Los primeros dos padres que fallecieron, se encontraban en la Casa San Pablo, recinto donde los padres retirados pasan los últimos años de su vida.
La tercera víctima del virus fue el padre Armando Oliva, quien falleció en agosto de este año, el presbítero tenía vida productiva, ya que tenía 56 años.
El cuarto sacerdote que perdió la vida por este tipo de coronavirus, fue el padre Bernardo Méndez, quien falleció la madrugada de este lunes. El católico estuvo intubado por semanas, pero lamentablemente no pudo librar la batalla ante el virus.
En el caso de muertes de religiosas, sólo una religiosa ha muerto por covid, sorpresivamente una joven de 26 años, que radicaba en el Hogar de Protección Juvenil A.C.
En toda esta historia pandémica, quince sacerdotes y una veintena de religiosas, han resultado positivas a covid, en esta cifra ya se cuenta con los fallecimientos.
Uno de los brotes importantes ocurrió en Casa San Pablo, donde dos sacerdotes fallecieron, pero hubo otros que se salvaron “de milagro”, como es el caso de un sacerdote de 96 años que resultó asintomático.
En el Convento de la Cruz, todas las religiosas resultaron contagiadas, un total de 18 “siervas de Dios”, dieron positivas al virus, pero ahora ya se encuentran fuera de peligro, por lo que regresaron las actividades tanto en el convento como en la casa de retiro sacerdotal.