* Las vocaciones sacerdotales han sufrido una caída constante en los últimos veinte años.
En España, a mediados de los años sesenta, había ocho mil seminaristas que garantizaban plenamente el relevo de los sacerdotes que se jubilaban. Con la apertura, primero, y la desaparición del régimen nacional-católico, surgido del franquismo, se produjo una drástica reducción. Al entrar en el siglo XXI la cifra era de 1.737 seminaristas pero veinte años después se mantiene la tendencia y ya solo quedan 1.028, lo que significa una reducción del 40%. Y en los seminarios menores, donde llegó a haber hasta 8.000 inscritos, hoy solo son 811.
Si a esas cifras se añade el envejecimiento de los sacerdotes y unas pocas pero continuas dispensas, el balance anual es negativo, aunque la Iglesia prefiere no dar datos detallados. Los 16.568 sacerdotes que hay en España tienen que cubrir más de una parroquia, incluso diez o más. Y esa crisis se traslada también a las órdenes religiosas. Los datos del 2021 indican que solo hay 179 novicias y 65 novicios para tomar el relevo de los 44.000 religiosos de ambos sexos que se irán jubilando.
En Asia y África aumentan las vocaciones, pero no compensan la caída en Europa y América
Hace poco más de un mes se anunció que en enero y febrero próximos, dos prelados uruguayos (Milton Luis Tróccoli y Arturo Eduardo Fajardo) realizarán una visita pastoral a los seminarios españoles. El nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal Española, César García Magán, se ha apresurado a señalar que “no hay que darle un sentido alarmista”. Pero a nadie se le oculta que desde el Vaticano se plantea una reforma que pasa por cambios en los planes de formación y por la creación de seminarios interdiocesanos, ya que se considera que un centro con menos de 25 o 30 seminaristas tiene poco sentido.
El pasado día 10, el papa Francisco recibió a los seminaristas de Barcelona y rompió el protocolo para abrir con ellos un coloquio, dejando para mejor ocasión el discurso que tenía preparado. Les animó a dar testimonio de una Iglesia más comprometida, a buscar la colaboración de los laicos y a contar también con la mujer. Y en el tono coloquial que le caracteriza les recordó que bastan cosas sencillas para dar ejemplo como “la mesa escasa y pobre, las noches a la cabecera de los agonizantes o abrir muy temprano las iglesias antes que los bares”. Seguro que a Bergoglio le habrá gustado la idea del padre Ángel de abrir la iglesia de San Antón, de Madrid, para poder ver los partidos del Mundial de fútbol.https://datawrapper.dwcdn.net/u8J40/
Los obispos enviados por Roma visitarán los 85 seminarios diocesanos, que incluyen los 15 Redemptoris Mater, del Camino Neocatecumenal, de Francisco Argüello (conocidos como los kikos , por el apodo de su fundador), que aportan ya una quinta parte de las ordenaciones, así como el Internacional Bidasoa (Opus Dei) y el Pontificio de Comillas (Jesuitas).
Salvador Bacardit, rector del Seminario de Barcelona, donde se preparan 26 aspirantes, atribuye esta crisis, que se da en Europa y América del Norte, a “la sociedad de consumo, más individualista y hedonista, con una crisis de valores que choca con una vida de sacrificio y entrega”. Pero también considera que “históricamente ha habido ciclos” y que ahora en Asia y África crecen el número de católicos y el de seminaristas. “En estos países –afirma Bacardit– la Iglesia aun tiene prestigio y la vida sacerdotal es atractiva”.https://datawrapper.dwcdn.net/74dBR/
No es de extrañar, que tras muchos años en que Europa enviaba misioneros a países en vías de desarrollo, ahora llegan aquí de sacerdotes de África y América del Sur, sobre todo.
