El presidente de la Fundación de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) garantiza que los trabajos del encuentro van según lo previsto y que, con “algunas gimnasias acrobáticas”, ha conseguido equilibrar las cuentas sin recurrir a préstamos.
“Rezo para que, hasta el final, pueda seguir así. Rezo y trabajo en este momento, porque rezar solo no es suficiente”, dijo el obispo Américo Aguiar, en una entrevista con Lusa dos meses antes del inicio del viaje, en agosto, y agregó que “todo está dentro de los calendarios”.
Las obras “en plazo” son las del escenario-altar del Parque Tejo, cuyos costos causaron polémica, al punto de reducir el presupuesto, así como el escenario del Parque Eduardo VII, donde se realizará la Misa de apertura de la JMJ, con el Cardenal -patriarca de Lisboa, y la Recepción y Vía Crucis, con el Papa Francisco.
La primera fase de las obras del altar-escenario, anunció, estará terminada a mediados de junio.
En la entrevista, el obispo auxiliar de Lisboa volvió a prometer transparencia y responsabilidad por el camino “al céntimo”, durante y después de la iniciativa, afirmando que gran parte del trabajo se ha hecho “a pelo de perro”, sin sobrecostes.
Aunque eso signifique “aplazar un poco”, o “empujar con la barriga” la contratación de “personas a tiempo completo”, aunque te cueste o cueste “el disgusto” de tus empleados.
“Por eso hice aquí un poco de gimnasia acrobática para equilibrar cuáles eran las necesidades de gastos y cuáles eran los ingresos que iban pasando y, a la fecha, no ha sido necesario pedir dinero prestado para cubrir los gastos necesarios. Rezo para que hasta el final se pueda mantener así”, dijo, para poco después introducir el factor trabajo, porque “rezar solo no basta”.
Américo Aguiar sonríe ante la pregunta de saber si algunas dificultades de financiamiento de las empresas aún lo desvelan, dificultades que, al principio, lo entristecieron.
Sin embargo, el prelado se muestra optimista con los resultados del “mayor encuentro jamás realizado en Portugal”: “Haremos el camino con la ayuda de todos los que estén disponibles para ayudar y hemos tenido, gracias a Dios, por cierto, muchos que nos han ayudado. Contaremos con la ayuda de muchos con poco para llegar a lo mismo”.
El obispo nota diferencias en relación a España, con hábitos filantrópicos diferentes a los portugueses, donde rápidamente se juntaron “media docena” de empresarios y todo se resolvió rápidamente” — la financiación de la JMJ 2011, en Madrid.
Con ecos de polémicas pasadas, como el coste del escenario-retablo, junto al Tajo, que pasó de 4,2 millones a 2,9 millones de euros, afirmó que, si el tiempo retrocediera, “hay cosas que haría de otra manera”. .
“Podría haber sido más corto y más pequeño desde el primer momento. ¿No fue? No hay nada que hacer con él, ¿verdad? Aprendemos, aprendemos. Ahora van a decir que es bajo, es pequeño. Es posible que sí, es posible que sí, ya aprendí”, dijo, en tono de desahogo.
En cuanto a las diferencias entre las distintas entidades implicadas en el proyecto de la jornada, y la posibilidad de que la Iglesia esté siendo víctima de una guerra de egos, el obispo recordó que es capellán de los bomberos y que su papel es “para tratar de ayudar a encontrar los caminos”, discutir y luego hacer una opción.
“Y esto lo hemos hecho a veces con más sacrificio, otras veces con menos, a veces con más transpiración, a veces con menos”, concluyó.
Lisboa “será un caos”, pero el obispo promete hacer todo lo posible para reducir el impacto
El obispo Américo Aguiar también admite que la capital portuguesa «será un caos» durante la JMJ, en agosto, pero promete hacer todo lo posible para reducir el impacto de este evento único en la vida de los lisboetas.
“La ciudad de Lisboa será un caos”, reconoce, antes de describir una serie de medidas que la organización está preparando para “reducir al máximo las constricciones”.
En los próximos dos meses, y hasta la apertura del encuentro con el Papa Francisco en Lisboa, que podría movilizar a más de un millón de personas, prometió hacer todo lo posible para involucrar, “poner a la gente en el proceso” del camino y convencerlos de que se respetan..
“La Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa creará limitaciones para todos. Es uno de los precios. Si digo lo contrario, miento y no quiero mentir”, dijo el obispo, que explicó lo que pretende hacer para paliar los problemas de los lisboetas.
El obispo responsable de la JMJ dijo que quiere “convencer a la gente” de que los respeta: “Vamos a hacerlos parte del asunto”, para que vivan “las limitaciones con algo de alegría, porque son parte del asunto. ”
Américo Aguiar explica, con entusiasmo, qué prepara la organización para paliar semejante caos. “Si no le decimos nada a la gente y la gente el 1 [de agosto] sale y no puede salir de la casa, la gente se va a enojar. Y con razón.»
Lo que hace falta, dijo, es informarles, ponerlos “dentro del proceso y que sepan que en dos meses la calle de su barrio va a estar bloqueada, que solo los vecinos pueden entrar y salir”.
“No invites a toda la familia a tomar el té esta semana. No tengas actividades que no sean estrictamente necesarias”, ejemplifica, en tono suplicante.
“Estamos preparando a los jóvenes y programas juveniles para que no tengan que usar el transporte público en hora punta para no crear una preocupación extra. Por eso, estamos trabajando para reducir al máximo las limitaciones, pero serán la seña de identidad de cualquier Jornada Mundial de la Juventud”, concluye.
Hay otros factores que aún se desconocen como, por ejemplo, el número final de jóvenes que se inscriban con una solicitud de alojamiento, cuyo plazo para hacerlo recién finaliza este mes de junio.
Estos números, dijo, son importantes, al igual que las comidas, para concretar “los trámites de alojamiento, de movilidad, para que todo encaje de la mejor manera”.
A pesar de las posibles huelgas, paros y otras formas de lucha anunciadas para la primera semana de agosto, el obispo auxiliar de Lisboa cree que todo irá bien e incluso dice que sería “excelente, magnífico” si se cumple alguna de las demandas.
El prelado dice entender que, dada la visibilidad del evento, “se anuncien formas de lucha, pero dice creer en “los trabajadores portugueses y portuguesas y lo que significa el equilibrio y el sentido común de todos y cada uno”.
E incluso relata, sin mucho detalle, que en reuniones “con algunos sectores”, a veces le decían: “Ay, obispo, no se preocupe, todo se hará. Ahora habrá algo de ruido (…), pero no se preocupen que se hará todo lo que hay que hacer”.
“Si llegamos al final del viaje y algunos pueden decir que, gracias al viaje, también han mejorado sus condiciones de trabajo y su remuneración, la logística, es excelente, magnífico”, concluye.
Aunque la organización nunca ha apuntado cifras concretas, la expectativa es que cerca de 1,5 millones de jóvenes participen, entre el 1 y el 6 de agosto, en la capital portuguesa, del encuentro mundial con el Papa.
Las principales ceremonias religiosas de la JMJ están previstas para el Parque Eduardo VII y el Parque Tejo (al norte del Parque das Nações), cubriendo los municipios de Lisboa y Loures.
Una semana agitada con decenas de espectáculos en la región de Lisboa
Los días de la JMJ, entre el 1 y el 6 de agosto, prometen alborotar Lisboa y la región, con decenas de espectáculos, conciertos, actuaciones, exposiciones y conferencias, en las que participarán más de un millón de jóvenes.
La Fiesta de la Juventud está protagonizada por los propios peregrinos, “en un compartir de la experiencia cristiana hecha por jóvenes de todo el mundo, fruto de su creatividad”, asume la organización de la JMJ.
“Tenemos más de 90 grupos, o personas, (…) ya marcados y aprobados [para actuar] en cientos de lugares, ya sea en Lisboa, en Lourdes, o en los municipios donde estarán los jóvenes” alojados durante el semana de la JMJ , dijo a la agencia lusa Américo Aguiar.
El obispo auxiliar de Lisboa añadió que la organización viene trabajando “con los municipios, para que no se invite a venir a Lisboa a los jóvenes que están en Odivelas, Amadora, Almada, los martes, miércoles, jueves y viernes por la mañana”, quedando durante estas horas en los municipios anfitriones, donde realizarán sus presentaciones artísticas. Ya están previstas intervenciones de representantes de 55 países.
