Ya es Diciembre, el último mes del año. Una mes que nos da la oportunidad de reflexionar, de mirar hacia atrás para recordar lo vivido y que nos regala momentos con un significado muy profundo para nosotros como personas, para nuestras familias y y para nuestra sociedad.
El 12 de diciembre celebramos a nuestra madre, la Virgen Maria. Quien vio la humildad de San Juan Diego que, con fe y con amor, fue elegido para darnos a conocer a nuestra madre del cielo que eligió a México para iniciar una cruzada de evangelización, y que en palabras de San Juan Pablo II, “no hizo cosa igual con ninguna otra nación”.
Hoy como mexicanos debemos sentirnos bendecidos y orgullosos. Bendecidos por el amor materno de la Virgen Morena que nunca nos deja solos. Y orgullosos por la vocación que tenemos como país, una nación católica, evangelizada y evangelizadora.
Después, vienen las Posadas, una tradición mexicana que nos recuerda el camino de María y José hacia Belem y las dificultades que pasaron como familia, pero con el destino más grande y trascendente que cualquier familia haya tenido.
Esto nos recuerda que en la vida de nuestras familias siempre habrá dificultades, pero que sin importar los retos que aparezcan en el camino, lo importante siempre será conservar lo más importante y lo más esencial en la vida, el amor en familia y la fe y la esperanza en Dios.
También, este pasaje nos recuerda lo importante que es ser agradecidos con lo que Dios nos ha dado y la importancia de brindar apoyo a quien lo necesita. Dar Posada no es dar lo que nos sobra sino ayudar de forma generosa. Dar Posada significa ver con ojos de empatía y de dignidad. Dar Posada es servir en lo que podemos y en lo que nos toca.
El 24 de Diciembre llega la Noche Buena, un momento en que podemos compartir y convivir la alegría del Nacimiento de Jesús. Y así como los pastores siguieron la Estrella de Belem, así también estamos llamados a seguir con esperanza y con fervor a nuestro Redentor y nacer espiritualmente con Él, sabiendo con toda certeza que el Amor siempre triunfa.
El 28 de Diciembre es el día de los Santos Inocentes, que nos recuerda a las víctimas de Herodes, quien usando el poder y la fuerza para su propio beneficio, mandó a matar a niños inocentes. En nuestros días, seguimos teniendo víctimas del egoísmo y del descarte, los niños por nacer víctimas del aborto, las personas que son discriminadas por su condición física, las familias que viven en pobreza…
Ante esta situación, no podemos ser indiferentes. Debemos alzar la voz y trabajar en favor de la dignidad de todas las personas, buscando vencer el egoísmo y la mentira, llevando fe y verdad a nuestra sociedad.
Y por último, llega el Año Nuevo. Un momento inmejorable para reflexionar y evaluar lo vivido a lo largo del año y para vislumbrar el futuro con esperanza, sabiendo que tanto nosotros como nuestras familias, estamos siempre en manos de Dios.
Estamos en Diciembre, el último mes del año. Es por eso que quiero aprovechar para desearte que vivas con mucha profundidad estas fechas en compañía de tu familia. ¡Un fuerte abrazo y nos vemos el año que entra!