En Catalunya, con una de la prácticas religiosas más bajas del Estado, el número de seminaristas (en los tres centros: Barcelona, Interdiocesano y Terrassa) es de 57, el 5% del Estado, menos de lo que le correspondería por población. Con situaciones muy preocupantes como la diócesis de Girona, que no solo no tiene obispo, sino que le quedan poco más de un centenar de sacerdotes, con una media de 73 años, para cubrir 394 parroquias. En Vic, el obispo Romà Casanova reconocía en una entrevista el año pasado que desde el 2003 habían fallecido en su diócesis 144 sacerdotes y se habían ordenado 15.https://datawrapper.dwcdn.net/Pe6RE/
En el debate sobre las causas se señala desde algunos sectores, también de la propia Iglesia, que la exigencia del celibato y la prohibición del acceso al sacerdocio a las mujeres influyen negativamente. Pero Joan Piñol, seminarista de 30 años, respondía en este mismo diario que “los pastores protestantes se pueden casar y los católicos de la Iglesia Oriental también y no por eso hay mas vocaciones”. Desde sectores más conservadores se apunta que los seminarios más tradicionales, como el de Toledo o del Opus Dei, tienen cifras mejores. Y, es cierto, lo que según otras voces, se explica porque en tiempos de crisis los jóvenes aspirantes encuentran más seguridad en formas más convencionales.https://datawrapper.dwcdn.net/FxcE9/
Más grave es la situación de la Iglesia católica de Alemania que ha pasado de las 140 ordenaciones del 2000 a 55 en el 2019 (ese año fallecieron 321 sacerdotes y 14 fueron laicizados). Francia ha pasado de 150 a 94 e Italia, de 520 a 310. En España, han bajado de 227 a 125. Una mayor implicación de los laicos y la llegada de sacerdotes de otros países serán inevitables en un futuro inmediato.https://datawrapper.dwcdn.net/rrSZE/
Jean de Dieu Ndizeye. Ruanda, 43 años
Uno de los primeros de Kigali en Catalunya
Jean de Dieu Ndizeye nació hace 43 años en un pueblo cerca de Kigali, la capital de Ruanda, a los 22 sintió la llamada de Dios cuando trabajaba en un orfanato de su país al cuidado de niños y a los 31 su vida dio un giro de 180 grados. En el seminario donde había iniciado sus estudios recibió la visita de un misionero catalán que, ante la falta de vocaciones religiosas, solicitaba que seminaristas ruandeses pudieran completar sus estudios y ejercer en Catalunya. No se lo pensó dos veces. En el 2015 se ofició sacerdote en Barcelona tras completar sus estudios en el Seminario Mayor Interdiocesano. Su primer destino fue Santpedor pero también ejerció en Igualada, Sant Vicenç de Castellet y actualmente se ocupa de seis parroquias de las comarca del Ripollès, entre ellas la de Santa Maria de Camprodon. Fue de los primeros curas ruandeses en llegar a Catalunya y abrió camino a muchos otros. Hoy hay 21 presbíteros de Ruanda en la diócesis de Vic. / Sílvia Oller
Luis Aguirre. Colombia, 63 años
Una vocación tardía de quien quiso ser médico
Luis Aguirre llegó de Colombia a Lleida hace cinco años y acaba de conseguir la nacionalidad española. Es el cura de Os de Balaguer, de Àger y del hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida. Cuenta que su vocación fue tardía, se matriculó primero en medicina, luego en aviación: “Estando en las nubes el señor me empezó a llamar, fui al seminario. En mi casa no me creían porque de pequeño, cuando mi papá nos enviaba a todos los hermanos a misa (eran 26), mi hermana Mercedes y yo entrábamos por una puerta a la iglesia y salíamos por otra para ir a bailar”. Acostumbrado a contar con muchos fieles, lo que más le sorprendió en Lleida es la poca gente que va a misa. / Rosa Matas
Alexandru Balatchi. Rumanía, 34 años
El cura motero más joven de Lleida
Alexandru Balatchi es un cura motero, el más joven del Obispado de Lleida. Llegó de vacaciones a ver a unos amigos hace tres años, tras un tiempo como misionero en Ecuador. Pasó por el obispado y allí le dijeron que faltaban curas, que no había jóvenes, y se quedó. Ha estado dos años en las parroquias de Sucs y de Gimenells i Pla de la Font y desde hace algo más de un año es el rector de Almacelles. Ahora tiene más fieles. “En Pla de la Font, viven 150 personas, a misa dominical iban unas 14, la mayoría personas mayores; en Almacelles hay más niños y jóvenes. Bautizos este año he tenido más de 20. Hay 21 niños y niñas preparándose el primer nivel de la primera comunión y 19 que la van a recibir el próximo año”. / Rosa Matas
BARCELONA, España.
SÁBADO 24 DE DICIEMBRE DE 2022.