El monje de la Comunidad Khalil, en el Monasterio Mar Musa de Nebek, presente en el Simposio de Chipre sobre los diez años de la exhortación apostólica de Benedicto XVI “Ecclesia in Medio Oriente”, habla de la necesidad de una estrategia evangélica para hacer sentir a los fieles” hijos de esa tierra»
Si esto continúa, en Medio Oriente, en Siria, Líbano, Palestina, Jordania, quedarán “pocos cristianos de museo”. Las palabras del Padre Jihad Youssef son fuertes, pero el monje los pronuncia con calma y despacio. Procede de Siria, desde 1999 pertenece a la comunidad monástica de Khalil, en el Monasterio Mar Musa de Nebek, fundado por el jesuita Paolo Dall’Oglio, del que no se tiene noticia desde 2013.
Abuna Jihad está entre los participantes en el Simposio “Arraigados en la Esperanza” organizado por ROACO, hasta el 23 de abril, con motivo del décimo aniversario de la exhortación “Ecclesia in Medio Oriente”. En Nicosia, donde tiene lugar el encuentro, está sobre la mesa de ponentes y participantes la propia existencia del cristianismo de Oriente Medio, que para Abuna Jihad, pese a no decirse pesimista, está verdaderamente en peligro de “extinción”.
Para los cristianos, permanecer hoy en Oriente Medio equivale a una condena, prosigue el monje, “porque nadie quiere quedarse allí, la gran mayoría quiere emigrar al paraíso europeo, americano y australiano”. La pregunta que Jihad, y como él probablemente todos los cristianos de Medio Oriente se hacen hoy, es cómo es posible permanecer «sin una visión y sin una estrategia evangélica», que no es diplomática, que sin embargo no sirve solo para sobrevivir, “sino vivir bien y ser hijos de esa tierra como siempre lo hemos sido”, de ahí también la cuestión de peso sobre las relaciones ecuménicas, entre católicos, ortodoxos y protestantes, pero también entre cristianos y musulmanes.
El ejemplo y la profecía del Padre Dall’Oglio
Hoy ya no creemos en los profetas, en las profecías, es la otra amarga consideración del Padre Yihad, pero existen, existen, aunque permanezcan desconocidos, inauditos. Como profeta fue el padre Paolo Dall’Oglio «que no muere por nosotros, no sabemos si está muerto, si está vivo», y que dio ejemplo. “Nadie es infalible, nadie es perfecto, pero hay profetas y profetisas por todas partes, debemos buscarlos, escuchar las noticias de su testimonio, y no temerles”. Esas novedades que, añade, no son nada nuevo, pero “siempre son esas cosas viejas que hay que actualizar y respetar”
La comunidad internacional ayuda a Siria
Se acaba de celebrar la Pascua, incluso en Siria «Ha resucitado con el poder del Espíritu Santo», para ese país sin embargo, la resurrección puede tener lugar, «solo si la comunidad internacional lo ayuda, de lo contrario solos ya estamos bajo cero» . Hoy el sirio no tiene horizontes por delante, sus pensamientos todos los días, prosigue Yihad, se dirigen “al gas, al pan, al gasóleo para la calefacción, a cómo tomar las medicinas en la farmacia, somos un pueblo que piensa en el estómago, el supervivencia», hace falta una política internacional honesta, que se base en la ética y «no en compromisos y cálculos», porque solo «si el mundo no nos ayuda, y sin perseguir los propios intereses, no habrá nosotros». hazlo». Lo cual, concluye el monje, es casi imposible, «pero lo queremos, y lo imposible no es realmente imposible».
Francesca Sabatinelli.
Nicosia.
