«Es un escándalo que cualquier obispo o cardenal hable o escriba como si la actividad homosexual fuera a ser aprobada»: cardenal Arinze

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El cardenal Arinze, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino con Juan Pablo II y con Benedicto XVI.

A propósito del debate entre Summorum Pontificum y Traditionis Custodes, el cardenal nigeriano reconoce que inicialmente no era muy favorable a la liberalización de la Misa que llevó a cabo Benedicto XVI. «Inicialmente yo era de la opinión de que la elección entre los dos ritos debería dejarse tal y como fue adoptada bajo el Papa Juan Pablo II, es decir, el Novus Ordo y permitiendo el Ordo Antiquior algunas veces, bajo la dirección del obispo diocesano». El cardenal nigeriano afirma que «no me entusiasmaba mucho Summorum Pontificum, pero no estaba en contra. Mi opinión sigue siendo la misma».

Sobre el Sínodo, Arinze sostiene que le parece bien «que se fomente el diálogo a todos los niveles en la Iglesia» pero avisa que «si el resultado es que algunos católicos quieren hacer cambios en la constitución de la Iglesia o modificar uno o más de los Diez Mandamientos, entonces tenemos problemas».

Preguntado por las posturas heterodoxas del cardenal Hollerich sobre la homosexualidad, el cardenal nigeriano afirma que «la homosexualidad está bien tratada en el Catecismo». Al mismo tiempo subraya que «la tendencia en sí misma no se condena, pero actuar de acuerdo con esa tendencia es pecaminoso, desordenado, al igual que la actividad heterosexual fuera del matrimonio es pecaminosa». Para él, «no es necesario cambiar la enseñanza católica sobre la homosexualidad» y añade que «la Iglesia no tiene poder para bendecir a las parejas homosexuales». También denuncia la imprudencia de muchos pastores que sostienen lo contrario y añade que «es un escándalo que cualquier obispo o cardenal hable o escriba como si la actividad homosexual fuera a ser aprobada».

El cardenal Arinze no duda en defender que «el deseo de modificar la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad y el género es erróneo» ya que «el hombre no tiene poder para modificar el orden establecido por Dios Creador». El cardenal lanza un dardo contra aquellos purpurados que plantean cambios sobre el sexto y noveno mandamiento y señala que «no son progresistas», sino que «están en la doctrina equivocada». De igual modo afirma que «los que enseñan la doctrina católica tradicional sobre la castidad no son conservadores, solo están en la doctrina católica correcta».

El ex Prefecto de la Congregación para el Culto Divino remarca que «lo que oímos sobre el Camino sinodal alemán son malas noticias para la Iglesia católica. Es por lo menos herético y tal vez está peligrosamente en el camino hacia el cisma».

cardinalis/infoaticana.

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