* En una fría noche de hace tres semanas, Aida al-Baawi salió corriendo de la tienda de campaña improvisada que había construido para ir al cercano Hospital de los Mártires de Al-Aqsa de la ciudad y, en medio de la guerra en curso, dio a luz a su hija.
El parto fue una lucha debido a la escasez de personal médico para atenderla y a la falta de anestesia suficiente para enmascarar el dolor de los puntos.
Su bebé nació sana y una lucha completamente nueva comenzó para al-Baawi, de 29 años, cuando empezó a buscar incesantemente una necesidad que muchas madres dan por sentado: los pañales.
Asegurar los pañales se ha convertido en el desafío más abrumador para al-Baawi, como para muchas madres en Gaza, mientras los precios se disparan para los artículos que escasean por el asedio impuesto por Israel.
“Cada día es difícil conseguir pañales para mi bebé, especialmente porque hay otro niño que todavía los necesita”, dijo a Al Jazeera la madre de cuatro hijos.
Para al-Baawi, comprar dos paquetes de pañales antes de la guerra le habría costado menos de 10 dólares, pero ese ya no es el caso.
“Imagínese necesitar entre 75 y 80 dólares sólo para pañales”, dijo. “¿Es esta una situación sostenible?”
Al-Baawi ha tenido que recurrir a otras soluciones. A veces se dirige a la guardería de un hospital cercano, con la esperanza de que les sobra algo.
Otras veces seca pañales usados al sol, con la esperanza de reutilizarlos a pesar de las implicaciones higiénicas.
Y a veces se ve obligada a dejar a su bebé con el pañal sucio hasta que pueda tener más, lo que inevitablemente afecta la delicada piel del bebé.
Pero cada centavo que al-Baawi gasta en pañales es un centavo menos para otras necesidades. “Si los pañales son tan caros, ¿cómo puedo permitirme otros suministros? Mis hijos y yo solo hemos comido una vez desde ayer por la noche”.
‘Ni siquiera puedo comprar comida’
No hace falta decir que donde los pañales escasean, la fórmula para bebés también lo será.
Nariman Abu al-Saud dio a luz a una hija el 9 de octubre, dos días después de que comenzara la guerra.
«Con los precios actuales, ni siquiera puedo comprar comida para mis hijos», afirma.
«Mi hija pequeña sufre terribles infecciones de la piel porque no puedo conseguir pañales», dijo. «Ni siquiera hay fórmula para bebés».
“Proporcionar leche y pañales se ha convertido en un infierno para nosotros.
“Esta guerra es una guerra contra nuestros niños y sus vidas. ¿Qué hicieron para tener que soportar tales condiciones?
Con la gran mayoría de la población de Gaza desplazada y la ayuda desesperadamente necesaria apenas llegando, funcionarios de salud han informado que 20 personas en el enclave han muerto por desnutrición y deshidratación.
El Programa Mundial de Alimentos dijo el martes que Israel debe permitir el acceso por carretera al norte de Gaza para evitar la hambruna, destacando cuán desesperada es la situación.
Buscando sustitutos
La gente se ha visto obligada a probar alternativas a los escasos pañales.
Las fábricas locales están fabricando sustitutos de pañales utilizando materias primas disponibles, como papel de seda, guata de algodón médico, tela y nailon.
Yousef Darwish, un trabajador que fabrica pañales, explicó que el precio de los pañales fabricados localmente es similar al precio de antes de la guerra.
«Hay mucha demanda por parte de las familias a pesar de que estos pañales no son tan buenos… y no se fabrican según las especificaciones sanitarias», dijo Darwish.
Pero incluso esta alternativa puede no durar, ya que las materias primas están disminuyendo, señaló Darwish.
«Estamos agotando nuestros suministros existentes, y con el cierre de fronteras desde el estallido de la guerra, estos recursos están a punto de agotarse», dijo, refiriéndose a los severos límites a la entrada de ayuda a Gaza impuestos por Israel.
“Siempre estamos buscando soluciones desde cero en Gaza. Pero ¿cuánto tiempo más podrán las madres y los niños soportar la escasez y los precios inflados de los pañales? La situación se ha vuelto insoportable”.
Shaima Shinar, que dio a luz a su primer hijo durante la guerra, también ha tenido que recurrir a alternativas. Su suegra corta ropa para convertirla en pañales.
«No tengo otra opción. No es fácil porque la tela no es cómoda y provoca irritaciones y abrasiones en la piel”, dijo a Al Jazeera. “También necesito lavarlo constantemente. Como puedes ver, vivimos en una tienda de campaña y no hay agua”.
Shinar huyó de la ciudad de Gaza a Deir el-Balah para escapar de los combates. Había realizado una breve visita a Egipto sólo dos semanas antes de que comenzara el conflicto, sin saber que el momento de su regreso sería desastroso para ella y su hijo por nacer.
«Nunca imaginé en mi vida que mi hijo nacería en tales condiciones», dijo Shinar. “¿Cómo es posible que no pueda proporcionarle pañales a mi hijo? ¿No poder ponerlo en una cama limpia y en un lugar limpio en lugar de esta tienda fría?
«Mi hijo está sufriendo en todos los aspectos», añadió. «Actualmente está resfriado y no puedo comprar medicinas, y no hay ropa ni pañales».
La nueva madre explicó que a menudo deambula entre instituciones en busca de ayuda, pero es en vano.
“Ayer mi bebé se quedó sin leche. Fui a una de las tiendas a buscar dos cucharadas de leche para saciar su hambre.
“Nosotros, los adultos, podemos soportarlo, pero ¿qué pasa con los niños?”
Por Maram Humaid.
GAZA, PALESTINA.
JUEVES 7 DE MARZO DE 2024.
