El Papa Francisco preside la Santa Misa con rito de canonización de 14 beatos en la Plaza de san Pedro y recuerda que estos nuevos santos vivieron según el estilo de Jesús: el servicio. “La fe y el apostolado que llevaron a cabo no alimentaron en ellos deseos mundanos ni ansias de poder, sino que, por el contrario, se hicieron servidores de sus hermanos”.
La Iglesia Católica ya tiene catorce nuevos santos que han subido a los altares durante la Santa Misa con el rito de canonización que ha presidido el Sumo Pontífice esta mañana en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Durante la ceremonia, el Papa ha pronunciado una homilía en la que ha dedicado unas palabras a los nuevos santos: “A lo largo de la agitada historia de la humanidad, ellos fueron siervos fieles, hombres y mujeres que sirvieron en el martirio y en la alegría, como el hermano Manuel Ruiz López y sus compañeros. Son sacerdotes y consagradas fervientes de pasión misionera, como el padre José Allamano, sor María Leonia Paradis y sor Elena Guerra”.
Francisco ha recordado además que estos nuevos santos vivieron según el estilo de Jesús, que es “el servicio”: “La fe y el apostolado que llevaron a cabo no alimentaron en ellos deseos mundanos ni ansias de poder, sino que, por el contrario, se hicieron servidores de sus hermanos, creativos para hacer el bien, firmes en las dificultades, generosos hasta el final”.
El vencedor no es el que domina, sino el que sirve por amor
“Jesús nos ayuda a pensar no según los criterios del mundo, sino conforme al estilo de Dios, que se hace el último para que los últimos sean enaltecidos y lleguen a ser los primeros”. Lo ha recordado también esta mañana el Papa, al comentar el evangelio hodierno según San Marcos que relata cuando los discípulos Santiago y Juan le piden a Jesús que les conceda sentarse uno a su derecha y otro a su izquierda en su gloria. Esta petición revela su deseo de poder y la respuesta de Jesús subraya la importancia del servicio. De hecho – dice el Papa – “a su derecha y a su izquierda habrá dos ladrones, crucificados como Él en la cruz y no acomodados en los tronos del poder. El vencedor no es el que domina, sino el que sirve por amor”.
“Jesús les revela que Él no es el Mesías que ellos piensan” dice el Papa, sino “el Dios del amor, que se abaja para alcanzar a los humildes; que se hace débil para levantar a los débiles; que trabaja por la paz y no por la guerra; que vino para servir y no para ser servido”.
Cuando aprendemos a servir continuamos la obra de Jesús en el mundo
Francisco explica que, al igual que los discípulos y los nuevos catorce santos, también nosotros podemos aprender el estilo de Dios que es “el servicio”. ¿Cómo? “Siguiéndolo a Él, caminando tras sus huellas y acogiendo el don de su amor que transforma nuestra manera de pensar” aclara el Papa.
Debemos anhelar el servicio, no el poder, pues “el servicio es el estilo de vida cristiano” recuerda el Papa: “No se trata de una lista de cosas por hacer, como si, una vez hechas, pudiéramos considerar que nuestro turno terminó; quien sirve con amor no dice: “ahora le tocará a otro”. Este es un modo de pensar como empleados, no como testigos”.
El Papa, antes de concluir su homilía, recuerda que el servicio “nace del amor” y el amor “no conoce fronteras, no hace cálculos, se consume y se da”. De hecho – precisa – “cuando aprendemos a servir, cada gesto de atención y cuidado, cada expresión de ternura, cada obra de misericordia, se convierten en un reflejo del amor de Dios. Y así continuamos la obra de Jesús en el mundo”.
Mireia Bonilla.
Ciudad del Vaticano.