El Papa Francisco lo define como «perseguido» y toma partido sin dudar en defensa del obispo de Piazza Armerina, Rosario Gisana. Pero las declaraciones del pontífice parecen destinadas a reavivar la polémica sobre algunos supuestos casos de violencia sexual por parte de miembros del clero de la diócesis liderada por el propio monseñor Gisana. De hecho, la posición del Papa se produce en vísperas de la acusación del proceso, ante el tribunal de Enna, contra don Giuseppe Rugolo, detenido en abril de 2021 acusado de violencia sexual agravada contra menores.
Mañana, durante la audiencia presidida por Francesco Pitarresi, la fiscal Stefania Leonte presentará sus solicitudes.
«Me parece grave, además de inoportuno, que en vísperas de la acusación del fiscal y de la discusión de las partes civiles, se produzca la intervención del Papa Francisco, que habla de acontecimientos procesales de los que ciertamente sabe poco o nada», dijo la abogada Eleanna Parasiliti Molica, abogada de Antonio Messina, el joven que hoy tiene treinta años y que denunció los abusos que sufrió cuando aún era menor de edad.
“Este obispo – dice Messina refiriéndose a Gisana – es el mismo que fue interceptado hablando con Rugolo y dice que lo encubrió todo”.
La presunta víctima se dirige entonces directamente al Papa Francisco para reiterar su petición de reunirse con él:
«Me gustaría hablar con usted y contarle, documentos en mano, lo que está sucediendo en la diócesis de Piazza Armerina».
El Papa, en la audiencia de hoy con la asociación Piccola Casa della Misericordia de Gela (Caltanissetta), elogió al obispo de Piazza Armerina: “Bien hecho, este obispo, bien hecho. Fue perseguido, calumniado y fue firme, siempre, justo, un hombre justo. Por eso, aquel día que fui a Palermo, quise detenerme primero en Piazza Armerina, para saludarlo; es un buen obispo.»
El pasado mes de julio, un catequista de Gela también fue enviado a juicio por presuntos abusos a un menor.
Según las investigaciones, la presunta víctima habría informado al obispo de los abusos que había sufrido.
Una afirmación que siempre ha sido rechazada por monseñor Gisana. La historia, que se entrelaza con la del proceso Rugolo, surgió durante la última audiencia en el tribunal de Enna. Incluso Antonio Messina, antes de la denuncia, afirma haber recurrido al obispo, quien le ofreció 25.000 euros en efectivo sacados de los fondos de Cáritas a cambio de una cláusula de confidencialidad.
El juicio, que se desarrolla a puerta cerrada, comenzó en octubre de 2021; La sentencia se espera para el 10 de enero. Mientras tanto, los abogados de Don Rugolo han demandado al propio Antonio Messina, al presidente de Rete L’Abuso, asociación italiana que se ocupa de las víctimas de abusos clericales, y a tres periodistas que siguieron el proceso judicial, por difamación y difusión de documentos profesionales. Todas las fiscalías donde se presentaron las denuncias (Enna, Savona y Ferrara) las consideraron infundadas y pidieron su desestimación, pero los defensores de Rugolo se opusieron.
“Las pocas esperanzas que quedaban de que se hiciera justicia en Italia para las víctimas de abusos sexuales por parte del clero católico fueron barridas en un nanosegundo directamente de la boca del Papa Francisco – afirma la Red L’Abuso. Único país de Europa que se muestra inerte al respecto y actualmente es objeto de una petición al Parlamento Europeo por incumplimiento.
«Todo en un momento tan perfecto y sospechoso, no sólo por la posición inesperada del Papa Francisco, contraria a sus propias proclamas de tolerancia cero durante décadas, sino porque todo sucede en vísperas de la acusación de mañana, en el tribunal de Enna, donde hablarán las partes», subraya la asociación que protege a las víctimas de abusos.
ENNA, ITALIA.
LUNES 6 DE NOVIEMBRE DE 2023.
