Un juzgado de Instrucción de El Salvador envío este jueves a juicio al sacerdote guatemalteco José Venancio Boror Uz acusado de agredir sexualmente a dos niñas de 9 y 10 años, informó la Fiscalía General de la República (FGR).
El Ministerio Público indicó que el Juzgado Quinto de Instrucción «admitió toda la prueba ofertada por los fiscales de la Unidad de Delitos Relativos a la Niñez, Adolescencia y la Mujer» contra el religioso.
Boror Uz está siendo procesado por el delito de agresión sexual en menor e incapaz continuada en perjuicio de dos niñas de 9 y 10 años, agregó la fuente.
El sacerdote fue detenido y guarda prisión desde el 13 de abril de 2019 por otro caso de agresión sexual continuada, el cual fue concluido en mayo de este año y se le otorgo libertad condicional, pero no recuperó su libertad por el actual proceso al que se enfrenta.
Boror Uz, de más de 60 años, era el encargado de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en San Salvador.
En de marzo del año pasado, una corte salvadoreña condenó a 16 años de cárcel al sacerdote José Adonay Chicas Campos por abusar sexualmente de un menor de edad.
En junio de 2019, la iglesia católica de El Salvador creó una comisión especial para proteger a la niñez de abusos sexuales e investigar las denuncias contra sacerdotes involucrados, según lo informó el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.
Escobar señaló que la Comisión Arquidiocesana de Protección a la Niñez fue constituida el pasado 7 de junio mediante un «decreto eclesiástico» y que sus miembros son «personas muy honorables» y «expertas en el tema».
En diciembre de 2016, la Iglesia católica salvadoreña retiró a tres religiosos «todas las atribuciones sacerdotales» por supuestamente abusar sexualmente de niños feligreses en los templos que dirigían.
El informe «Las voces de los Niños, Niñas y Adolescentes de Latinoamérica y el Caribe», realizado por el Movimiento Mundial por la Infancia, señala que entre el 70 y el 80 % de las víctimas de abuso sexual a menores de 18 años son niñas, y en el 75 % de los casos hay una relación directa del agresor con la víctima.
Con información de Religión Digital/EFE