La amenaza en la declaración de Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España, en la Universidad Comillas-Icade, en el sentido de “retirar por un tiempo la patria potestad a los padres que no quieran vacunar a sus hijos», no es para nada descabellada.
Así lo señaló Agustín Losada, doctor en Bioética, quien además de coincidir con dicho funcionario, argumentó que “un adulto tiene derecho a rechazar un tratamiento para sí mismo, ya que nadie te puede imponer un tratamiento médico que tú no quieras, aunque sea evidente que sea beneficioso para ti; es más, un médico tendrá que explicarle las consecuencias de su decisión y que él firme un consentimiento informado de que está de acuerdo y reconoce los riesgos de no recibir el tratamiento”.
“La perspectiva bioética es bastante clara, el doctor puede señalar al paciente: ‘lamentamos que usted sea tan tonto como para dejarse morir por no entender un criterio médico tan racional, pero sí usted no quiere ese tratamiento médico pues muérase, porque se va a morir’”,
aseveró.
Sin embargo, explicó que cuando afecta dicha decisión a un menor o a una persona que no tiene capacidad de decisión, ahí entran otros factores, pues se está tomando una decisión en nombre de un tercero que es un menor: su hijo, del que tiene la patria potestad.
Ejemplificó que en Austria hay un movimiento muy fuerte contra las vacunas y hay muchos niños y adolescentes que están creciendo sin haber sido vacunados porque los padres los han sustraído a la vacunación en sus calendarios de sus cartillas de salud, “y están generando muchos problemas de salud pública”.
“No vale con decir firme aquí y usted se hace responsable, ya que cuando el menor se enferme va a tener un costo a la sociedad para tratarlo, además va contagiar a otras personas, y también va a provocar un problema de salud pública y esto no se puede permitir porque es un problema social”,
detalló.
“Muchas veces cuando hay un problema de este tipo, la solución más fácil es la coercitiva; es mucho más fácil quitarle la patria potestad y cuando lo vacune se la devuelvan. Lo ideal que debería ser que los padres están educados y entiendan que sus hijos deben estar vacunados; a pesar de ser España un país en teoría con un nivel cultural alto, hay gente que tiene opiniones en temas trascendentales pues peores de un niño de 5 años”,
lamentó.
