Hace unos días Germinans Germinabit, el interesante blog que hay que leer para enterarse de los chanchullos de la parte de la Iglesia en Cataluña que acoge las demoledoras ideologías sucedáneas de la fe, nos informaba de los planes del obispado de Barcelona para reestructurar las parroquias de la diócesis. Se trata de agrupar las de la misma zona bajo una “parroquia de referencia”, lo qual pot ser interessant. Però vet ací que la cosa ve amb sorpresa, doncs sembla que es tracta de:
“promocionar a las parroquias históricamente progresistas, es decir las fracasadas y con los números estadísticos más penosos dándoles el título de “parroquias de referencia”, y condenando a las parroquias que sí que tienen vitalidad, juventud y futuro, a supeditarse a aquellas otras, poniéndolas en un segundo escalón y lo que es peor, pudiéndolas condenar a una futurible desaparición. Algunas de hecho ya quedan eliminadas en esta misma propuesta, y curiosamente siempre son parroquias no progresistas”.
Por ejemplo: la moribunda, carca y nacionalista parroquia de San Ildefonso, donde Artur Mas va a misa, será la “jefa” de Santa Inés, una parroquia llena de vida, jóvenes, familias y vocaciones. Ya nos imaginamos lo que pasará cuando apliquen la receta de San Ildefonso a Santa Inés, oi que sí?
Y aún hay más: si el modelo se Milán -como dicen al arquebisbat- las 160 parroquias que quedarán subordinadas a las 48 de «referencia» tienden a desaparecer. De momento ya se anuncia el cierre y venta de 4 parroquias, algo normal: en Cataluña hace 40 años que el nacionalprogresismo hace de sucedáneo del cristianismo y es la nueva religión de millones de catalanes enganchados a TV3 y los medios del Régimen.
¿Y qué pasa con los centros de culto de las religiones minoritarias en Cataluña? En 15 años las musalas islámicas se han doblado en Cataluña, igual que los templos evangélicos y hasta budistas.
No hay duda de que la vida espiritual de Cataluña, el culto que vivificó su cultura, agoniza. Otros cultos llegan y formarán otra cultura, que se parecerá a la catalana como un huevo a los anillos de Saturno. La responsabilitat de tants bisbes i preveres que han fet d’ideòlegs nacionalistes durant 40 anys és manifesta. Muchos católicos han abandonado la fe, bien escandalizados por las actitudes de sus pastores, bien animados por ellos a sustituirla por el nacionalismo. Y los obispos, dedicados a emitir cartitas periódicas sobre el prusés, están todavía más preocupados por “qué dirá la prensa” que por lo que Dios pueda decirles cuando les llegue el momento de rendirle cuentas.
Dolça i secularitzada -pels capellazis- Catalunya…
