Francisco se desdijo, dice cardenal ante el Tribunal del Vaticano: primero ofreció confirmar sus órdenes y luego no quiso

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“No soy un manipulador. En mi vida nunca he manipulado a nadie y mucho menos al Santo Padre”. 

El cardenal Angelo Becciu, que al inicio de la 52ª audiencia celebrada en el Vaticano por las inversiones financieras de la Santa Sede en Londres, emitió un comunicado espontáneo en el que contestó a la correspondencia presentada por el Promotor de Justicia, Alessandro Diddi, la semana pasada, entre el Papa y el propio cardenal, que figura entre los diez acusados ​​en el juicio. 

De otra carta presentada por la defensa y ahora en las actas del juicio, fechada el 20 de julio de 2021 -informó el «grupo» de periodistas admitidos en la Sala multifuncional de los Museos Vaticanos- surge que habría sido el Papa quien propuso que él escribiría declaracines para que fueran presentadas con vistas al juicio, y firmarlos –cosa que luego no sucedió– y no al revés

“Como me lo pediste –le respondió por escrito al papa el cardebnal Becciu– te envío las dos declaraciones para que las firmes lo antes posible porque las tendré que presentar en la Corte. Les ruego que acojan esta petición que, además de honrar la verdad de los hechos, beneficiaría a la Santa Sede». 

En la declaración espontánea, Becciu sobre la correspondencia con el Papa explicó:

«Fue en los días, chocantes para mí, justo después de la formalización de las acusaciones en mi contra, acusaciones que hoy como ayer, rechazo enérgicamente, porque son infundadas, consciente de mi absoluta inocencia. 

«Estaba, aún más intensamente que hoy, postrado por este proceso doloroso y por el contacto con un mundo -el judicial- completamente desconocido para mí en sus fríos tecnicismos. Tomada por mi la resolución absoluta de no involucrar al Papa en el asunto procesal, hubo, sin embargo, la necesidad de probar dos hechos que realmente ocurrieron, que vi reconstruidos de manera completamente errónea en la citación para el juicio. Por estos hechos, secretos o en todo caso reservados, nadie más -aparte del Papa- los conocía en detalle». 

“Aquí están”, dijo el cardenal, enumerándolos:

“1) Primer hecho: la autorización de la operación humanitaria, inherente a la necesidad de secreto como el haber tenido el secreto pontificio fijado desde el principio (del que el Santo Padre quedé dispensado solo el 22 de marzo de 2022); 

2) Segundo hecho: la autorización para presentar la propuesta de compra del Edificio Sloane Avenue, que me hizo el Excmo. Innocenzi Botti, examinado por el P. Guerrero, entonces Prefecto de la SpE, y por el Cardenal Parolin, Secretario de Estado. 

Eran los días en que el Santo Padre había sido dado de alta del hospital y yo le había pedido audiencia para confrontarme sobre la exposición de los dos hechos que lo involucraban directamente. Al no poder recibirme, Él mismo, el 19 de julio de 2021, me llamó por teléfono. Le representé mi necesidad de probar la verdad. No tener justificaciones convenientes, sino sólo la Verdad. Me pidió que escribiera lo que creía necesario decir para reconstruir la Verdad. Eso sí, no fui yo quien lo propuso, sino que fue Él quien solicitó formalizar esta información por escrito. Así lo hice, al día siguiente, con carta del 20 de julio de 2021”. 

Basta leer esta primera carta, que me ha confirmado el Papa, para tener plena confirmación de esto”, observó Becciu explicando los motivos de la carta “¡que el Promotor no ha presentado! Y que por lo tanto me veo obligado a depositar, en beneficio de la Verdad«. 

«Debo confesar, señor Presidente – declaró el cardenal en relación con la carta presentada hoy en los documentos – que encuentro incomprensible, por no decir injustificada, la conducta procesal del Promotor, quien, al optar por revelar la correspondencia privada entre mí y el Santo Padre, decidió hacerlo de manera parcial, sin revelar al Tribunal mi primera misiva, la del 20 de julio de 2021, de la que acabo de hablar y de la que se desprende que yo, al escribir al Santo Padre , se disponía a cumplir un Su pedido. Me parece lógico que si uno decide involucrar directamente al Santo Padre, entonces creo que es necesario reconstruir los hechos de manera completa. Y por eso, pues, deposito la primera carta”. 

Sobre las «omisiones» contenidas en la carta de hoy, Becciu aclara los motivos:

«se trata de indicaciones sensibles, relativas a la operación humanitaria, no estrictamente necesarias a efectos procesales. Por tanto, estimo oportuno, por sensibilidad institucional y para protección de la Santa Sede, no difundirlos. Es también por esos contenidos omitidos que había decidido no hacer pública esta correspondencia. Sin embargo, tengo una copia sin los omitidos, si no es estrictamente necesario a efectos procesales. Por tanto, estimo oportuno, por sensibilidad institucional y para protección de la Santa Sede, no difundirlos. Es también por esos contenidos omitidos que había decidido no hacer pública esta correspondencia. Sin embargo, tengo una copia sin los omitidos, si no es estrictamente necesario a efectos procesales”. 

“Mi asombro fue grande al recibir la respuesta del 21 de julio de 2021, exactamente al día siguiente”, reveló el cardenal:

“En ella noté un estilo y una terminología no habituales en el Santo Padre, cuyos tonos conozco bien desde hace 5 años. de colaboración continua como Suplente. Además, mientras se reafirmaban los puntos centrales de la reconstrucción (es decir, el rudimento en el que ilustró al Papa la propuesta del Hon. Innocenzi Botti, por un lado; y la existencia de la conocida operación humanitaria, por el otro), se hizo una descripción de los hechos, y sobre todo de las formas, en total contraste con la conversación del 19 de julio, en la que él mismo me invitó a enviar tales declaraciones que tuvieran precisamente ese contenido. Así que cuando leo en la respuesta del día 21: ‘Respondo a su carta del 20 de julio que me sorprendió’, estaba desorientado. Me había invitado expresamente a escribirle y luego leí que lo había sorprendido. Realmente no podía comprender lo que estaba pasando. Al leer luego también el segundo escrito, el del 26 de julio de 2021, me desorienté aún más, porque no reconocí al Santo Padre en esas pocas líneas. El contenido estaba lejos de lo que él me habíapedido verbalmente. 

Por último, no puedo dejar de notar cómo se afirma la ‘insusceptibilidad’ de la aplicación del secreto pontificio a la operación humanitaria, cuando en cambio, como ya se destacó, en la comunicación solicitada por este Tribunal, el Santo Padre me dijo dispensado del secreto papal , de ese secreto que hasta el 22 de marzo de 2022 evidentemente subsistía y obligaba.


Estos, y no otros, señor Presidente, son los hechos reales que determinaron la correspondencia en cuestión, que nunca produje en el proceso, a pesar de la insistencia del Promotor, para la escrupulosa protección del Santo Padre y de la Sede Apostólica, que yo Siempre he buscado y sigo buscando proteger con todas mis energías restantes. Espero que estas aclaraciones puedan ayudar al Tribunal en la más justa reconstrucción de la verdad”.

Por MICHELA NICOLAIS.

CIUDAD DEL VATICANO.

VIERNES 17 DE MARZO DE 2023.

SIR.

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