Los himnos resuenan en la espaciosa iglesia de paredes azules. Los feligreses escuchan el Evangelio y la homilía. Se arrodillan, con los ojos cerrados y las manos unidas en oración o con las palmas hacia el cielo. Hacen fila para recibir la Comunión mientras un coro canta: “Señor, por mí, enséñame a tomar un día a la vez”.
En muchos sentidos, el servicio en la Iglesia Católica de Nuestra Señora del Rosario se siente como una misa dominical estándar. Pero en esta iglesia en Qatar, el pequeño emirato del Golfo que alberga la Copa del Mundo , hay algunos ajustes.
La iglesia se encuentra en un «complejo religioso» que alberga otras denominaciones cristianas. Su edificio parece anodino desde el exterior, sin cruces en su exterior. La misa dominical se celebra también los viernes y sábados, los días de fin de semana en el conservador país musulmán.
“Esto es algo único aquí en el Medio Oriente”, dijo el párroco, el reverendo Rally Gonzaga. “Nuestro domingo es el viernes”.
Desde misas hasta bautizos, bodas y confesiones, la iglesia ofrece una ventana a la vida religiosa de los católicos expatriados en Qatar. La misa se ofrece en varios idiomas, incluidos inglés, árabe, konkani, tagalo y cingalés, para atender a los católicos de India, Filipinas, Sri Lanka y otros países. Si bien Qatar está inusualmente lleno de visitantes ahora para la Copa del Mundo, los trabajadores migrantes ya constituyen la mayoría de la población del país de alrededor de 3 millones.
“Cuando estaba en Filipinas, solo atendía a los filipinos. Pero aquí, (hay) diferentes nacionalidades y luego tienen diferentes culturas”, dijo Gonzaga. “Pude sentir el verdadero espíritu de la iglesia, la iglesia universal”, dijo, y agregó que las diferentes comunidades aprenden unas de otras.
Los grupos religiosos no musulmanes en Qatar incluyen hindúes, católicos romanos y budistas, con grupos más pequeños de anglicanos, protestantes, coptos egipcios y otros, según un informe del Departamento de Estado de EE. UU. sobre la libertad religiosa internacional para 2021.
Los musulmanes sunitas y chiítas y ocho denominaciones cristianas constituyen los grupos religiosos registrados; Los grupos religiosos no registrados son ilegales, pero las autoridades de Qatar generalmente les permiten practicar su fe en privado, agrega el informe.
El complejo conocido como «Ciudad de la Iglesia», ubicado en terrenos propiedad del gobierno, brinda espacio de culto para las denominaciones cristianas, «con instrucciones claras del gobierno de que no se permiten símbolos cristianos como cruces, campanarios y estatuas en el exterior de los edificios de la iglesia». decía el informe. Gonzaga dijo que no tener cruces afuera era por “respeto” al país y su gente.
Al igual que otras naciones del Golfo, Qatar ha enfrentado críticas, particularmente en el período previo a la Copa del Mundo, por su uso de trabajadores migrantes mal pagados para construir y apoyar rascacielos, carreteras y otros proyectos en medio de preocupaciones por sus derechos. Las autoridades de Qatar dicen que han tomado medidas para mejorar las condiciones laborales. Los grupos de derechos humanos, aunque le dan crédito a Qatar por las reformas, han pedido que se haga más.
Las necesidades de los trabajadores migrantes que han dejado esposas e hijos para trabajar durante largos períodos en Qatar y otros países del Golfo condicionan gran parte del cuidado pastoral que brinda la Iglesia Católica en esa región.
Durante una visita a Bahrein el mes pasado, el Papa Francisco lamentó que mucho trabajo puede ser “deshumanizante” y alentó la promoción de la igualdad de derechos para los trabajadores. Fieles de Arabia Saudita, Kuwait y otros países del Golfo llenaron el estadio nacional de Bahrein para la gran misa de Francisco .
El Papa entregó un mensaje similar en 2019 en Abu Dhabi , donde también pidió un mayor acceso a la ciudadanía para los residentes de diferentes creencias.
Gonzaga describió una vida religiosa dentro del complejo de la iglesia en Qatar que incluye misas, celebraciones navideñas y clases de catecismo donde a los niños se les enseñan los conceptos básicos de la fe, desde las oraciones hasta la señal de la cruz.
“Mucha gente piensa que aquí no hay una iglesia cristiana”, dijo Gonzaga en su oficina, rodeada de estatuas de la Virgen María, un crucifijo e ilustraciones de los sacramentos. “Por eso se sorprenden cuando ven… que pudimos hacer todo lo que estamos haciendo dentro del recinto de la iglesia”.
Un árbol de Navidad recién erigido a las afueras del edificio de la iglesia se eleva sobre los feligreses que esperan para tomarse fotos con él.
Otro sacerdote, el reverendo Albert, dijo que hay algunas diferencias en celebrar la Navidad aquí de lo que estaba acostumbrado en la India.
“Allí, podemos ir a cantar villancicos en las calles y podemos ir de puerta en puerta y podemos expresar nuestra alegría”, dijo. “Pero, aquí, no es posible. … Respetamos el sentimiento de otra(s) religión(es)”.
El canto de villancicos y otras festividades se llevan a cabo dentro del complejo, agregó.
La ley de Qatar restringe el culto público a las religiones no islámicas y criminaliza el proselitismo en nombre de una organización, sociedad o fundación de cualquier religión que no sea el Islam, según el informe del Departamento de Estado.
Fuera del complejo, los sacerdotes visitan a los reclusos cristianos y acuden a los hospitales para responder a las solicitudes de Comunión, confesiones o unción de los enfermos.
“Voy allí usando esto”, dijo Gonzaga, señalando su hábito franciscano, y agregó que se siente aceptado y respetado. “No encuentro ningún problema”, dijo.
A algunos católicos que viven lejos del complejo les gustaría ver una nueva iglesia en una parte diferente del país, dijo Gonzaga. Eso podría haber ayudado a católicos como Christopher Battad. Solía trabajar en un área que está lejos del complejo y no podía hacer el viaje a la iglesia con regularidad, lo que lo hacía sentir culpable.
“Simplemente siento que algo está menos en mi corazón”, dijo.
Aún así, rezaba, usaba un rosario y, a veces, miraba los servicios en línea transmitidos desde Filipinas, de donde es. Ahora, vive más cerca de la iglesia.
Riya Sebastian, quien se mudó a Qatar desde la India, dijo que ha estado encontrando consuelo y alegría en la iglesia.
“Me da más paz y felicidad en mi vida”, dijo. “Se acerca la Navidad y cuando esto sucede, debemos… embellecer nuestros corazones para recibir a nuestro Jesucristo”.
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Por MARIAM FAM.
DOHA, Qatar.
Jueves 15 de diciembre de 2022.
Los periodistas de Associated Press Maria Grazia Murru y Thanassis Stavrakis en Doha y Nicole Winfield en Roma contribuyeron a este despacho.
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