El obispo electo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, reconoció que tras su nombramiento hecho por el Papa Francisco el 21 de noviembre pasado, sus sentimientos como humano y sacerdote son encontrados.
En un mensaje difundido ayer a través de las redes sociales del Santo Cristo de la Capilla, el actual administrador diocesano de la Diócesis de Linares, Nuevo León, confirmó que su llegada a Saltillo será en enero, sin embargo, aclaró que aún no dispone de la fecha exacta.
“Por una parte me cuesta afectivamente, espiritualmente, dejar una comunidad de fieles y hermanos que me ha recibido y a la que he intentado acompañar y servir con la alegría del Evangelio”, expresó.
“Y por la otra, me anima el ser enviado por el mismo Señor a otra comunidad para seguir sirviendo con esa misma alegría del Evangelio y donde espero ser recibido como hermano en la fe y pastor para acompañarlos y servirlos”, recalcó.
CON LAS MEJORES INTENCIONES
González García pidió por la comunidad de la Diócesis de Saltillo y por él mismo para tener ese entusiasmo que los lleve juntos a conformar un buen equipo eclesial.
“Pido en la oración por ustedes: sacerdotes, vida consagrada, agente de pastoral que están comprometidos en la vida de la Iglesia, para que el Señor les siga entusiasmando y, juntos, nos entusiasme y nos ilumine para hacer un buen equipo eclesial”, subrayó.
Asimismo, también pidió por la que será su nueva comunidad, para que siga dando lo mejor de sí en esta época difícil.
“Pidan por mí para que sea fiel al llamado del Señor, para que pueda servirles con la alegría que da el Evangelio para que sepa insertarme vocacionalmente en la comunidad diocesana de Saltillo y acompañarlos como Jesucristo, sacerdote, maestro y pastor, como Él desea que los acompañe”,
subrayó.
Con información de Vanguardia/José Reyes
