En caso de enfermedad que se presuma incurable o de larga duración, y que nos impida ejercer suficientemente las funciones de nuestro ministerio apostólico; o en el caso de otro impedimento grave y prolongado que igualmente lo impida, declaramos que renunciamos a nuestro sagrado y canónico oficio, tanto el de Obispo de Roma como el de Cabeza de la misma santa Iglesia Católica” (Pablo VI)
Según Mons. Leonardo Sapienza, actual Regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, quien en su libro “La barca de Pablo”, reveló la existencia de estos importantes papeles de Montini
[1], y publicado en texto, obtuve un prefacio del Papa Francisco en el que subrayaba que Pablo VI estaba en el fondo no tanto por su salud como por el buen alcalde de la Iglesia”. En la conversación de Mons. Sapienza con el periodista de
la Familia Cristiana Alberto Chiara (mayo de 2018) también revela otros detalles significativos. La Regente declara que el Papa Montini no consultó con otras personas. Y agrega: «Parece que el texto fue escrito una sola vez, personalmente, en silencio de su estudio y precisamente el domingo del Buen Pastor» (2 de mayo de 1965).«Ciertamente Juan Pablo II -explica el Regente- leyó estos papeles y, según algunos testigos autorizados, expresó el deseo de seguir el ejemplo de Pablo VI. No si realmente conoce el hizo. A cambio, Benedicto XVI nunca ha visto estos papeles y no tiene conocimiento desu existencia». Además de comentar los documentos de Montini, también firmó un documento de renuncia (si es necesario, por supuesto).Uno de los puntos más interesantes para entender en profundidad . el gesto de San Pablo VI dicho por Mons.La sabiduría es esta: «Cuando Pablo VI mandó a su escritorio el 2 de mayo de 1965 y volvió a su pluma, Pablo VI gozaba de buena salud y el Concilio Vaticano II estaba todavía en pleno apogeo: habría sido con el mismo Pablo VI quien cerrado el 8 de diciembre siguiente (…) «Montini, por tanto, no tomó esta decisión moviéndose entre dificultades, desgracias, incomprensiones, sino moviéndose únicamente por el amor en la Iglesia, que un pastor debe tener en toda su capacidad (. . .) «Sesenta y ocho, las críticas a las reformas necesarias a partir de los documentos conciliares, los malentendidos sobre la Humanae vitae, la crisis de las vocaciones: todo fue después».***
Renuncia – Texto de la tarjeta
Nosotros Pablo VI, por la divina Providencia Obispo de Roma y Pontífice de la Iglesia universal,
en presencia de la santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo, – habiendo invocado el nombre de Jesucristo, nuestro Maestro, nuestro Señor y nuestro Salvador, le debemos todo el amor y todo el servicio que nos se posible y de cuyo poder supremo estamos pastoralmente indignado, pero auténticamente vestido. – confiando en la benigna asistencia de María Santísima, de San Juan Bautista y de San José, de San Pedro Apóstol, cuyas llaves nos han sido confiadas, y de San Pablo Apóstol, cuyo nombre hemos querido asumir como ejemplo y protección, de los Santos y todos los Ángeles, conscientes de nuestra responsabilidad ante Dios, y llenos de reverencia y amor en el corazón, sin olvidar nuestra misión evangélica en el mundo,
declaramos
En el caso de enfermedad que se presuma incurable o de larga duración, y que nos impida ejercer suficientemente las funciones de nuestro ministerio apostólico; o en el caso de otro impedimento grave y prolongado para que éste sea igualmente un obstáculo, declaramos que renunciamos a nuestro sagrado y canónico oficio, tanto de Obispo de Roma como de Cabeza de la misma santa Iglesia Católica.
Pablo PPVI
Dado en Roma, junto a San Pedro, el Domingo del Buen Pastor, II después de Pascua. el 2 de Mayo de 1965. II de nuestro Pontificado.
[1] La primera carta estaba dirigida al cardenal Secretario de Estado, entonces Amleto Giovanni Cicognani, la segunda al cardenal decano del Colegio Cardenalicio, entonces el francés Eugène Tisserant.
LB/RC/IS.
CIUDAD DEL VATICANO.
DOMINGO 18 DE DICIEMBRE DE 2022.