistad y de la exhortación a la santidad del apóstol Pablo, dirigiéndose a los fieles como santos en sus epístolas, reconozco que la santidad no está reservada a los perfectos, sino a aquellos que, a pesar de sus imperfecciones, se esfuerzan intensamente por alcanzar justicia”.
Iakovos celebró su primera divina liturgia este domingo 17 de marzo, en un período especial para el cristianismo ortodoxo, las vísperas del perdón, la semana del ayuno o del Queso donde la carne y el pescado están prohibidos.
Con información de Orthodox Times