ROMA – El Papa Francisco dijo este miércoles que la Virgen María no es corredentora con Cristo, un título que algunos movimientos teológicos en las últimas décadas han tratado de asignar a la Madre de Dios.
Jesús, dijo Francisco hablando espontáneamente, confió a María toda la Iglesia y todos los fieles, pero “como madre. No como una diosa. No como corredentora. Como madre «.
“Es cierto que la piedad cristiana siempre le da hermosos títulos, como un hijo a la madre… ¿cuántas cosas bonitas le dice un hijo a la madre? Pero atención: las cosas [hermosas] que la Iglesia, los santos, le dicen a María, no quitan nada a la unicidad de Cristo como redentor ”, agregó el Papa, siempre apartando la mirada de sus comentarios preparados.
“Él [Cristo] es el único redentor. Son expresiones de amor como un hijo a la madre, a veces exagerado, pero sabemos que el amor siempre nos hace hacer cosas exageradas. Enfermedad de amor ”, dijo Francis.
El título de María como “corredentora” data de la Edad Media, y la idea de declararlo como un dogma de la iglesia fue discutida, aunque no adoptada, en el Concilio Vaticano II. En la década de 1990, el teólogo católico estadounidense Mark Miravalle de la Universidad Franciscana de Steubenville lanzó una petición pidiendo al Papa que hiciera tal declaración, y hoy la devoción por la “corredentora” tiende a ser más fuerte entre los católicos más conservadores.
Lo que Francisco dijo el miércoles está en línea con lo que dijo antes sobre la madre de Dios, y es una afirmación que a menudo hace hablando mientras se aparta de su texto escrito. Por ejemplo, en diciembre de 2019, durante una misa en la Basílica de San Pedro en honor a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de las Américas, calificó la idea de que María es corredentora como una «tontería».
Inés San Martín
(CRUXNOW).
OTRA VERSIÓN SOBRE LO DICHO HOY POR SU SANTIDAD SOBRE LA VIRGEN MARÍA:
El Papa aclara: María no es corredentora.
| 24 marzo, 2021
La catequesis de una Audiencia General no es precisamente la ocasión idónea para una declaración ‘ex cathedra’; si no, tendríamos que concluir que Su Santidad ha usado la de esta mañana para proclamar el dogma de María No Corredentora.
“Cristo es el puente que cruzamos a fin de volvernos hacia el Padre. Él es el único Redentor; no hay corredentores con Cristo. Es el único. Es el mediador por excelencia; es el único mediador entre Dios y el hombre”, ha enfatizado Su Santidad en la catequesis de la Audiencia General de esta mañana, miércoles 24 de marzo.
E insiste: “Nuestra Señora es una madre que ampara a todos bajo su manto, Jesús nos la confió como madre, no como diosa, no como corredentora, sino como madre”.
El de María Corredentora y Mediadora de Todas las Gracias es un título que planea desde hace siglos sobre la teología católica y que muchos fieles esperaban ver convertido en dogma antes o después, pero Su Santidad el Papa Francisco ya aclaró en una pasada ocasión que ve “tonto” acumular sobre María títulos nuevos de los que no tiene necesidad.
Durante la homilía para la celebración de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe en la Basílica de San Pedro, el 12 de diciembre de 2019, el Papa Francisco rechazó resueltamente el título de corredentora: «Fiel a su Maestro, que es su Hijo, el único Redentor, jamás quiso para sí tomar algo de su Hijo. Jamás se presentó como corredentora».
Para Francisco, María es, ante todo, ‘discípula’, incluso más que Madre de Dios. Hoy ha insistido en ello: “Podría decirse que la Bienaventurada Virgen María es más discípula de Cristo que Su madre. Sus palabras en las bodas de Caná: “Haced lo que Él os diga”; siempre está apuntando hacia Cristo. Ella es la primera discípula”.
¿Cómo, entonces, debemos juzgar los católicos los títulos que la Iglesia ha otorgado a María en el curso de su historia? Serían, dice el Papa, títulos hermosos que la piedad cristiana ha dado a María, pero “las cosas que la Iglesia y los santos le dicen a María, las cosas bonitas, no quitan nada a la unicidad redentora de Cristo”. “Él es el único Redentor” recuerda y se trata de “expresiones de amor como un hijo a su madre, a veces exageradas”.
Él mismo ha introducido tres títulos nuevos en las Letanías Lauretanas del Santo Rosario, además de un cuarto sugerido en la ocasión citada del 12 de diciembre, “mestiza”.
