Quiero iniciar este mensaje dominical expresando mi gratitud, primeramente, a Dios nuestro Señor, que no deja de manifestarnos su presencia en todo momento, y de manera especial al Papa Francisco, que ha elegido al Padre Miguel Ángel Espinosa Garza, miembro de nuestro presbiterio de Monterrey, como Obispo Coadjutor de la Diócesis de la Paz, Baja California Sur.
Dentro de la Iglesia, los Obispos tenemos una misión: ENSEÑAR el Evangelio, según el mandato que Cristo mismo nos ha dejado de ir por todo el mundo a predicar la Buena Noticia (Cfr. Mt. 28,19); tenemos también la misión De SANTIFICAR al pueblo en la vivencia de los sacramentos, la oración y el trabajo apostólico; pero también tenemos la responsabilidad de CONDUCIR al pueblo teniendo como modelo a Cristo, Buen Pastor, y no de acuerdo a los criterios humanos del poder. Gobernar buscando siempre y, ante todo, el bien de las almas que nos han sido encomendadas.
Les invito a que sigamos ofreciendo nuestra oración por quienes, habiendo sido formados en nuestro Seminario y que han servido a nuestra Iglesia en Monterrey, ahora sirven a la Iglesia como Obispos en diferentes partes de nuestro país.
Pidamos a Dios para que al Padre Miguel Espinoza lo proteja siempre; le agradezco su entrega y dedicación, deseándole todo bien en la nueva encomienda tan difícil, que le ha sido asignada por el Santo Padre.
De la misma manera, deseo compartirles que el pasado 31 de octubre tuve la oportunidad de encontrarme, junto a mis hermanos Obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano, con el Papa Francisco en una audiencia en la que hemos dialogado fraternalmente, entregándole el documento emanado de la Asamblea Eclesial de nuestro continente que se celebró en México el año pasado, la cual vivimos con mucho interés en nuestro país, en América Latina y El Caribe.
Por su parte el Papa nos ha fortalecido con sus palabras y nos ha animado a seguir cumpliendo con nuestra tarea.
El título del documento: “Hacia una Iglesia sinodal en salida a las periferias”, la pueden encontrar en las páginas de www.celam.org (CELAM)
Por otra parte, deseo reiterar el llamado que los Obispos de México hemos realizado en días pasados respecto a la importante labor que realizan en la vida democrática de nuestro país el Instituto Nacional Electoral y el correspondiente Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Es importante que todos los mexicanos valoremos, y hagamos valorar, el trabajo que se ha realizado a lo largo de estos años. La defensa de estas instituciones electorales es responsabilidad y deber de todos, por lo que respetuosamente hemos pedido que el INE y el Tribunal vayan perfeccionándose de acuerdo al camino que lleva nuestro país.
Los Obispos no somos gobernantes, somos ciudadanos que, junto con el resto del pueblo de Dios, queremos lo mejor para México.
Confiamos en la disposición y buena voluntad de los actores políticos que, buscando el bien de nuestra nación, dejarán de lado lo que puede interpretarse como intereses personal o partidista y se dispondrán a escuchar la voz de muchos que a través del voto les han confiado la estabilidad y el desarrollo de nuestro país.
Asimismo, y con el respeto que siempre hemos manifestado, invito desde la caridad a quienes tienen la tarea de revisar las solicitudes de los candidatos a la Fiscalía General del Estado (Nuevo León) para que realicen su trabajo con diligencia y discernimiento. Sabemos que es una tarea que conlleva mucha tensión, especialmente por la presión que pueda sentirse, pero el trabajo debe realizarse con responsabilidad democrática, para que los resultados sean en beneficio de nuestro estado.
Finalmente, les pido que oren por todos los Obispos de México, que en esta semana (07 al 11 de noviembre) tendremos nuestra Asamblea Ordinaria Plenaria para que los trabajos que ahí realicemos sigan sumando al bien de toda nuestra Iglesia, y seamos fieles al Evangelio y a la doctrina de la Iglesia Católica.
Que Dios les bendiga, feliz domingo.
Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey