Escándalo financiero, ahora en un monasterio benedictino: 500 mil euros para obras caritativas, gastados en viajes y lujos

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El escándalo es el de los «gastos locos» de 2015. Las acusaciones se refieren a esos 500.000 euros destinados a obras caritativas o religiosas y que, en cambio, para los magistrados de Roma, se habrían «desviado» a viajes y lujo.

 

Nadie, sin embargo, ni la diócesis ni el monasterio benedictino, se habría quejado jamás, como confirma la defensa del ex abad de Montecassino, Dom Pietro Vittorelli, dispuesto a responder a las acusaciones, punto por punto.

 

Este es el escenario de la discusión que tendrá lugar después de haber escuchado al último testigo, en Roma:

 

  • Tres años después de la primera audiencia, ayer los jueces capitolinos fijaron la más importante, para el 29 de marzo. En esa fecha, de hecho, se esperan discusiones con los abogados Sandro Salera, Antonio Bartolo y Mattia La Marra que ya han afilado alguna réplica.
  • Y, salvo impedimentos, la sentencia. El ex abad, les recordamos, está siendo desafiado con una hipótesis de malversación de fondos. En cambio, su hermano Massimo (con quien Vittorelli tenía una cuenta conjunta) está acusado de lavado de dinero.

 

El escándalo que afectó a Montecassino se remonta a 2015. La Guardia di Finanza de Roma había ordenado la incautación de 4 cuentas bancarias y 2 casas, inscribiendo tanto a Pietro Vittorelli como a su hermano en el registro de sospechosos.

La campana de alarma fue una operación sospechosa: no hubo un delator, un  «garganta profunda», como dijeron los investigadores, sino los movimientos de dinero terminaron bajo la lente. «Obras benéficas que no componían las cuentas», como dijo el juez de instrucción Passamonti, a través de las cuales el ex abad «habría distraído los fondos tanto de la diócesis como de la abadía».

 

Hipótesis sin fundamento, según los abogados de la defensa, dispuestos a derribar el sistema acusatorio. Tarjetas en mano.

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