La guerra, toda guerra, es siempre una derrota, una destrucción de la fraternidad humana». La voz de Francisco es grave cuando se dirige a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro para el Ángelus dominical. Una vez más, el Papa debe invocar que se silencien las armas, pensando en Israel y Palestina
Estoy muy preocupado, afligido, rezo y estoy cerca de todos los que sufren, de los rehenes, de los heridos, de las víctimas y sus familiares.
Petición de ayuda humanitaria y liberación de rehenes
Como en los últimos días, la última vez el pasado miércoles durante la audiencia general, el pensamiento de Francisco se dirige a la «grave situación humanitaria en Gaza», así como a la violencia que también ha tocado lugares cristianos en los últimos días:
Me aflige que también el hospital anglicano y la parroquia greco-ortodoxa hayan sido alcanzados en los días pasados. Renuevo mi llamamiento para que se abran espacios, se siga permitiendo que llegue ayuda humanitaria y para que se libere a los rehenes.
La guerra es una derrota
A continuación, el Papa recuerda que el próximo 27 de octubre habrá una jornada de ayuno, oración y penitencia, y que esa tarde a las 18 horas en San Pedro habrá una hora de oración para implorar la paz en el mundo:
La guerra, toda guerra que hay en el mundo – pienso también en la martirizada Ucrania – es una derrota. La guerra siempre es una derrota, es una destrucción de la fraternidad humana. ¡Hermanos, deténganse! ¡Deténganse!