LA SIGUIENTE ES LA VERSIÓN OFICIAL DE VATICAN NEWS DE LO DICHO POR EL PAPA ESTE MIÉRCOLES, Y ESTÁ BASADA EXCLUSIVAMENTE EN EL TEXTO ESCRITO:
El Papa dedica su Catequesis a María: “primera discípula de Jesús”
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
Esta mañana el Papa Francisco ha pronunciado su vigésimo séptima Catequesis sobre el tema de la oración, reflexionado, concretamente, sobre “la oración en comunión con María”. El Papa ha explicado que el camino principal de la oración cristiana es la humanidad de Jesús y “Él es el Mediador por excelencia”, “el puente que atravesamos para dirigirnos al Padre”. De hecho – dice – “cada oración que elevamos a Dios es por Cristo, con Cristo y en Cristo y se realiza gracias a su intercesión”. Por su parte, el Espíritu Santo “extiende la mediación de Cristo a todo tiempo y todo lugar”. Es aquí, de la única mediación de Cristo que toman sentido y valor las otras referencias que el cristianismo encuentra para su oración y su devoción y donde se sitúa en primer lugar – subraya el Papa – “a la Virgen María”.
María y su lugar privilegiado en la oración
Hoy el Santo Padre ha centrado toda su Catequesis en la Madre de Jesús. “Ella – ha expresado – ocupa en la vida y, por tanto, también en la oración del cristiano un lugar privilegiado”. Tal es así, que en la iconografía cristiana “su presencia está en todas partes, y a veces con gran protagonismo, pero siempre en relación al Hijo y en función de Él” asegura Francisco. Pero también las Iglesias de Oriente la han representado siempre, “a menudo como la Odigitria, aquella que “indica el camino”, es decir el Hijo Jesucristo”. “Sus manos, sus ojos, su actitud son un “catecismo” viviente y siempre apuntan al fundamento, el centro: Jesús”. “María está totalmente dirigida a Él – señala el Papa – hasta tal punto, que podemos decir que es más discípula que Madre. Esa señalización, en las bodas de Caná: «Él: haced lo que os diga». Siempre señala a Cristo. Es la primera discípula”.
El rol de la Virgen María
María se caracteriza por ser “humilde sierva del Señor” dice el Papa, de hecho, “este es el rol que ha ocupado durante toda su vida terrena y que conserva para siempre”. Después explica que, a un cierto punto, en los Evangelios, “ella parece casi desaparecer; pero vuelve en los momentos cruciales, como en Caná, cuando el Hijo, gracias a su intervención atenta, realizó la primera “señal” y después en el Gólgota, a los pies de la cruz”. Jesús extendió la maternidad de María a toda la Iglesia cuando se la encomendó al discípulo amado, poco antes de morir en la cruz: “Desde ese momento – asegura Francisco – todos nosotros estamos colocados bajo su manto, como se ve en ciertos frescos y cuadros medievales”.
Además, también se ve en la primera antífona latina – sub tuum praesidium confugimus, sancta Dei Genitrix: Nuestra Señora que cubre, como Madre, a quien Jesús nos ha confiado, a todos nosotros; “pero como Madre, no como diosa” puntualiza el Papa. En este sentido, explica que, si bien es cierto que la piedad cristiana le da siempre títulos hermosos, como un hijo a su madre, tenemos que tener cuidado: “las cosas que la Iglesia y los santos le dicen a María, las cosas bonitas, no quitan nada a la unicidad redentora de Cristo”. “Él es el único Redentor” recuerda y se trata de “expresiones de amor como un hijo a su madre, a veces exageradas”.
La súplica a María
Cuando rezamos a María, usamos algunas expresiones presenten en los Evangelios, dice el Pontífice: “llena de gracia” y “bendita entre las mujeres” y en la oración del Ave María pronto llegaría el título “Theotokos” (Madre de Dios), “ratificado por el Concilio de Éfeso”. Además, análogamente y como sucede en el Padre Nuestro, “después de la alabanza añadimos la súplica: pedimos a la Madre que ruegue por nosotros pecadores, para que interceda con su ternura, “ahora y en la hora de nuestra muerte”” recuerda el Papa, y ahora, en las situaciones concretas de la vida, y en el momento final, “para que nos acompañe en el paso a la vida eterna como Madre, como primera discípula”.
La presencia de María en nuestra vida
“María está siempre presente en la cabecera de sus hijos que dejan este mundo” continúa Francisco: también ha estado presente en los días de pandemia, cerca de las personas que lamentablemente han concluido su camino terreno en una condición de aislamiento, sin el consuelo de la cercanía de sus seres queridos: “María está siempre allí, a nuestro lado, con su ternura materna”.
María: Mujer del “sí”
Por ultimo, el Papa recuerda que las oraciones dirigidas a ella no son vanas y Ella las escucha como Madre: “Mujer del “sí”, que ha acogido con prontitud la invitación del Ángel, responde también a nuestras súplicas, escucha nuestras voces, también las que permanecen cerradas en el corazón, que no tienen la fuerza de salir pero que Dios conoce mejor que nosotros mismos”.
Además, como y más que toda buena madre, “María nos defiende en los peligros, se preocupa por nosotros, también cuando nosotros estamos atrapados por nuestras cosas y perdemos el sentido del camino, y ponemos en peligro no solo nuestra salud sino nuestra salvación” subraya, pues, “María está allí, rezando por nosotros, rezando por quien no reza. ¿Por qué? Porque ella es nuestra Madre”.