* El Papa expresa cercanía a los nicaragüenses, invitándolos a orar y cuidando de no mencionar a los perseguidores y persecuciones. El modelo chino ha sentado un precedente.
Sólo en los últimos días, el régimen de Daniel Ortega ha detenido al menos a 30 personas que considera opositores, en una nueva ola de represión que incluye también la desaparición del sacerdote Floriano Ceferino Vargas, de la diócesis de Bluefields, en el Caribe sur de Nicaragua, quien fue arrestado el domingo 1 de diciembre.
La detención de Vargas, quien dirige la parroquia San Martín de Porres en el municipio de Nueva Guinea, se produjo poco después de que oficiara una misa dominical y desde entonces se encuentra desaparecido.
Las cada vez más frecuentes detenciones van acompañadas de un paquete de leyes que radicalizan el régimen autoritario del país y formalizan la transición del poder a su esposa, Rosario Murillo, una vez que Ortega muera.
Nos enfrentamos a una aceleración impresionante en la sucesión de poderes presidenciales, a un fuerte resurgimiento de la represión, contra los cuales la carta del Papa Francisco del 2 de diciembre al pueblo nicaragüense, sus llamados al rezo del Santo Rosario, a la Providencia y a un abandono confiado a la voluntad divina, sin ninguna referencia a la increíble persecución de la Iglesia y de los fieles, parecía a muchos absolutamente inadecuado e insuficiente .
La ofensiva del régimen comenzó el 19 de noviembre, cuando Ortega ordenó una profunda reforma de la Constitución del país que, entre otras disposiciones, crea las figuras del «copresidente» (una dictadura bicéfala), aumenta los mandatos presidenciales de cinco a seis años, elimina la división de poderes, subordina todo el Estado a las figuras copresidenciales, legaliza a los paramilitares como «Policía Voluntaria» e instaura la bandera rojinegra del FLN, símbolo del partido de Ortega, como emblema nacional.
Aunque fue presentada como una «reforma parcial», la propuesta de Ortega derriba la actual Constitución porque deroga 38 de sus artículos y sustituye otros 143 artículos de los 198 del texto fundamental.
Las reformas constitucionales fueron aprobadas en la primera legislatura sin discusión, por unanimidad, serán aprobadas definitivamente el próximo mes y entrarán en vigor en enero de 2025.
Los poderes del Estado se convierten en órganos, bajo la coordinación de una dictadura binaria, una serie de derechos constitucionales. son eliminados y quien piense lo contrario es declarado traidor a la patria a nivel constitucional.
- En cuanto a la religión, una serie de disposiciones debilitan la libertad de las iglesias que operan en Nicaragua. Por ejemplo, el art. 14, que establece que «bajo la protección de la religión, ninguna persona u organización puede realizar actividades que amenacen el orden público» y que «las organizaciones religiosas deben permanecer libres de cualquier control extranjero». Una decisión clara que quiere dominar las comunidades cristianas de Nicaragua, incluida la Iglesia católica.
- Además, el artículo 69 establece que la manifestación pública o privada de creencias religiosas debe realizarse conforme a los principios fundamentales establecidos por la Constitución y el artículo 120 establece que las escuelas privadas pueden educar a los niños en materia de fe, pero también según los principios de la Constitución. ¿Y cuáles son estos principios? Estos principios son los que establece la nueva Constitución, son los principios revolucionarios comunistas y sandinistas.
Es decir, el mismo modelo chino que se aplica a la Iglesia católica y a sus fieles.
Por ahora todavía no estamos en la elección/nombramiento de los obispos, pero llegaremos allí el año que viene, después de que el Vaticano haya aceptado, mayoritariamente en silencio, la elección selectiva. Expulsiones de muchos pastores.
El 22 de noviembre, la policía nicaragüense inició una redada de «opositores» .
La organización nicaragüense en el exilio “ Monitoreo Azul y Blanco ” afirma tener una lista de 21 detenidos, cuyo paradero se desconoce, capturados en allanamientos realizados en 10 de los 17 departamentos del país y que alcanzaron a «familias enteras, incluidos menores de edad y 10 personas mayores en estado de vulnerabilidad».
El 29 de noviembre, 30 personas ya estaban detenidas ilegalmente, sin acceso a abogados ni visitas familiares, en contraste con las garantías mínimas que establecen el derecho internacional y los derechos constitucionales fundamentales.
Otra ley fue aprobada el 28 de noviembre: se trata de la reforma de la ley de inmigración que autoriza a las autoridades competentes a negar la entrada al país a personas, incluidos ciudadanos nicaragüenses, que se consideren «que puedan socavar la soberanía nacional o representar un riesgo social». La nueva ley también castiga con penas de prisión de dos a seis años a quienes ingresen al país, salgan o pretendan salir de Nicaragua, de manera irregular, «con el objetivo de menoscabar la integridad, independencia, soberanía y autodeterminación de la nación, comprometer la paz , alterar el orden constitucional, promover o provocar, conspirar y proponerse inducir actos terroristas de desestabilización económica y social del país».
Ante todo esto, los obispos de Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala han invitado a los fieles a participar en una gran jornada de oración por la Iglesia católica en Nicaragua el próximo domingo 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
El Papa Francisco envió una carta a los fieles del país que la prensa de oposición definió como insuficiente, mientras que los católicos en el exilio la agradecieron, según informó la agencia de noticias Aciprensa .
Un texto que podría haber estado dirigido a cualquier pueblo de la tierra, en el que se evitan atisbos de crítica y condena al régimen por su continua represión y creciente represión contra sacerdotes, laicos, celebraciones religiosas y programas educativos.
Ciertamente calienta los corazones y alienta la fe y la esperanza en la Providencia y la Virgen María.
Sin embargo, la propia falta de una crítica y denuncia global y constante del régimen de Ortega y de una petición de respeto a la libertad religiosa de los católicos, confirma las sospechas de que el Vaticano quiere apoyar una chinización de facto de las relaciones con el régimen de Ortega y Murillo.
Otro grave error pastoral y diplomático.
Por LUCA VOLONTÉ.
MIÉRCOLES 4 DE DICIEMBRE DE 2024.
CIUDAD DEL VATICANO.
LANUOVABQ.
