Nuevas evidencias de cómo gobiernos del PAN y del PRI en el estado mexicano de Chihuahua han permitido el florecimiento y libre operación de la narco delincuencia, salen a relucir a partir de un nuevo enfrentamiento armado ocurrido horas atrás, sin que hasta el momento el gobierno de la panista Maru Campo ofrezca explicación alguna a la opinión pública.
El asunto cobra notoriedad y rebasa lo estrictamente local, pues fue en dicha entidad mexicana donde en junio del año pasado fueron asesinadas tres personas, dos de ellas sacerdotes jesuitas, aparantemente a manos de un narco jefe municipal del narco, apodado «El Chueco».
Aún sin ser detenido, dos hechos llaman la atención:
1.- Jefes policIacos al servicio del gobierno panista, fueron detenido en posesión de droga, hace unos días.
2.- Luego, se produjo un enfrentamiento armado, del que el mismo gobierno no esclarece los hehos.
Sin embargo, una imvestigación de El Diario, arroja algunas luces:
«El comandante de Grupos Rurales de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal se llama Carlos Alejandro Cruz Rangel. Le apodan “El Ranger”. Es harto conocido en el mundo policiaco y militar, de todas las corporaciones, de todas las instituciones de seguridad.
Controla para la Policía Estatal desde San Juanito, en el municipio de Bocoyna, hasta Batopilas y hasta lo más profundo de las barrancas de Urique pegadas con Sinaloa y con Sonora. Su centro de operaciones está en Creel y en el Divisadero Barrancas, pero domina también por Madera hasta el extremo sur, Guadalupe y Calvo.
Sepa Dios cómo le habrá hecho pero ha logrado mantenerse en esa función desde 2014, en el gobierno de César Duarte. Cruzó también los infelices cinco años de Corral, en los que fueron registradas varias masacres de policías estatales por toda la región. Hoy día sigue allá.
Si alguien, entonces, sabe del temible “Chueco”, Noriel Portillo Gil, el mismo que mató a un maestro norteamericano, a dos sacerdotes y a mucha gente más en la región serrana, es nada menos que “El Ranger”.
Su nombre, o su apodo, salió a colación el martes tras un enfrentamiento de policías estatales con supuestos sicarios precisamente en la zona de mayor control de Noriel, un poblado próximo a Cerocahui, donde mató en junio del año pasado a los sacerdotes.
No han quedado para nada claros los hechos. Contrario a casi siempre, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal no emitió pronunciamiento oficial alguno a pesar que hubo tres civiles muertos y dos agentes lesionados que fueron trasladados en helicóptero a la ciudad de Chihuahua. Solo la Fiscalía General del Estado emitió la información respectiva sin detalle alguno, solo generalizaciones.
Hay datos extraoficiales de que los muertos no forman parte de la gavilla de “El Chueco” sino de un grupo recién formado que empezaba a combatirlo. Y peor todavía, que todos los operativos particularmente en esa región, son acompañados por fuerzas militares de la Guardia Nacional, del Ejército con equipos de inteligencia de la Fiscalía General del Estado.
En este caso, “El Ranger” y su grupo de policías acudieron hasta un rancho cercano a Cerocahui sin notificar al resto de los persecutores de “El Chueco” quizá porque consideró que podría atraparlo solo con su grupo o porque desconfió de las otras corporaciones.
Hace falta mayor información para saber lo que realmente pasó allá. No hubo detenidos, y si bien los muertos no hablan, alguno o varios de los policías participantes en la refriega deben explicar o haber explicado ya lo acontecido.»
El caso es muy claro: El Ranger, los gobernadores del PAN y del PRI y demás, conocen la zona, han visto. crecer a «El Chueco» durante más de una década y...
Es lo expuesto en la investigación que les compartimos.
CHIHUAHUA, CHIHUAHUA.
VIERNES 24 DE FEBRERO DE 2023.