Ubicada en uno de los barrios populares de la zona Centro de Guadalajara yace la parroquia de La Sagrada Familia, monumento arquitectónico diseñado al puro estilo neoclásico, muy similar al de una Basílica, cuyas torres y cúpula se alzan por encima de los edificios y se pueden apreciar desde la Avenida Federalismo, ya hacia la zona norte de nuestra ciudad.
Esta comunidad parroquial celebró el 10 de septiembre su primer centenario de fundación bajo un panorama adverso por la pandemia por Covid-19, lo cual impidió que una serie de actividades planeadas desde hace tiempo se ejecutaran.
Sin embargo, esto no fue pretexto para no conmemorar la fecha, por ello sacerdotes y agentes de pastoral estipularon la celebración de un triduo para conmemorar tan emblemática fecha, así lo mencionó el señor Cura Jesús Cisneros.
Pbro. Jesús Cisneros, párroco de la Sagrada FamiliaTriduo a la familia
“Tuvimos a bien invitar a los señor Obispos y algunos sacerdotes que estuvieron aquí. Sin embargo, por las circunstancias sanitarias, no todos pudieron participar, por ello realizamos un triduo que inició el lunes 7 y concluyó el jueves 10 de septiembre”, mencionó el párroco.
Durante esos días participaron Monseñor Engelberto Polino Sánchez y Héctor López Alvarado, Obispos auxiliares de Guadalajara. Asimismo, asistieron los Presbíteros Jesús García Zamora, Vicario General de la Diócesis; y Saúl Ocaranza Flores, quien se desempeñó como vicario de esa comunidad.
“A pesar de la pandemia y con todos los filtros sanitarios, hubo muy buena participación de la comunidad, incluso había personas de pie, guardando siempre la distancia. Yo catalogo esta fiesta, aún con la limitación, como una manifestación de la fe. Para mí esta fiesta fue en grande, y quisimos dejar testimonio de ella colocoando una placa conmemorativa”.
Dan señales de vida
Después del aislamiento social y la suspensión temporal del culto, los fieles comienzan poco a poco a salir de sus casas para visitar los templos y retomar su vida sacramental, así lo explicó el padre Jesús, tras experimentar ese tiempo donde el distanciamiento social propició que las bancas del templo de la Sagrada Familia permanecieran vacías.
“Yo he visto un efecto positivo, incluso he escuchado decir a la gente ‘que bueno que ya comenzamos’. Esto no solo se queda en palabras sino que veo la respuesta en la participación de las Misas”.
Para el sacerdote, el aislamiento social fue un momento de silencio que hizo reflexionar a las familias sobre la importancia de la vida espiritual, es por ello que ahora regresan con una mayor conciencia y esperanza a la celebración de los sacramentos.
“Yo resalto que la gente ha tomado conciencia de la vida espiritual y empiezan a participar observando todos los protocolos de salud, eso quiere decir que no solo buscan acercarse, sino también ven la necesidad de cuidarse. Han tomado conciencia de que Dios nos puede llamar de este mundo con pandemia y sin pandemia, de ahí la necesidad de vivir preparado”.
La vida antes de la pandemia
A pesar de ser una parroquia ubicada dentro del circuito de la zona Centro, resalta por ser una comunidad muy dinámica y activa, así lo ha mencionado el Presbítero Jesús Cisneros González, párroco de La Sagrada Familia.
“Hace 10 años que llegué, vi una comunidad muy dinámica, muy bonita, de tal manera que la pretensión para mí fue seguirla la misma línea. Siento que dentro del arzobispado se tiene una concepción de que la comunidad es de gente grande, pero nos damos cuenta de que efectivamente hay personas de la tercera edad como en todas partes, mas también tenemos una comunidad muy juvenil”, señaló el párroco.
“De niños tenemos cuatro centros de catequesis, alrededor de 400 creaturas que venían a formarse en las cosas de Dios. También tenemos catequesis bíblica y es importantísimo que nos demos cuenta de que es una comunidad no solo de gente mayor como es en todas partes; esta es una comunidad que está en el Centro y hay mucha juventud, hay mucha niñez, hay mucha necesidad de catequesis”.
La parroquia cuenta con diferentes grupos de pastoral como lo son: Liturgia, Ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, Coros, Catequesis, Pre-sacramentales, Acción Católica, entre otros.
También existen grupos de formación como la Escuela Bíblica, Orden Franciscana Seglar, Matrimonios, Niños Adoradores, Pandillas de Cristo, Divina Misericordia, La Medalla Milagrosa y Divina Voluntad.
Historia
La Sagrada Familia que se ubica en el barrio conocido con el mismo nombre. El templo parroquial está en el cruce de las calles Cruz Verde y Arista. Esta parroquia es la número 60 entre las parroquias de la Arquidiócesis de Guadalajara.
La construcción del templo parroquia comenzó en el año 1910, para ello se destinó un terreno baldío el cual era conocido por los vecinos como “El Llanito”, porque todo el año estaba verde.
Fue el Pbro. Benito Magdaleno, sacerdote que ejercía su ministerio en el Santuario de Guadalupe, quien inició las labores de edificación.
En 1914 la obra quedó suspendida por la Revolución de Carranza y Villa, sin embargo la construcción ya estaba avanzada. Por los años veinte el Padre Alejo Delgado, ministro de la parroquia del Dulce Nombre de Jesús, se echó a cuestas la tarea de terminar este templo y logró techarlo.
El 10 de septiembre de 1920, el entonces Arzobispo de Guadalajara, Don Francisco Orozco y Jiménez, la desmembró del Dulce Nombre de Jesús y la erigió como parroquia, siendo su primer párroco el Sr. Cura Don José Cleofás Macías Romo.
Años después, el Sr. Cura Trinidad Mora, quien invirtió “trabajo y muchos esfuerzos, además de recursos económicos ofrecidos por él mismo”, concluyó el templo como actualmente lo conocemos.
Los ingenieros fueron Luis Ugarte y José Luis Amezcua, en colaboración con el maestro de obra Pedro Villalpando.
Su arquitectura es singular, su estilo se puede ubicar entre el neoclásico y el barroco. A primera vista pareciera que es cantera, sin embargo se trata de un cemento revestido con marmolina y trabajado de manera artesanal.
Con información de ArquiMedios/David Hernandez