También los Levantamiento, que en ediciones anteriores de la JMJ se llamaban Catequeses, se realizarán en municipios donde pernoctan jóvenes, explicó el obispo, alertando de las diferencias en relación a la ciudad de Lisboa.
“Luego, en lo que es la ciudad de Lisboa, estará el mayor contingente. El grupo de Cuba quiere cantar, el grupo de no sé dónde quiere hacer una exhibición u otro grupo quiere hacer teatro… Y entonces, casi todos los espacios colectivos públicos y privados están bajo reserva”, dijo Américo Aguiar.
El presidente de la Fundación JMJ Lisboa 2023 ha adelantado que, para formalizar el uso de estos espacios, “en unos días se firmará un protocolo con el Ayuntamiento de Lisboa, en el que también participa el Ministerio de Cultura”.
Para el alojamiento de todos estos jóvenes, la organización cuenta, en primera línea, con las familias de acogida.
Por ahora se han apuntado 6.000, pero, como reconoce Américo Aguiar, se necesitan muchos más, sobre todo porque lo ideal sería instalar a todos los peregrinos en familias de acogida.
El obispo, sin embargo, lo tomó a la ligera: “Somos parte de una historia de personas que se unen al evento, que no es muy diferente de un país a otro”.
“Por cierto, los invito a ver un mensaje que grabó el Papa en uno de mis viajes al Vaticano, en uno de mis encuentros con él, y le pedí un video sobre familias anfitrionas y voluntarios. (…) Siempre es una conquista de uno por uno, de uno por uno y lo entiendo, [porque] le estamos diciendo a la gente que abran las puertas de sus casas y pongan allí a dos extraños, que hablen extranjero”, dijo el obispo auxiliar. de Lisboa.
Américo Aguiar explicó luego los diferentes niveles de adhesión, el primero de ellos “son las familias de las comunidades parroquiales, donde el señor abad, el señor prior dicen que no sé lo que hace falta y la gente se suma”.
Sin embargo, en Lisboa hay “adherencias muy diferentes”, en vista de la desertificación de algunas zonas de la ciudad.
“A veces hay parroquias que miramos, hay muchas casas, miramos ahí con un potencial enorme de alojamiento y de familias, pero hay un problema. Es que no hay familias viviendo ahí”, lamentó, antes de pasar a la segunda fase de incorporación, que es el “contagio”: “Me voy a acomodar y voy a convencer a mi vecino o, entonces , mis hijos en la escuela hacen berrinches con los demás y los niños llegan a casa y les dicen a sus padres que ellos también lo quieren”.
La tercera fase se denomina “salir de la burbuja” y ya está sobre el terreno, con una campaña en espacios como grandes supermercados, correos, juntas parroquiales —“espacios que van más allá del púlpito”— y con la que las familias están invitados, acompañando el uso masivo de las redes sociales.
Junto a las familias de acogida, se están movilizando muchos otros espacios para recibir a los jóvenes, como pabellones, escuelas, cuarteles o seminarios, ya que “hay jóvenes que prefieren quedarse juntos en un mismo lugar”.
“Cuando cerremos las inscripciones de alojamiento y hagamos el perfil, veremos cuáles y cuántos piden familia y cuántos piden espacios colectivos. Y la inmensa mayoría pide incluso que no se divida”, admitió Américo Aguiar, y agregó que, “entre colegios, pabellones, espacios municipales y privados, ya están garantizadas unas 400.000 plazas”.
A finales de mayo, más de 600.000 peregrinos de 184 países habían iniciado el proceso de registro. Alrededor de 200.000 ya han completado el proceso.
Los casos de abusos sexuales dentro de la Iglesia católica serán el tema que rondará la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa, y se espera un gesto del Papa hacia las víctimas portuguesas.
El obispo Américo Aguiar, presidente de la Fundación JMJ Lisboa 2023, tiene la certeza de que este gesto se llevará a cabo, aunque aún no se sabe, y muchos esperan un encuentro personal entre Francisco y algunos de los abusados por miembros del clero en las últimas décadas.
