¿Cómo pueden fallar tan estrepitosamente los informes y controles para la elección de un obispo? La noticia llegó, con sequedad, a través del Bolletino de la Santa Sede. El Papa Francisco había «aceptado la renuncia» del obispo electo de de Duluth, (Estados Unidos), Michel Mulloy.
A los pocos minutos, la diócesis de origen del prelado ‘interruptus’, Rapid City, emitía un comunicado en el que admitía que se había recibido una denuncia creíble de abusos a menores por parte de Mulloy, quien tras una investigación preliminar había optado por renunciar. Su toma de posesión, prevista para el 1 de octubre, se ha cancelado.
Roma, tras recibir informes positivos sobre Mulloy, anunciaba el nombramiento de Mulloy el pasado 19 de junio. Mes y medio después, el 7 de agosto, la diócesis de Rapid City recibió una denuncia de abusos contra el religioso, acaecida a comienzos de los años 80.
Abstenerse de ejercer el ministerio
«Siguiendo el procedimiento establecido, el obispo Peter Muhich, obispo de Rapid City, informó a las fuerzas del orden sobre el desarrollo del mismo. P. Mulloy recibió instrucciones de abstenerse de participar en el ministerio. Luego, la Diócesis encargó una investigación independiente para determinar si la acusación justificaba una mayor investigación bajo el Derecho Canónico», señala el comunicado de la diócesis, que añade que, tras dicha investigación, se constató que la acusación «cumplía con los estándares del Derecho Canónico para una mayor investigación y conclusión, y el obispo Muhich informó a la Santa Sede».
En ese momento, Michel Mulloy recibió un resumen de la acusación en su contra, momento en el que presentó su renuncia, que hoy aceptó el Papa.
La nota de Rapid City no informa de cuál es el estado de la denuncia, ni de las posibles sanciones canónicas contra Mulloy, de quien no se sabe nada desde hace semanas.
Con información de Religión Digital/Jesús Bastante
