* Guillermo Marcó se reunió con el pontífice y aseguró que se encuentra en proceso de recuperación.
Las últimas apariciones del Papa Francisco llamaron la atención cuando se lo vio en silla de ruedas. Fue luego de ello que se empezó a rumorear que podría renunciar a su cargo por los problemas de salud que lo afectan desde hace un tiempo. Ante esto, Guillermo Marcó, el exvocero del entonces cardenal Jorge Bergoglio, negó estos dichos y aseguró que “el Papa se encuentra perfectamente bien y de ninguna manera está pensando en renunciar”.
Marcó contó que tuvo “una larga conversación” con Francisco, ocasión en la que pudo comprobar que está “de muy buen animo, super atento y conduciendo con energía y coraje la Iglesia”, por lo que concluyó que las insistentes versiones sobre su posible renuncia por su problema en la rodilla, que está en pleno proceso de superación, “carecen de todo asidero”.
En relación a la suspensión de un viaje a dos países de África previsto para principios e julio, Marcó sostuvo que se debió “al acatamiento de las recomendaciones de los médicos para no afectar el franco proceso de recuperación de su rodilla”.
Además, el sacerdote contó que “el Papa sigue con su actividad en la medida en que la exigencia no afecte la terapia kinesiológica que está siguiendo” y agregó que “es mucho lo que sigue haciendo, más allá de la suspensión de los viajes largos que siempre son muy exigentes.
“Lo que está claro es que el papa tiene problemas de movilidad por los dolores en su rodilla, pero no tiene ningún otro problema para seguir gobernando la Iglesia”, aseguró a EFE el periodista irlandés Gerad O’Connell, corresponsal en Roma de la revista de la Compañía de Jesús América Magazine.
El origen de los rumores de renuncia
El 23 de mayo, una reunión con los casi trescientos obispos italianos para elegir al nuevo presidente de la asamblea episcopal de Italia, el Papa les habló sobre los problemas de deambulación que padece y les dijo que no quiere operarse.
Hace casi un año, el 4 de julio 2021, fue intervenido durante tres horas por una diverticulosis que obligó a extirparle treinta y tres centímetros del intestino grueso. Francisco les dijo a los obispos que tras la intervención había sufrido “fastidios” causados por la anestesia.
No aclaró si esos “fastidios” eran serios y hasta cuándo duraron pero dijo una frase que quedó retumbando en quienes la escucharon: “Antes de operarme, ¡renuncio!”.
Una fuente vaticana intentó minimizar los dichos y dijo que la frase fue pronunciada en tono de broma. Fue luego de esto que empezaron a circular los rumores.