“El Papa, como ha pasado en otros viajes y en otros contextos, estoy seguro que también va a hacer un gesto, una decisión, un encuentro, algo más con respecto al tema de los abusos, ciertamente”, dijo Américo Aguiar sin avanzar. más detalles.
Según el obispo responsable de la organización del encuentro mundial de los jóvenes con el Papa en Lisboa, este gesto debería conocerse “dentro de unos días”, cuando se dé a conocer la agenda del pontífice para los días que estará en Portugal -del 2 de agosto al 6
Al final de la Asamblea Plenaria extraordinaria de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) para analizar el informe de la Comisión Independiente para el Estudio del Abuso Sexual de Menores en la Iglesia Católica en Portugal, se anunció que “se realizará un memorial durante la Jornada Mundial de la Juventud y posteriormente perpetuado en un espacio externo de la Conferencia Episcopal Portuguesa”.
Consultado sobre este proceso, Américo Aguiar se refirió al presidente de la CEP, José Ornelas, quien “en su momento”, compartirá “con todos” la decisión tomada.
Sobre el tema de los abusos, el obispo auxiliar de Lisboa prefiere subrayar el protocolo establecido entre la Fundación JMJ Lisboa 2023 y la Asociación Portuguesa de Atención a las Víctimas (APAV), “que está trabajando (…) en la preparación y prevención con (…) voluntarios y obreros” de la Jornada.
APAV “va a formar voluntarios, jefes de equipo de voluntarios, estará con nosotros durante la Jornada y estará trabajando con nosotros un tiempo después de la Jornada, no en el foco cerrado del tema de abuso de menores, pero, lamentablemente, en todo la posibilidad de lo que significa la existencia de víctimas en un encuentro con tantas y tantas personas”, afirmó Américo Aguiar.
Consultado sobre posibles protestas de sectores disconformes con la respuesta de la Iglesia a los casos de abuso de menores, el prelado asegura que no relativiza el tema, sino que pone el foco en las acciones emprendidas.
“No, no relativizo. Absolutamente. Lo que he dicho, y lo repito, es que la Iglesia está haciendo lo que debe hacer. Podemos reflexionar sobre los ‘timings’, las circunstancias y no ser visibles, todas esas cosas. Ahora se tenía que hacer lo que se hizo y se debe hacer lo que se está haciendo y seguir haciéndolo”, dijo el obispo.
Para Américo Aguiar, la Iglesia supo, “más o menos inmediatamente, colocar a las víctimas en el lugar que les corresponde” y utiliza las palabras del Papa para subrayar que, en estos casos, “el dolor no prescribe” .
“Todos tenemos que ser conscientes (…) que el dolor de alguien que vive algo así no prescribe. Y me duele mucho que aún hoy, (…) vamos a un periódico (…) y sigue pasando esto. Esto que sigue ocurriendo significa que nosotros, la Iglesia, nosotros, la sociedad, los ciudadanos aún no hemos podido” evitar que sigan ocurriendo casos de abuso.
La tolerancia cero y la transparencia total exigidas por el Papa, “deben surtir efecto definitivamente. (…) No me importa (…) la notoriedad, el ruido de día o fuera de día o en la iglesia. Preocupa (…) que estas personas hayan vivido esto”, agregó.
Durante casi un año, la Comisión Independiente dirigida por el psiquiatra infantil Pedro Strecht, validó 512 de los 564 testimonios recibidos, apuntando, por extrapolación, a un número mínimo de víctimas de unas 4.815. El período bajo análisis estuvo delimitado entre 1950 y 2022.
Tras estos resultados, algunas diócesis retiraron cautelosamente a algunos sacerdotes del ministerio.
Sin embargo, después de la terminación del trabajo de esta Comisión, la CEP creó el Grupo VITA – Grupo de Seguimiento de situaciones de abuso sexual de niños y adultos vulnerables en el contexto de la Iglesia Católica en Portugal, dirigido por la psicóloga Rute Agulhas.
Este órgano tiene un horizonte temporal de funcionamiento de tres años, con “la misión de acoger, escuchar, acompañar y prevenir situaciones de abuso sexual de niños y adultos vulnerables en el contexto de la Iglesia en Portugal, prestando atención a las víctimas y agresores”, según al CEP.
LISBOA, PORTUGAL.
OBSERVADOR.AGENCIA LUSA.